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Una multitudinaria manifestación recorre Berlín contra los ultras de AfD y el conservador Merz: “Nosotros somos el cortafuegos”

La marcha en la capital alemana rechaza cualquier cooperación con la formación ultraderechista, después de que el candidato democristiano aceptara sus votos a favor de una moción parlamentaria para endurecer la política migratoria

Manifestación este domingo en Berlín contra la cooperación entre el conservador Frierdich Merz y AfD.Foto: HANNIBAL HANSCHKE (EFE) | Vídeo: EFE

Al menos 160.000 personas se manifestaron este domingo en Berlín contra cualquier tipo de cooperación con el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD), en una marcha que concluyó ante la sede de la Unión Cristianodemócrata (CDU) con un mar de luces y cánticos, después de que el líder conservador, Friedrich Merz, aceptara esta semana los votos de la extrema derecha a favor de una moción parlamentaria para endurecer la política migratoria alemana.

Esta jugada, inédita en el país desde el final de la II Guerra Mundial, desató las alarmas en la sociedad alemana e hizo tambalear, por primera vez, el llamado cortafuegos, como se llama en Alemania al cordón sanitario que impide cualquier tipo cooperación con la extrema derecha. Los ciudadanos llevan días saliendo a las calles para dejar claro que ellos son el cortafuegos y alertar de lo que consideran un grave peligro y que llevó incluso a la excanciller Angela Merkel a romper su habitual silencio para calificar de “error” aceptar los votos de AfD.

“Fue un shock para nosotros”, comenta Klaas, quien prefiere no dar su apellido, cerca del Parlamento alemán sobre lo ocurrido allí unos días antes; la misma semana, recuerda, del 80º aniversario de la liberación de Auschwitz. “Me pareció particularmente de mal gusto e innecesario hacer una petición así esos días”. Tanto él, como su pareja, Viola, ambos berlineses y sexagenarios, no solo están preocupados por Alemania, sino por todo el mundo. “Creo que hay otros problemas en el mundo además de los solicitantes de asilo. Hay problemas mucho peores que deben resolverse ahora mismo”, indica Viola.

Mientras, sobre cómo puede un partido como AfD contar con tanto apoyo —el partido se alza segundo en los sondeos de cara a las elecciones generales del 23 de febrero con entre un 20% y 23% de votos—, los dos reconocen no saber qué está pasando en el país. “Estoy perdido. Realmente no entiendo cómo puede suceder algo así”, comenta Klaas. “Pero no solo aquí, sino también en Estados Unidos. Y también en otras partes del mundo. Hay que hacer algo al respecto, aunque no sé el qué, la verdad”, apunta Viola.

“Es muy importante que este cortafuegos se mantenga”, explica por su parte Barbara, una de las mujeres que forman parte de la alianza Abuelas contra la derecha, y que ha acudido acompañada de un gran grupo de mujeres. Esta anciana berlinesa también está preocupada por el futuro de Alemania, pero confía en que el cordón sanitario se mantenga. “Esa es mi esperanza”, agrega camino de la Columna de la Victoria.

La multitudinaria manifestación bajo el lema “Levantamiento de los decentes: manifestación a favor del cortafuegos” superó las expectativas de los organizadores. Según sus cifras, hasta 250.000 personas salieron a protestar en la capital alemana —frente a la de 160.000, facilitada por la policía—. Los agentes se vieron obligados a cortar numerosos tramos debido a la gran afluencia de gente. Muchos no consiguieron llegar ni siquiera a la plaza delante del edificio del Reichstag, donde se dio el pistoletazo de salida tras un breve discurso de apertura, ni mucho menos a la sede de la CDU.

“He venido por lo sucedido esta semana en el Parlamento alemán en el que se ha logrado una mayoría con un partido de extrema derecha. No creo que eso esté bien”, explicaba Johannes sobre la moción que se aprobó el miércoles 29 de enero con los votos de la Unión Democristiana (CDU), de la Unión Socialcristiana (CSU), de liberales y de AfD, a pesar de que dos días después la propuesta de ley, aunque volvió a contar con el apoyo de la extrema derecha, salió derrotada por 12 votos, con abstenciones en las filas de Merz. Para este berlinés de 30 años, es importante “protestar enérgicamente contra esto”. Tanto él como sus amigos inmigrantes están agobiados. “Estoy preocupado por los principios democráticos, por el Estado de derecho. Y ya no me parece tan improbable que la CDU forme pronto una coalición formal o algún tipo de cooperación con AfD, algo que creo que es muy peligroso”, alerta.

Familias, jóvenes, mayores, gente en bicicleta, con carritos de bebés, todos ellos formaban parte de la masa de gente que se dirigió a través de la popular calle del 17 de junio, en el centro de Berlín, camino a la Konrad Adenauer Haus, sede de la Unión Cristianodemócrata, a unos tres kilómetros de distancia. Allí tuvo lugar el acto de clausura con actuaciones de las cantantes Nina Chuba y Mine, y en el que tomaron la palabra, entre otros, el exobispo regional y antiguo presidente del Consejo de la Iglesia Evangélica en Alemania (EKD), Heinrich Bedford-Strohm, así como Michel Friedman, que abandonó recientemente la CDU en protesta por la moción conjunta de la CDU/CSU con AfD.

Los manifestantes mostraban su enfado con carteles como “Friedrich Merz: un riesgo para la seguridad de nuestro país”, “No dejen que Merz se convierta en un Trump alemán” o “Merz & Weidel me dan miedo”, en alusión a la líder de AfD, Alice Weidel.

Mientras, otros muchos recordaban el pasado alemán, cuando Adolf Hitler fue elegido democráticamente en 1933: “¡No hay espacio para repetir en nuestro libro de historia!”, “Nunca más es ahora”, “Votar a AfD es como 1933″, “Mejor solidaridad que sólido ario” o “Hitler también fue elegido democráticamente”.

Cánticos como “Nunca, nunca más fascismo” se sucedían e incluso algunos expertos escaladores no dudaron en encaramarse a lo alto de las farolas para arrancar carteles de campaña de AfD despertando los vítores de los presentes a su paso.

Manifestaciones por todo el país

Desde el miércoles se suceden protestas por todo el territorio alemán, desde grandes ciudades a pequeñas localidades. Según la policía, en Hamburgo el sábado por la tarde salieron a la calle 65.000 personas bajo el lema: “Hamburgo permanece unida. ¡Quienes pactan con los fascistas no han entendido nada!”. Mientras, en Stuttgart y Colonia se manifestaron cerca de 45.000 personas y en Leipzig, en el este de Alemania —una zona conocida por su gran apoyo a AfD—, protestaron cerca de 10.000 bajo la convocatoria de “Un cortafuegos contra los pirómanos”.

Pero junto con las manifestaciones, también hubo esta semana ataques a oficinas de la CDU en varias ciudades alemanas. En Hannover, unos activistas lograron acceder al edificio y colgar un cartel en el balcón contra la política migratoria de Merz. También en Hamburgo, la sede de la CDU fue atacada con pintura. Y en Berlín, entre 30 y 40 personas consiguieron acceder a una oficina de la CDU en el barrio de Charlottenburg.

“En la historia de la República Federal de Alemania hemos visto una y otra vez que las disputas políticas se han resuelto con violencia, sobre todo, desde la izquierda y el ala radical de izquierda. Esto es completamente inaceptable”, declaró Merz en una entrevista con el dominical alemán Bild am Sonntag, al ser preguntado por las manifestaciones y los ataques. “También espero que socialdemócratas y verdes se distancien clara e inequívocamente de estas organizaciones de las filas de la extrema izquierda, que están cometiendo daños materiales y violencia al ocupar las oficinas de la CDU”.

Respecto al rechazo en el Parlamento alemán a sus planes para cambiar la política de asilo en Alemania, Merz afirmó que “fue la última oportunidad en esta legislatura”. “Hemos visto que el SPD y Los Verdes no están preparados para hacer un cambio real en la política de asilo. Ahora es el turno de los votantes en Alemania el 23 de febrero de 2025″. Si sale elegido, como apuntan todas las encuestas, que le dan cerca de un 30% de los votos, el líder conservador garantizó al electorado “que habrá un cambio real en la política económica y de asilo”.

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