Rusia lanza su mayor ataque con drones en la guerra y alcanza por primera vez un edificio del Gobierno ucranio en Kiev
Más de 800 proyectiles han caído durante horas en prácticamente todos los rincones del país. Hay al menos dos muertos en la capital, entre ellos un niño de un año. Von der Leyen carga contra Putin: “Se burla de la diplomacia”

Rusia ha vuelto a elegir la barbarie contra la población civil de Ucrania. En la madrugada de este domingo, Moscú llevó al extremo la capacidad de las defensas antiaéreas ucranias al lanzar una nueva gran ofensiva con más de 800 drones, la mayor en tres años y medio de guerra, y 13 misiles, cuatro de ellos balísticos. El ataque atravesó el país de oeste a este y de norte a sur. Uno de los grandes objetivos de la operación, ejecutada durante alrededor de siete horas, fue Kiev, la capital, donde murieron al menos dos personas en un edificio de viviendas, una mujer joven y su hijo de tan solo un año. El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, elevó la cifra de víctimas mortales en todo el país a cuatro, a los que se suman 44 heridos. El bombardeo masivo ruso ha despertado de nuevo la condena de la comunidad internacional.
Los restos de uno de los aparatos no tripulados interceptados en la capital impactaron además de lleno en un edificio del Gobierno, en las plantas en las que se reúne el Gabinete de ministros. Es la primera vez en tres años y medio de invasión a gran escala que Rusia alcanza las dependencias del Ejecutivo. Una nueva escalada a cualquier avance en unas posibles negociaciones de paz, tres semanas después de la reunión mantenida en Alaska entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladímir Putin.
Zelenski, que habló por telefóno con su homólogo francés, Emmanuel Macron, al frente de los aliados europeos que apoyan a Ucrania, manifestó que el ataque demuestra el deseo de “alargar la guerra” por parte de Moscú, e instó a Estados Unidos a imponer nuevas sanciones contra Rusia y al resto de socios a implementar las garantías de seguridad acordadas en la reciente cumbre de París. “Es un crimen deliberado y una prolongación de la guerra”, dijo el líder ucranio en un mensaje en Telegram.
La presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, calificó de “burla a la diplomacia” la ofensiva rusa y aseguró que Europa endurecerá las sanciones. El primer ministro británico, Keir Starmer calificó de “cobardes” los ataques contra la población civil e infraestructuras ucranias. “Demuestran que [el presidente ruso Vladímir Putin] cree que puede actuar con impunidad. No se toma en serio la paz”, dijo el laborista.
Unos minutos antes de las diez de la noche del sábado, los sistemas de alerta comenzaron a sonar en las calles del centro y este del país. El aviso ante la llegada de un posible bombardeo se mantuvo durante casi toda la madrugada del domingo. Unas horas después de las primeras alarmas y durante un tiempo, las sirenas también se escucharon en la franja occidental de Ucrania, hacia donde se dirigió una hilera de aparatos no tripulados.
Kiev concentró la embestida de gran parte de los drones —en su mayoría del modelo Geran-2, versión mejorada de los iraníes Shahed— lanzados desde la frontera oeste rusa a territorio ucranio. Según detalló la Fuerza Aérea ucrania, algunos de estos vehículos bomba llegaron también desde Bielorrusia. El impacto directo de estos aparatos o de fragmentos lanzados tras su interceptación a través de los sistemas de defensa antiaérea causó la muerte de al menos dos personas, una mujer joven y su hijo niño de un año, encontrados entre los escombros de uno de los edificios más dañados, en el distrito de Sviatoshin.



El alcalde de la capital, Vitali Klitschko, comunicó además el fallecimiento de una anciana mientras se encontraba en un refugio, en el barrio de Darnitsia, en la orilla izquierda del río Dniéper, aunque se desconocen por el momento las causas de su muerte. La ofensiva sobre la ciudad dejó además una veintena de personas heridas. Entre ellas hay una mujer embarazada, que dio a luz tras ser trasladada a un hospital, y permanece en estado grave, según informó la cadena ucrania Suspilne. Los drones ocasionaron además enormes destrozos en varios inmuebles de la ciudad, uno de ellos de 18 plantas, y zonas de aparcamiento. En la recta final de la ofensiva, Moscú lanzó también sobre la capital misiles balísticos.
A primera hora del día, levantado ya el toque de queda y mientras los primeros trabajadores salían a la calle, aún se podían ver las largas columnas de humo en el cielo de Kiev. Una de esas humaredas provenía de un edificio administrativo del centro de la ciudad, en el distrito de Pecherskii, alcanzado por los restos de un aparato no tripulado interceptado. Según confirmó la primera ministra del país, Yulia Sviridenko, uno de los ataques dañó el edificio de Gobierno, donde se reúne el Ejecutivo, tanto en el tejado como en los pisos superiores.
La jefa de gobierno se trasladó unas horas después y una vez sofocado el fuego a las dependencias administrativas. Las imágenes captadas por Sviridenko muestran un ala del edificio completamente arrasada por las llamas. “El mundo debe responder a esta destrucción no solo con palabras, sino con hechos”, afirmó.
Otras ciudades de Ucrania fueron también objetivo durante la noche de los drones, en una primera oleada, y del arsenal balístico ruso, después. Entre ellas, Zaporiyia, con 15 heridos, varias casas y una guardería dañadas; Sumi, donde cuatro personas resultaron heridos, entre ellas, dos menores; Odesa, ciudad frente al mar Negro en la que se vino abajo un edificio de gran altura, y Krivói Rog, localidad natal del presidente ucranio, donde unos almacenes comerciales quedaron reducidos a cenizas.
En total, según un comunicado de la Fuerza Aérea ucrania, Rusia lanzó durante la noche 805 drones, una cifra récord, y 13 misiles. El portavoz de este cuerpo, Yurii Ihnat, reconoció en una comparecencia televisiva que los actuales sistemas de defensa antiaérea no pueden cubrir un país tan grande sin que haya impactos. “Es prácticamente imposible. Ningún país del mundo puede hacerlo”, afirmó Ihnat.
El ejército ruso, desde posiciones de tiro en territorio de la Federación rusa y la ocupada península de Crimea, fue martilleando durante la madrugada las defensas ucranias con oleadas de drones, a un ritmo in crescendo a medida que avanzaba la noche. El modus operandi de esta operación, como señalaron las redes de monitoreo de estos bombardeos, especialistas tras tres años y medio de invasión, perseguía saturar las baterías defensivas ucranias antes del lanzamiento de misiles. En lo que va de septiembre, según los datos de Kiev, Rusia ha lanzado cerca de 2.000 drones y más de 50 misiles.

Moscú, por su parte, comunicó a primera hora de la mañana que ha derribado 69 drones ucranios durante la noche.
El ataque masivo ruso contra la población civil ucrania levanta un nuevo obstáculo en el diálogo para iniciar un posible proceso negociador. Ataques como el perpetrado esta madrugada han sido objeto de críticas por parte de Trump desde que llegó a la Casa Blanca en este segundo mandato. El líder republicano se manifestó esta semana “muy decepcionado” con Putin tras cumplirse el plazo que le había dado para sentarse a dialogar, sin que el mandatario ruso se haya pronunciado siquiera.
Moscú ha golpeado además el territorio ucranio 48 horas después de que la Coalición de Voluntarios, formada por más de una treintena de aliados de Kiev, anunciara en una reunión en París su disposición a prestar garantías de seguridad a Ucrania una vez se selle la paz. Al menos 26 países de esta alianza participarían en un despliegue de tropas de interposición. Sobre esto, Putin afirmó este viernes que, si ese despliegue de tropas se produce, cualquier soldado occidental podría ser un “objetivo legítimo”.
Mientras, en el frente de combate, según la información difundida en las últimas horas por el presidente Zelenski, Rusia ha agrupado a unos 100.000 uniformados en dirección a Pokrovks, en Donetsk, una plaza clave para avanzar en el control total de la provincia y, por tanto, de la región de Donbás.
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