Trece detenidos tras una nueva noche de disturbios en las barriadas de París
El ministro del Interior califica los incidentes de “tensiones esporádicas”
A pesar de que la venta de cohetes y petardos lleva dos días prohibida por decreto policial, en las banlieues, los suburbios deprimidos de París, decenas de jóvenes volvieron a lanzar la noche del miércoles este tipo de artefactos contra agentes desplegados para controlar los disturbios que se llevan produciendo desde el sábado en varios puntos de los alrededores de la capital francesa. En total, 13 personas fueron detenidas por unos incidentes que, no obstante, están lejos de ser considerados una réplica de las violentas revueltas que vivieron las banlieues en 2005.
“Se trata de pequeños grupos que piensan que sería divertido atacar a las fuerzas de la policía, quemar papeleras. No es divertido, es peligroso, empezando por ellos mismos”, dijo este jueves el ministro del Interior, Christophe Castaner, que atribuyó la situación, en parte, “a la dureza del confinamiento para estos jóvenes”, procedentes en su mayoría de hogares donde “la pobreza en la que viven puede provocar la cólera”. En cualquier caso, continuó en una entrevista con la emisora BFM TV, son “tensiones esporádicas” y, aunque “son inaceptables”, tampoco hay que “politizarlas”.
Aunque no citó a nadie, el mensaje era claro. En los pasados días, conforme continuaban los disturbios cuyo origen está en un controvertido accidente entre un joven y una patrulla de policía en Villeneuve-la-Garenne, al norte de París, políticos como la ultraderechista Marine Le Pen han reclamado mano dura en estas banlieues donde abunda la población de origen inmigrante. “No es momento de buenos sentimientos, de excusas o de políticas catastróficas. Es hora de desarmar a la chusma, de su castigo y su neutralización”, reclamó en Twitter.
Desde el sábado, cuando un joven motorista resultó herido grave cuando un agente abrió —si intencionalmente o no es algo que está investigando la fiscalía y la propia policía— la puerta de la patrulla camuflada que pretendía detenerlo por exceso de velocidad, se han registrado disturbios en varias banlieues, donde grupos de jóvenes han incendiado coches y mobiliario urbano, además de “emboscar” a policías lanzándoles petardos.
Tras una nueva noche de incidentes, incluido el incendio de una escuela en Gennevilliers, que dejaron nueve detenidos, el joven cuyo accidente desató las protestas llamó el miércoles a la calma. “He sabido que habéis destruido coches. Os pido que volváis a casa, que os calméis”, dijo en un vídeo enviado a varios medios desde el hospital donde permanece ingresado por una fractura abierta de fémur. Pese a ello, y pese a que la prefectura de Policía de París ha prohibido la venta y posesión de fuegos artificiales y petardos en la capital y los departamentos vecinos hasta el próximo lunes, volvieron a registrarse incidentes la pasada noche en localidades como Gennevilliers, donde fueron descubiertos una quincena de artefactos incendiarios, y en Clamart, donde cinco personas fueron detenidas por portar cócteles molotov. Por su parte, en Champigny-sur-Marne, desconocidos lanzaron petardos contra la comisaría de policía, según la Agencia France Presse.
A pesar de la espectacularidad de las imágenes de los disturbios, estos no son más graves que los habituales, según el director general de la Policía Nacional, Frédéric Veaux. “Si miramos las estadísticas, nos encontramos ante una cifra inferior en relación con la misma época del año pasado. En cuanto a los hechos, aunque son condenables, no son de una gravedad excepcional”, dijo ante diputados, destaca el diario 20Minutes.
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