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Venezuela contiene el aliento ante una etapa llena de incógnitas

El país vuelve a una normalidad aparente después de la gran marcha opositora. El anuncio de Guaidó multiplica las expectativas de sus seguidores

Un manifestante protesta contra Nicolás Maduro, el miércoles. En vídeo, quién apoya a quién en Venezuela.Vídeo: EFE | REUTERS-QUALITY
Francesco Manetto

Venezuela regresó el jueves a un aparente estado de normalidad después de las marchas opositoras que el día anterior movilizaron a cientos de miles de personas y el comienzo de un proceso de transición proclamado por el anuncio de Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional. El tráfico volvió a fluir en Caracas, en los alrededores de la plaza de Altamira, símbolo de los críticos con el chavismo, los disturbios y los bloqueos de la calzada dieron paso de nuevo a la rutina en el municipio de Chacao. Incluso al cruzar el sector popular de Catia, escenario de saqueos y violentos enfrentamientos en los últimos días, no se percibía el nivel de tensión que precedió a la manifestación.

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La jornada del miércoles supuso un punto de inflexión en el choque entre la oposición y el Gobierno de Nicolás Maduro, pero ahora el país contiene el aliento ante una etapa llena de incógnitas. El anuncio de Guaidó, que se proclamó presidente interino y de inmediato recibió el apoyo sin matices de Estados Unidos y de las principales potencias de la región con la excepción de México, multiplicó las expectativas de millones de venezolanos hartos del régimen. Del desarrollo de ese movimiento, que ha dejado de ser estrictamente simbólico al haber tenido consecuencias políticas, depende ahora la viabilidad de una nueva etapa.

Los últimos años han estado marcados en Venezuela por una deriva institucional sin precedentes. En medio hubo decenas de convocatorias y fechas simbólicas con las que los opositores buscaban el quiebre del régimen. Todas ellas se quedaron en simples sobresaltos. El chavismo y las fuerzas armadas, que tardaron unas horas en calificar de “golpe de Estado” las palabras de Guaidó, siempre han logrado restablecer su propio orden. Y la población, incluso amplísimos sectores de las clases populares, cada vez iba incubando más frustración. Sin embargo, desde las protestas de 2017 no se veía en el país una muestra de hartazgo colectivo de estas características. Las que comenzaron esta semana ya han dejado más de 25 muertos y un saldo de alrededor de 300 detenidos.

La diferencia es que hoy la oposición asegura tener un plan más definido y un apoyo internacional que va más allá de las declaraciones de solidaridad. “Hermanos y hermanas, estamos dando pasos importantes, haciendo lo que debemos hacer para lograr un Gobierno de transición y tener elecciones libres. Recuerden siempre que, si resistimos e insistimos esta lucha valdrá la pena”, manifestó el presidente de la Asamblea Nacional, el Parlamento elegido en 2015 que sigue funcionando pese a haber sido anulado de facto por el oficialismo hace dos años.

¿En qué se traducen esos pasos? Según aseguró Guaidó en su cuenta de Twitter, ya se trata de “resultados concretos”. En primer lugar, el envío de 20 millones de dólares para ayuda humanitaria anunciado por el secretario de Estado de Estados Unidos. En segundo lugar, el haber recibido el respaldo de otra institución que en América garantiza el acceso a fondos. “El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) manifiesta su voluntad de trabajar con el presidente interino de Venezuela para asegurar la continuidad de nuestro apoyo al desarrollo del pueblo venezolano”, dijo Luis Alberto Moreno, responsable de esa institución. A eso se suma el reconocimiento recibido por la Administración de Donald Trump, de Canadá, Brasil Colombia, Argentina, Perú, Ecuador o Chile.

Acusaciones de Maduro

Ante el incremento de la presión internacional e interna, Maduro, apoyado por las fuerzas armadas, lanzó este jueves algunas acusaciones habituales. “El Gobierno de EE UU está empujando a la derecha opositora a un estado de locura, violencia y caos”. El sucesor de Hugo Chávez, que el pasado 10 de enero empezó un segundo mandato que la oposición considera ilegítimo, llamó a la población, las comunidades, las familias a convertirse en “defensores activos de la paz”. Ordenó la salida antes del domingo de todos los diplomáticos estadounidenses y anunció el regreso de los funcionarios venezolanos en ese país.

El líder chavista, que cuenta con el apoyo político de Rusia, China y Turquía, se dirigió también al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y al de Uruguay, Tabaré Vázquez, para agradecerles su postura a favor de un proceso de negociación. “Yo al Gobierno de México y al de Uruguay les digo: ‘Estoy de acuerdo con una iniciativa diplomática de diálogo”, continuó durante la inauguración del año judicial. Y dejó a todos claro que seguirá en el poder al menos hasta el 2025. “Pretenden imponer un Gobierno paralelo, un Gobierno de payasos”, enfatizó. “El Gobierno que presido seguirá gobernando (…) seguiremos gobernando, aplicando la ley”, recalcó.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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