La muerte del mito Fidel a ojos de 'millennials' cubanos
Acompañamos a un grupo de estudiantes en el definitivo acto de masas en La Habana
Este martes La Habana despidió a Fidel Castro en una concentración popular en la Plaza de la Revolución con discursos de líderes de otros países culminados con uno del presidente Raúl Castro. La asistencia fue alta pero la plaza no estaba a reventar, quizás porque todo el lunes y el martes hasta mediodía los habaneros pudieron rendir tributo a Castro en la misma plaza en un salón solemne habilitado en el memorial José Martí. Entre los dos días, según cálculos oficiales, han pasado por la plaza cerca de dos millones de personas, casi un 20% de la población de Cuba.
En la plaza estaba un grupo de estudiantes de preuniversitario. Estuvimos con ellos dos horas –buena parte del acto– mientras iban hablando los dignatarios.
–Esto es muy interesante. El pueblo se siente identificado con este suceso. Yo soy activista en mi escuela –arrancó, formal, Liumey Lorente, 17, una joven de ojos rasgados nieta de chino habanero.
–¿Qué es activista?
–Es el puesto que sigue al jefe de destacamento
–Yo soy la jefa de destacamento –intervino Roxana Herrera, 17 años.
–¿Y cuál es tu función?
–La disciplina del aula.
–¿Y eres dura o flexible?
–No se puede ser flexible.
–Mano dura –coincidió Liumey, en tono de broma.
En el estrado, Rafael Correa, presidente de Ecuador, decía: “Fidel murió invicto. Sólo el inexorable paso de los años lo pudo derrotar”.
Los estudiantes eran alumnos de la Escuela República de Panamá.
–¿Visteis alguna vez a Fidel Castro en persona?
–Sí.
–Cómo lo recordáis, dadme un detalle cada uno.
–Uniforme verde oliva –Liumey.
–Fuerte –otra Roxana, Arango, que estaba con ellas–. Muy alto.
El profesor se acercó. Joan Mesquía, de 27 años. Era el docente a cargo.
Jacob Zuma hablaba de “la relación imperecedera entre Sudáfrica y Cuba”.
–Enfocamos todas las asignaturas con algo patriótico –dijo Mesquía, profesor de Biología.
–¿Y cómo emerge lo patriótico en una clase de Biología?
–Podemos vincular hechos históricos. Decir dónde ocurrió un hecho y relacionarlo con los tipos de plantas del lugar, por ejemplo la palma real en Sierra Maestra.
Otro alumno, Eddy Nelson, se acercó a decir:
–Fidel es el líder de la Revolución y Raúl la continuidad. Me gusta su porte, la seguridad que tiene.
Eddy Nelson dijo que quería estudiar periodismo. “Para conocer el mundo y estar actualizado. Me gustaría ser corresponsal en Barcelona”.
–¿De que periódico?
Se lo pensó.
–El New York Times –le sugirió Liumey.
–¡Coño, el New Herald [sic]! -irrumpió Alexánder Padilla.
Se rieron.
–¿No es tremendo periódico? –dijo Alexánder con gesto de incomprendido.
Los muchachos estaban debajo de los rostros de Che Guevara y Camilo Cienfuegos que decoran dos fachadas de la plaza. “Son una mezcla entre una escultura y una gigantografia”, explicó Alexánder.
–¿Cómo veis a vuestro país en el futuro?
–No sé, es que no me vienen las ideas –empezó Roxana Arango. Caviló y siguió–. Yo espero que siga siendo un país socialista, que no volvamos a ser colonia de nadie. Que se mantengan vigentes las ideas de nuestro Comandante.
–Dicen que Trump declaró tres días de fiesta en Miami en la Pequeña Habana. Lo dicen en las redes. ¿Es cierto? –preguntó de repente el profesor.
Eran las ocho y habían llegado a la plaza a las tres de la tarde. Al terminar el acto se agruparían, volverían a la escuela “en guagua” y allí descansarían hasta salir a las cuatro de la madrugada, explicó el maestro, hacia Virgen del Camino, un lugar a las afueras de La Habana, porque la caravana con los restos de Castro pasaría por allí al amanecer e irían a saludarla a su paso.
–¿Qué es Virgen del Camino?
–Es un lugar sagrado que tenemos en Cuba donde está representada la Virgen Maria, la Virgen de todos los Santos –detalló el profesor, que llevaba un grueso crucifijo colgando al cuello.
–¿Eres católico?
–No –respondió–. Es un objeto nada más.
–¿Y qué sentimientos os despierta Estados Unidos?
–¿Que cómo lo veo? –se extrañó Liumey.
–Yo lo veo como un país desarrollado –saltó Roxana Arango.
–Todos los paises son desarrollados –objetó Liumey.
–Pero nosotros no somos un país desarrollado –dijo Roxana.
–No, la mayoría de los paises –Liumey.
Terminó el turno de República Dominicana. Los muchachos se giraron y le aplaudieron fuerte.
Marcos Alain Escalona, también de 17 años, llevaba puesta una camiseta del Real Madrid. “Me la regaló mi hermano”. Fan del club merengue, contó que le gustaría estudiar Biología Marina. “Me gusta lo marítimo. Bucear y esas cosas”.
Había salido al escenario Sánchez Cerén, el presidente de El Salvador, y decía: “Fidel y sus ideas viven en el corazón de millones de seres humanos. Muchas gracias, Fidel, muchas gracias pueblo de Cuba”.
Los chicos aplaudieron.
Luego habló el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras.
–Ah, ahora van a hablar en griego –dijo Eddy.
–¿Y sabéis de los problemas que ha tenido Grecia estos años?
Los muchachos, que cuando empezó la gran recesión europea no tenían ni diez años, se miraron y dijeron que no.
–No tenemos mucha información de Grecia –explicó el profesor–. Aquí en la televisión se pasa sólo lo más importante del mundo. Y tenemos Internet, pero no tanto como en otros países.
Las gigantografías del Che y Cienfuegos, ya entrada la noche, brillaban sobre ellos con su espléndido sistema de iluminación.
–Yo quiero estudiar Derecho –resurgió Alexánder.
–¿Por qué?
–Por mi mamá. Es abogada.
–¿Que te gustaría hacer como abogado?
–Defensor. Derecho penal.
Llevaba una camiseta con el retrato de dos personajes históricos.
–Julio Antonio Mella y José Antonio Echevarria –explicó.
–¿Y quiénes fueron ellos?
–Mártires.
–¿De qué tipo?
–Estudiantiles.
La leyenda de la camiseta decía: Todo tiempo es corto para hacer y tenía el dibujo de una flecha que indicaba hacia atrás.
–¿Y por qué la flecha es retroceso? –le preguntó Eddy.
"¡Hasta la victoria siempre!", terminó Tsipras.
Los muchachos aplaudieron.
El maestro de ceremonias introdujo al siguiente dirigente. “En nombre de la Republica Argelina Democrática y Popular el presidente del Consejo de este hermano país, Abdelkader Ben Salat”, que encadenaba las primeras palabras de su discurso cuando…
–¡Para, que va a hablar Raul! –alertó Eddy con emoción.
Pero se confundió. El traductor al español había traducido una frase que aludía a Raúl Castro y al oír el nombre Eddy, despistado de espaldas al escenario, pensó que iba a salir a hablar el general y presidente de Cuba.
Hablando de todo un poco, llegamos a los orígenes de Fidel Castro.
–¿Alguno sabe cómo se llamaba su padre?
–Alejandro…
–Juan…
–Ramón...
–Espera que lo miro –reaccionó Marcos tecleando su móvil.
–Se llamaba Ángel –dijo de inmediato con gesto de ganador.
Su teléfono no estaba on line pero tenía bajada la base de datos de Wikipedia.
–Es útil para los estudios –dijo.
“Gloria eterna al gran compañero Fidel Castro”, retumbaron los megáfonos de la plaza.
“En nombre de la República Islámica de Irán, el vicepresidente Majid Ansari”.
Proseguía el desfile de dignatarios.
–Os hago una pregunta. Cuando Cuba se desarrolle más económicamente, ¿qué os gustaría que hubiera o que mejorase?
–La comida –dijo Marcos.
El profe le rumió algo.
–¡La comida, asere [modismo cubano de amistad]!
–El Internet –Eddy.
–Que se desarrolle más el fútbol cubano –Alexánder.
–Para mí todo está bien –Roxana Herrera, y cuando ya le tocaba a otro interrumpe–. Bueno, nada más que tenemos algunas limitaciones en el Internet para conectarnos con todo el mundo.
–Que nos quiten el bloqueo –Joan, el profesor.
–Tenemos prácticamente todo –Roxana Arango–. Y añade que si pueden retirar el bloqueo, mucho mejor.
–Más acceso a redes sociales –Thalía Martínez.
–Y que sea gratis –Roxana Herrera–. Lo único gratis es en Kcho, que es el museo de un artista revolucionario, pero va demasiada gente y pasamos trabajos para conectarnos.
Termina Irán. Aplausos. “Muchísimas gracias”, dijo el profesor a Majid Ansari, aunque no había prestado demasiada atención a sus palabras. “El último en hablar será Raúl”, anunció a sus alumnos.
–¿Cómo se llama el presidente de Rusia? –dijo Eddy.
–Maluma –improvisó de chsite Roxana Herrera.
Todos se rieron.
–¿Quién es Maluma?
–Un cantante –Eddy.
–¿No lo conoces? –Alexánder y Roxana Herrera, al unísono.
–Un cantante colombiano –Eddy.
–¿De qué género?
–Reguetón –tres a la vez.
–¡Reguetón, papi! –Marcos, tumbado en el suelo.
Habló la presidenta del buró político de Vietnam.
Y más tarde:
“En el nombre del Dios compasivo y misericordioso”, dijo una traductora, “hemos acudido hoy a las exequias de un gran líder, símbolo de la resistencia”. Era el turno de Catar.
–¿Quién crees que ganará el día 3? –me preguntó el maestro.
–¿En el derby Madrid-Barcelona?
–Sí. Yo digo 4-0 el Barca. Goles de Messi, Neymar… me imagino que Luisito El Animal marque también, y Rackitic, si lo ponen.
El profesor mostró sus calcetines. Colores y escudo blaugranas.
–¡Va a hablar Raúl Castro! –avisó uno, agitado.
–¡Me voy a parar [levantarme]! –otro.
–¡Párate, párate! –dijeron al reportero.
Todos levantados. Pero no. Catar había hecho una referencia a Raúl Castro –igual que ocurrió con Argelia– y se volvieron a confundir al oír la voz de la traductora mencionando al líder de Cuba.
Marcos se sentó otra vez, el primero. Thalia, su novia, también. “Nos vamos a casar cuando terminemos los estudios”, dijo él.
“A continuación, en nombre de Bielorrusia, habla Victor Sheiman”, dijo el locutor algo después. Posteriormente le tocó su momento a Evo Morales, el presidente de Bolivia.
"Sembrando trincheras de esperanza”. Evo Morales. “Fidel no ha muerto, no puede morir, Fidel está instalado por encima de su propia vida”. Evo Morales. “América no se puede conocer en el siglo XX sin Fidel". Evo.
Joan, el profesor, dijo mientras Morales hablaba que tiene dos empleos como profesor y mejora sus ingresos con un pequeño puesto de comidas en el que tiene un empleado. Dijo que “gracias a una reforma de Raúl Castro” se podía trabajar en otra cosa aún siendo maestro.
Evo Morales: “¡Cuba es la Revolución que todo el mundo sueña!”.
Luego pasaron otros mandatarios importantes, como Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, y el venezolano Nicolás Maduro, último antes de la intervención de Raúl Castro. Después, los estudiantes y el profesor de Escuela República de Panamá irían a reposar unas horas.
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