Ni una semilla de duda: un hospital chino pide donantes de semen leales al Partido Comunista
Los aspirantes también tendrán que acreditar buen estado de salud y carecer de alopecia
¿Es hereditaria la lealtad a un partido? El hospital Número 3 de la Universidad de Pekín parece pensar que sí. Según indica en sus requisitos para donantes de semen, solamente estarán autorizados a entregar su semilla los varones que hayan demostrado estar libres de enfermedades (absolutamente razonable), no presentar indicios de caída de pelo (¿?) y ser absolutamente leales al Partido Comunista de China (¡señor, sí, señor!).
El hospital ha lanzado esta semana una campaña de captación de donantes, que continuará hasta el 23 de mayo, y ha incluido los criterios en un anuncio en su página web.
Los aspirantes, además de ostentar pelazo y no presentar síntomas de enfermedad, deben ser mayores de 20 años, no padecer de problemas de peso ni daltonismo.
Pero, sobre todo, deben contar con “cualidades políticas favorables”. Y eso, en China, implica ser fiel al Partido. El candidato, reza el anuncio, debe “amar la patria socialista y abrazar el liderazgo del Partido Comunista”. Es más, insiste, debe “ser leal a las tareas del Partido, decente, respetuoso con la ley y estar completamente libre de problemas políticos”. No vaya a ser que lo de salir contestatario se contagie y se pase a la próxima generación.
Para certificar que todo está en orden, los aspirantes deberán someterse a dos pruebas físicas. Una, para comprobar que la calidad del semen donado es pareja a la cualidad moral del donante; es decir, óptima. Otra, para chequear el estado físico del aspirante.
¿Por qué prestarse a ello? Por si la oportunidad de engendrar niños de correcto espíritu comunista y cabello lustroso no es lo suficientemente atractiva, se ofrece a los potenciales donantes un incentivo puramente capitalista: los que pasen las pruebas cobrarán “ipso facto” 200 yuanes (unos 30 euros). Los aceptados finalmente en el programa, 5.500 (unos 750 euros). A cambio, se comprometerán a entregar una decena de muestras a lo largo de seis meses, para garantizar que el hospital cuenta con un suministro adecuado.
Hasta aquí, todo claro. Pero, ¿cómo comprobar esas bruñidas cualidades políticas que se reclaman? Pues como en la milicia el valor, se dan por supuestas y no habrá prueba del algodón para demostrarlas. “Vale si uno mismo se considera apto”, ha declarado uno de los médicos del hospital al periódico de Hong Kong South China Morning Post.
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