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Mario Abdo Benítez, un candidato con alcurnia stronista

El aspirante colorado a la presidente de Paraguay es hijo de uno de los hombres más poderosos de la última dictadura

Federico Rivas Molina
Mario Abdo Benítez el jueves, durante el cierre de campaña del Partido Colorado en Itaguá, en las afueras de Asunción.
Mario Abdo Benítez el jueves, durante el cierre de campaña del Partido Colorado en Itaguá, en las afueras de Asunción.Eitan Abramovich (AFP)
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Alfredo Stroessner fue amo y señor de Paraguay durante 35 años. Resistió en el poder hasta 1989, incluso cuando sus vecinos de Argentina, Brasil y Uruguay ya habían recuperado la democracia. La fortaleza política de Stroessner es deudora del llamado "cuatrinomio de oro", un grupo de cuatro altos dirigentes liderado por su secretario privado, Mario Abdo Benítez. Abdo Benítez murió en 2013 libre de culpa y cargo en múltiples causas por corrupción. Este domingo, su hijo, de 46 años y portador del mismo nombre, puede convertirse en presidente de Paraguay.

Marito, como lo llaman para diferenciarlo de su padre, es uno de los pocos "hijos de la dictadura" que se animaron a la política activa. Lo hizo bajo la bandera del Partido Colorado, la agrupación centenaria que Stroessner tomó para sí y convirtió en la principal fuerza política del país. Los colorados lo dominan todo desde hace 70 años y Marito puede ser el hombre que mantenga viva esa llama.

Dueño de una gran fortuna, heredada de su padre y ampliada aún más gracias a dos empresas constructoras que trabajan con el Estado, Marito ha reivindicado al stronismo, pero no su política de terror. Días atrás, en declaraciones a EL PAÍS, pidió que se lo juzgue por el presente y no por el pasado. "Yo tenía 15, 16 años en el final de Stroessner, no hacía política ni militancia en ese tiempo. Yo rescato las políticas que generaron un impacto positivo, y eso no significa reivindicar a la persona", dijo Abdo. La dictadura stronista asesinó a más de 400 personas y se estima que otras 20.000 sufrieron detenciones y torturas, según el informe de la Comisión de Verdad y Justicia publicado en 2008. La Mesa de Memoria Histórica estableció que de 448 represores investigados, sólo ocho fueron procesados por la Justicia.

La caída del régimen encontró a Marito Abdo estudiando en EEUU, donde terminó su colegio secundario y se diplomó en marketing político. Cuando regresó al país en 1989 se alistó en las Fuerzas Armadas como paracaidista militar. No fue hasta 2005 que decidió hacer política. Fue nombrado vicepresidente del Partido Colorado y luego elegido senador. Desde allí lideró una línea disidente y venció en las primarias partidarias al exministro de Hacienda Santiago Peña, el hombre elegido como candidato por el presidente Horacio Cartes.

Ya en campaña, y necesitado del apoyo de todo el Partido Colorado, Marito firmó la paz con Cartes, una decisión que puede espantar a los sectores que lo veían como el hombre de la renovación. En cualquier caso, sus promesas de campaña no salen de las tradiciones de una agrupación conservadora, forjada en el horno de la derecha. Marito ha dicho que mantendrá sin cambios el modelo económico, que ha dado a Paraguay casi una década de crecimiento ininterrumpido, y que luchará contra la corrupción endémica que asola al país.

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También se mostró fiel a las tradiciones paraguayas más conservadoras. "Yo creo que en los principios bíblicos, el Génesis y yo creo en la familia", dijo más de una vez, y advirtió que vetará cualquier intento de promover el matrimonio igualitario o legalizar el aborto.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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