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El plan de Rusia para reconstruir Mariupol después de arrasarla con meses de asedio y bombardeos

El Kremlin diseña y ejecuta una remodelación a gran escala de la ciudad ucrania que dejó en ruinas y que ahora está bajo su control

Durante 80 días, el ejército ruso sitió la ciudad de Mariupol. La artillería y los bombardeos arrasaron la mayoría de edificios de esta ciudad en la costa del mar de Azov entre febrero y mayo. La ciudad es un centro clave: une la zona de Crimea, que Rusia se anexionó ilegalmente en 2014, y las regiones de Donetsk y Lugansk, en el este, objetivo declarado de la invasión de Putin. En septiembre de 2022, Rusia se anexionó los territorios ocupados, incluida Mariupol.

Las autoridades ucranias aseguran que durante el asedio ruso murieron al menos 25.000 vecinos de esta ciudad, que antes de la guerra tenía 430.000 habitantes. Naciones Unidas confirmó la muerte de cerca de 1.350 residentes, un recuento parcial de un total “probablemente de miles de muertos más”. Otras decenas de miles de personas huyeron o fueron enviadas fuera de Ucrania. Cerca del 90% de los edificios quedaron dañados o destruidos por los ataques.

Una vez bajo su control, Rusia ha empezado un plan de reconstrucción. En apenas seis meses, el Kremlin ha edificado nuevas casas en esta ciudad destruida: una docena de bloques de apartamentos se alzan en la calle Kuprina, al suroeste de la población. Tienen capacidad para unas 2.500 personas. En las siguientes imágenes, captadas por el satélite Sentinel-2 de la Agencia Espacial Europea, se ve cómo el terreno pasa de ser un descampado en las afueras en junio a un complejo residencial en diciembre.

La construcción de nuevas viviendas es parte del plan maestro de reconstrucción de Mariupol por parte de Moscú, publicado por primera vez por el portal ruso The Village en agosto. El documento, firmado por el Instituto Unificado de Ordenación del Territorio de la Federación Rusa, planea la construcción de 8.750.000 metros cuadrados de viviendas de aquí a 2035, tanto prefabricadas como de obra. También han empezado a demoler los edificios en ruinas.

Vista aérea de los pisos construidos por Rusia en la calle Kuprina el pasado mes de septiembre. Fuente: News of Donbass.
Vista aérea de los pisos construidos por Rusia en la calle Kuprina el pasado mes de septiembre. Fuente: News of Donbass.

Las viviendas, construidas por el Ministerio de Defensa de Rusia, disponen de parque infantil, estacionamiento y área para hacer deporte. Los más de 1.000 pisos de este complejo residencial se han entregado gratuitamente a la población. Frente a estos bloques se alza un cementerio de edificios destrozados por bombas, proyectiles y metralla. Solo en el primer mes de asedio, los bombardeos rusos y los combates calle a calle provocaron la destrucción de al menos 365 edificios, según el análisis de UNOSAT, centro de satélites de Naciones Unidas. En ese periodo, según la misma fuente, habían sido bombardeados tres hospitales y siete escuelas, entre otros lugares.

Bloque de las nuevas viviendas construidas por el Gobierno ruso frente a un edificio en ruinas al otro lado de la calle Kuprina, el pasado diciembre.
Bloque de las nuevas viviendas construidas por el Gobierno ruso frente a un edificio en ruinas al otro lado de la calle Kuprina, el pasado diciembre. SERGEI ILNITSKY (EFE)

Para Luis Velasco-Martínez, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Vigo, con la reconstrucción Rusia quiere “legitimar su actuación iniciando la invasión, pero también legitimar los gobiernos locales y regionales que han puesto en marcha en la región”. Putin justificó la invasión con la necesidad de “desnazificar” Ucrania y reintegrarla bajo el mandato de Moscú. “Ha centrado su esfuerzo en distribuir el relato de que las regiones del este de Ucrania son étnica y lingüísticamente rusas y su población mayoritariamente prorrusa o directamente rusa, pero ahora debe demostrarlo e intentar garantizar que los habitantes de esas regiones sostengan ese relato”, explica Velasco-Martínez.

El plan de reconstrucción de Moscú prevé dar preferencia a las viviendas, la remodelación del casco antiguo, la zona del centro y del parque, la creación de una amplia infraestructura de transporte y la reconversión de la acería de Azovstal —el que fue el último bastión de las fuerzas ucranias— en un parque industrial y tecnológico.

Reproducir el casco histórico tras su destrucción

El 16 de marzo, unos misiles impactaron el teatro dramático de Mariupol. El ataque provocó cientos de muertos y heridos. Amnistía Internacional lo define como un crimen de guerra, acusando a Rusia de saber que allí se refugiaban civiles. Ese mismo teatro está hoy tapado con una lona. Las autoridades rusas, que controlan la ciudad desde mayo, lo están reconstruyendo, al igual que la plaza que tiene delante.

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Comparativa del teatro después de ser bombardeado en marzo de 2022, y rodeado de andamios y cubierto por una lona unos meses después. Maxar Technologies

Casi todos los edificios del casco antiguo quedaron dañados por los bombardeos, según los datos de Masae Analytics, una consultora de análisis geoespacial. Ahora, el Gobierno ruso propone reconstruir varios de los edificios icónicos.

“No olvidemos que Rusia se anexionó los territorios ocupados en septiembre de 2022, Mariupol incluido”, recuerda Salvador Sánchez Tapia, profesor de Análisis de Conflictos y Seguridad Internacional en la Universidad de Navarra, por lo que entienden que esta ciudad es parte integral de su territorio. A solo 40 kilómetros de la frontera rusa, Mariupol es un puerto en el mar de Azov y es crucial para las líneas de suministro rusas.

Además, la reconstrucción en sí misma tiene un alto valor simbólico, más aún cuando quedó devastada, y también vaciada. Si antes de la invasión residían unas 440.000 personas, se estima que solo quedó una cuarta parte de su población tras la toma de la ciudad. Decenas de miles de personas fallecieron, mientras que otras huyeron o fueron enviadas fuera de Ucrania.

¿Por qué Mariupol?

En Mariupol, el ruso es la lengua materna de cerca del 90% de los habitantes, por lo que es un lugar donde tiene sentido empezar para demostrar a la población rusófona el sentido de la invasión, argumenta Salvador Sánchez: “La ciudad fue devastada, y si Rusia pretende presentarse como un libertador, lo primero que debe hacer es devolver la ciudad a la ‘normalidad”.

El plan de reconstrucción, que se realizará de aquí a 2035, tiene como objetivo reflejar la narrativa de que Rusia ha salvado a la población rusófona de la discriminación ucrania y perpetuar su legado en Mariupol.

Una investigación de Associated Press basada en vídeos y testimonios sobre el terreno apunta a que esta reconstrucción es un pretexto para ocultar los crímenes de guerra que Rusia cometió ocho meses antes, al atacar el teatro, sabiendo que se refugiaban civiles. “Si hubo o no crímenes de guerra es una cuestión que corresponderá determinar a los futuros tribunales”, añade Sánchez, pero que Rusia quiera borrar las pruebas “sería una posibilidad”.

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