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PROTAGONISTAS | Annie Lööf, líder del Partido Centro en Suecia

La líder liberal que cerró la puerta a los ultras suecos

La jefa de Centro rompió el bloque conservador para crear un cordón sanitario a la extrema derecha

Imagen cedida por el partido Centro en la que se ve a Annie Lööf durante un mitin el pasado verano en Almedalen. En vídeo, declaraciones de Lööf durante la investidura del gobierno sueco en enero.Vídeo: KATE GABOR | EPV
Belén Domínguez Cebrián

Con solo 35 años, Annie Lööf (Maramö, 1983) se ha convertido en uno de los personajes más decisivos en la vida pública de Suecia. En 2006, fue la diputada en el Riksdag (Parlamento) más joven de la legislatura y, desde las pasadas elecciones del 9 de septiembre, personifica el cordón sanitario con el que se ha topado una vez más la extrema derecha de los Demócratas Suecos en el país escandinavo. Pero también representó la llave que consiguió abrir la puerta a un Gobierno de centroizquierda después de más de cuatro meses de bloqueo. Con su decisión se zanjó una situación de ingobernabilidad inédita en el país que duró cuatro meses y que dejó perpleja a toda Europa. “Defendimos nuestros valores y conseguimos un pacto [de gobierno] con una agenda de reformas liberales, y al mismo tiempo cerramos la puerta al populismo de derechas, un partido con raíces neonazis”, explica por correo electrónico.

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Su curiosidad por la política empezó cuando cursaba la asignatura de Ciencias Sociales mientras hacía el bachillerato en un colegio de Värnamo, cerca de su pueblo natal en la Suecia rural. Su infancia, dice, fue como la de muchos otros: “Nací y crecí en un pequeño pueblo con el bosque como mi patio de recreo”. En 2001 dio el salto a la política e ingresó en el partido Centro, que pese a su nombre, es de ideología liberalconservadora. Y en 2006 representó a su región en el Riksdag de la mano de la misma formación.

En 2011, nada más salir de la facultad de Derecho de la prestigiosa Universidad de Lund —del siglo XVII, es la mayor de Escandinavia— tomó las riendas de Centro, un partido surgido de granjeros a principios del siglo pasado. Se convirtió en la líder más joven en la historia de un partido del que su padre, Hans-Göran Johansson, alcalde de Värnamo, también es miembro. Pero a pesar de que la política ha dominado el ambiente en su hogar, su primera identidad, como ella misma relata, es ser madre de su hija Ester, de casi cuatro años. Ese mismo año también contrajo matrimonio y se convirtió además en ministra de Empresa e Innovación hasta 2014, durante la legislatura del Gobierno conservador de Fredrik Reinfeld.

Ella misma se califica como una persona “determinada” que se deja llevar por sus "ideales". Los que la conocen y han visto su trayectoria aseguran sin titubear que es una líder de los pies a la cabeza. “Nadie le lleva la contraria”, aseguraba en conversación telefónica hace meses Ulf Bjereld, politólogo de la Universidad de Gotemburgo y miembro del partido socialdemócrata, el del primer ministro y rival político Lööf, Stefan Löfven, 26 años más mayor que ella.

Un Gobierno minoritario liderado por Moderados hubiera dependido del apoyo de los populistas de derechas, y ese apoyo no hubiera sido gratuito Annie Lööf
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La fama de Lööf ha traspasado fronteras y copado titulares de prensa extranjera gracias a que fue ella quien, tras meses de negociaciones, dio su brazo a torcer facilitando la investidura de Löfven el pasado 18 de enero. Pero también porque arrastró a otro partido necesario, Liberales, para que saliesen las cuentas en el Riksdag. Ambos pertenecían a la llamada Alianza conservadora de cuatro partidos (Moderados, Liberales, Centro, Democristianos) y ambos, con su abstención en la investidura de su rival natural, la dinamitaron. El objetivo era uno: frenar la llegada al poder de los xenófobos Demócratas Suecos, tercera fuerza parlamentaria. “Moderados [conservadores] no fueron capaces de mostrar de una forma convincente que cerrarían la puerta a los populistas Demócratas Suecos (…). Un Gobierno minoritario liderado por Moderados hubiera dependido del apoyo de los populistas de derechas, y ese apoyo no hubiera sido gratuito”, explica. “Para mí y para nuestros votantes, era muy importante no dar a los populistas [ultras] ninguna influencia en el Gobierno”.

Lööf, aficionada a correr por el bosque —“donde pienso en los desafíos importantes que encara Suecia”, puntualiza— hizo en 2018 una campaña agresiva. Su rostro risueño, pero firme, y su característica melena pelirroja ocupaban la imagen de las marquesinas de autobuses en la capital y llenaba espacios televisivos cada noche. Ella, junto a la representante de los democristianos, Ebba Busch Thor, batalló en los debates electorales frente a seis candidatos hombres. “Nada es imposible, algunas cosas solo tardan un poco más” es su lema, según su perfil de Facebook.

Ahora, Lööf, feminista y defensora del colectivo LGTBI+, analizará con lupa la actuación del Gobierno rojiverde, cuyo primer examen está por llegar con la presentación de los presupuestos y las perspectivas económicas. “Centro será un compañero que colaborará con el Gobierno, y también hará una oposición fuerte que trabajará para que se lleven a cabo reformas más liberales”, avisa. Este doble papel, de control pero también apoyo al Ejecutivo, es nuevo para ella. “Es importante y estoy lista”.

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