Corbyn relaciona el terrorismo en su país con la política exterior británica
Theresa May critica a un líder laborista que "no está preparado para el trabajo" mientras este recorta distancias en los sondeos
Con el nivel de alerta aún al máximo y la policía peinando la ciudad de Mánchester a la caza de la red que arropó al terrorista suicida, la campaña electoral se reanudó este viernes en Reino Unido con polémica. El líder laborista, Jeremy Corbyn, vinculó la política exterior del país y su intervención en guerras en el extranjero con los ataques terroristas en casa. “La guerra contra el terror sencillamente no está funcionando”, defendió, en una intervención muy medida que, sin embargo, provocó duras críticas de la primera ministra desde la primera jornada del G7 en Taormina. A dos semanas de las elecciones, la inquietud se apodera de los conservadores al constatar, en las últimas encuestas, que los laboristas siguen recortando distancias.
Corbyn quiso dejar claro, en un discurso pronunciado en Londres, que solo los terroristas son culpables de sus viles acciones. Pero defendió que corresponde a los Gobiernos valorar la efectividad de sus políticas. “Ninguna lógica basada en las acciones de ningún Gobierno puede remotamente excusar o explicar salvajadas como la masacre de esta semana”, advirtió el veterano militante antibelicista. “Pero debemos ser lo suficientemente valientes como para admitir que la guerra contra el terrorismo sencillamente no está funcionando. Muchos expertos señalan las conexiones entre las guerras en las que hemos participado o hemos apoyado con el terrorismo aquí en casa”.
“Necesitamos una manera más inteligente de reducir la amenaza de países que alimentan y generan terrorismo”, añadió el líder laborista. “Ningún Gobierno puede prevenir todos los ataques terroristas. Pero su política exterior debe reducir en vez de aumentar la amenaza terrorista a este país”.
Sus oponentes no tardaron en acusar a Corbyn de explotar electoralmente la tragedia del lunes en Manchester, donde el terrorista suicida Salman Abedi mató a 22 personas, algunas de ellas niños, haciendo estallar una bomba tras un concierto de Ariana Grande. El ministro de Defensa, Michael Fallon, acusó al candidato laborista a primer ministro de practicar “un pensamiento muy embarullado y peligroso”, y Boris Johnson, el poco sutil titular de Exteriores, calificó sus comentarios de “absolutamente monstruosos”.
La primera ministra británica, Theresa May, aprovechó la rueda de prensa final de la primera jornada del G7 en Taormina, Sicilia, para arremeter contra el laborista. “Hoy he estado trabajando aquí con otros líderes mundiales para luchar contra el terrorismo. Pero Corbyn, al mismo tiempo, ha dicho que, en parte, los ataques son culpa nuestra”, dijo encolerizada. "Nunca puede haber una excusa para el terrorismo ni para lo que sucedió en Mánchester. La elección en las urnas está entre yo, que trabajo constantemente para proteger la seguridad nacional, o Jeremy Corbyn, que no está preparado para este trabajo”.
La reanudación este viernes de la campaña electoral, interrumpida tras el atentado en Manchester, colocó toda la presión en los tories, que vieron cómo, en las últimas encuestas, los laboristas recortan aún más su distancia. Un sondeo llevado a cabo entre el miércoles y el jueves coloca a los conservadores solo cinco puntos por delante, casi la mitad que hace una semana y casi cuatro veces menos que cuando Theresa May, hace un mes, decidió adelantar las elecciones para asegurarse una mayoría parlamentaria más sólida que le dé más fortaleza para negociar el Brexit en Bruselas. La intención de voto a los laboristas es en esa encuesta de YouGov de un 38%, el nivel más alto desde octubre de 2014. Pero no es el único dato del sondeo que debería preocupar a los conservadores: la valoración de May baja y la de Corbyn sube, lo que indicaría que la estrategia de los tories de convertir los comicios en una especie de elección presidencial entre los dos líderes no está dando el resultado deseado.
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