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“Queremos creer que Trump no va a ganar”

El ambiente en algunas de las principales ciudades varía según se conoce el recuento: fervor en Florida por la victoria del candidato republicano, júbilo en Arizona con Biden, mientras Nueva York extrema la seguridad

Un seguidor de Donald Trump sigue por televisión el discurso de Joe Biden, en Minesota. En vídeo, las reacciones de Trump y Biden tras la jornada electoral.Vídeo: NICHOLAS PFOSI (REUTERS) / REUTERS-QUALITY
Washington / Nueva York / Miami / Phoenix / Wilmington -

Tras una decisiva jornada de votación, los estadounidenses siguen sin saber quién dirigirá el país los próximos cuatro años. El escrutinio apunta a un resultado muy apretado entre los dos candidatos. Las últimas horas de la jornada electoral en las calles mostraban la precaución de algunos de los votantes demócratas en Wilmington (Delaware) ante una victoria de Joe Biden, el júbilo de los seguidores latinos de Trump en Florida y el ambiente festivo de los demócratas en Phoenix (Arizona). En la capital, Washington, conforme se iba conociendo el escrutinio, favorable hasta ahora para el candidato republicano, la fiesta demócrata se iba apagando. Mientras, establecimientos y locales en Nueva York seguían fortificados por miedo a posibles altercados y disturbios una vez que se conozca quién será el nuevo presidente de Estados Unidos.

“Ojalá gane, pero no nos podemos confiar y creer ciegamente lo que dicen las encuestas; mire lo que pasó en 2016, que parecía que iba a ganar Hillary [Clinton] y nos llevamos la horrible sorpresa de Trump", comentan Veronica y Mike, vecinos de la ciudad de Wilmington, en el Estado atlántico de Delaware, donde tiene su residencia Joe Biden. "Pero este país está tan harto, tan cansado de los modos pendencieros de Trump, que sí, confiamos en que se produzca el relevo. Queremos creerlo, aunque no estemos muy seguros”, añaden. Ambos se encuentran en un aparcamiento cerca del centro de convenciones de la ciudad donde en agosto Biden fue proclamado candidato del Partido Demócrata. En los alrededores de este recinto acordonado por la policía se esperaba la aparición del candidato demócrata “en algún momento de la noche”. En el ambiente se podía cortar con un cuchillo el aliento, mientras quedaba en suspenso la esperanza.

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Un votante con una máscara en la que se puede leer "Vota" hace cola en un centro de votación en el Parque Nacional, en Washington, DC. Las de este martes serán unas elecciones complejas. El alto número de votos recibidos antes de la jornada electoral y las leyes de cada uno de los 50 Estados hacen impredecible definir el desarrollo de la noche.
Fotogalería: La jornada electoral en Estados Unidos

En la ciudad de Nueva York, un coche con banderas de la campaña de Trump 2020 recorría la Quinta Avenida haciendo sonar su claxon. Los pocos viandantes que quedaban en la calle contemplaban la escena antes de proseguir su camino hacia la boca de metro más cercana. Y con las manos en los bolsillos para protegerse del frío que empezaba a hacerse notar con la caída de la noche.

La ciudad lució triste toda la jornada del martes, quizá porque a las heridas todavía abiertas de la pandemia se le sumaban nuevos parches: proteger todo lo protegible ante un eventual brote de violencia, viniera de donde pudiera venir, del movimiento antifascista o de los seguidores más extremistas de Trump. Apenas se veían turistas. El tráfico era llevadero, muy llevadero. Y andar por las calles neoyorquinas generaba desasosiego.

Rodríguez tiene una pequeña tienda de flores en el Soho, aunque no sabe durante cuánto tiempo podrá mantenerla. “Hay días que salen las flores para los clientes pero no recibo el pago”, explica. “Es insostenible, no sé cómo nadie puede decir que Trump ha hecho un buen trabajo con la economía o con la pandemia”. “Nos asfixiamos como peces sin agua”, concluye.

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En Washington, Roman Torres, de 35 años, reconoce que no esperaba que fuera tan ajustado, pensaba que iba a haber una ola azul, el color de los demócratas. “Si Trump es reelegido, demostrará que la desinformación funciona”, sostiene, poniendo como ejemplos su retórica contra los medios y los “hechos alternativos” que defiende su Administración para disfrazar sus mentiras.

Movilización latina demócrata en Arizona

El mismo clima festivo, pero con algo más de cautela y desde el bando contrario, se vivía en la sede del Partido Demócrata en Phoenix, Arizona. La movilización latina que lleva creciendo desde hace una década ha dado a los demócratas el poder local por primera vez. El condado de Maricopa, en el que el dominio republicano dejó un personaje tan siniestro como el sheriff Joe Arpaio, cambió este martes por la noche. Con él, cambió Arizona, que según las proyecciones votó por un candidato presidencial demócrata.

“Nunca habíamos tenido una mayoría demócrata en el condado de Maricopa”, explicaba Maritza Saenz, directora ejecutiva de los demócratas del condado. Su estrategia desde hace más de una década: sacar a votar a mexicoamericanos desenganchados del sistema político. “Les hablamos a demócratas que no votaban porque nadie les hablaba”.

“Nosotros no somos Florida”, decía Saenz sobre la generalización simplista del voto de los latinos. “Aquí, los latinos tenemos que luchar para ser vistos como iguales, habiendo nacido aquí tenemos que luchar por el derecho a existir en nuestra propia comunidad”. El entusiasmo del equipo de Saenz por haber dado un vuelco a Arizona se veía aguado por la complicada situación que las pantallas de televisión mostraban para Biden en el resto del país. Arizona no es Florida.

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