Arzobispado de México: “Un niño tiene más posibilidades de sufrir abusos sexuales de un padre homosexual”
El cardenal primado Norberto Rivera arrecia su pulso a Peña Nieto y dibuja en su semanario eclesial un cuadro esperpéntico sobre la homosexualidad
La poderosa Arquidiócesis de México puso este domingo un leño más a la hoguera antigay. En su semanario Desde la fe, principal altavoz de los sectores más conservadores de la Iglesia, al intentar exponer los motivos por los que está en contra del matrimonio igualitario y de las adopciones por parejas gays, ofreció un catálogo de calamidades que incluyen el aumento de enfermedades, la desestabilización emocional de los menores, su peor rendimiento escolar y hasta un mayor peligro de agresión sexual: “Un niño tiene más posibilidades de sufrir abusos sexuales de un padre homosexual”, sentencia la revista eclesial.
El ataque homófobo llega en un momento especialmente sensible. El arzobispo primado de México, el cardenal Norberto Rivera, de quien depende el semanario, ha tomado las riendas de la jerarquía y ha lanzado un histórico pulso al presidente Enrique Peña Nieto. Ante su propuesta de reconocer constitucionalmente los matrimonios homosexuales (algo ya admitido judicialmente), Rivera ha movilizado sus huestes y desencadenado una ola de manifestaciones que culminaron el sábado en la Ciudad de México con una gran marcha contra el matrimonio gay y, a la postre, la laicidad del Estado.
Justo al día siguiente de este exhibición de fuerza, a la que acudieron decenas de miles de personas y que el Papa apoyó desde el Vaticano, el arzobispado lanzó su vitriolo. El escrito dibuja un cuadro calamitoso en aquellos países donde se permite el matrimonio homosexual: “En donde se ha impuesto esa ley, quien expresa su desacuerdo enfrenta multas y cárcel. Han sido ya encarcelados dueños de hoteles que no admiten homosexuales en sus habitaciones; pasteleros que rehúsan decorar un pastel de boda con motivos gay; padres de familia que se oponen a que a sus niños les enseñen en la escuela que la homosexualidad es natural”.
Bajo esta visión apocalíptica, el Arzobispado dirige sus obuses contra el “estilo de vida homosexual” y sus riesgos para la salud. “Incontables estudios científicos muestran que los homosexuales son quienes más padecen y contagian enfermedades de transmisión sexual”.
Pero la mayor andanada llega al tratar la adopción. “Está probado que los hijos de padres homosexuales sí son afectados: en su autoestima, en su identidad sexual, en su estabilidad emocional, en su rendimiento escolar, etc. […] Un niño tiene más posibilidades de sufrir abusos sexuales de un padre homosexual”.
En este infierno en la tierra, los obispos insisten en el peligro de que “la ideología de género” penetre en los centros escolares “como ha ocurrido en Estados Unidos y Europa”. Un modelo educativo que ha desembocado, a juicio del altavoz eclesial, en una pérdida de valores en lugars como España o Alemania donde se promueve este tipo de educación: “En dichos países se anima a los niños a que se exploren mutuamente sus partes íntimas, practiquen la masturbación, se intercambien ropas, las niñas se vistan de niños y los niños de niñas, para que sientan ‘cómodos’ con la idea de ser de otro sexo”.
Como remate, la Arquidiócesis niega que el Papa dijese que la Iglesia católica debería disculparse con las personas gays por la forma en que los ha tratado. Por el contrario, Desde la fe cita a su propio cardenal, uno de los grandes defensores del pederasta Marcial Maciel, y recuerda sus palabras: “Solo hay que pedir perdón cuando se ha ofendido”. Algo que, a su juicio, no ha ocurrido nunca.
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