La mujer embarazada que se colgó del segundo piso del Bataclan está bien
Una campaña en redes permite localizar a quien la ayudó a volver al edificio. Y está vivo
La imagen borrosa y desenfocada en la que se la veía colgada de la fachada de la sala Bataclan quedará como una de las instantáneas de los brutales atentados del viernes en París. "Estoy embarazada", gritaba mientras se aferraba a una ventana del segundo piso del edificio del que salían a trompicones los asistentes al concierto que lograban huir de los terroristas. El vídeo, reproducido viralmente, concluía con una silueta que tras asomarse y cruzar unas palabras con ella la agarraba de las muñecas y la ayudaba a volver a entrar en la sala donde murieron 89 personas. Pero, ni ella ni su salvador anónimo están entra las víctimas mortales.
Pour elle, merci de RT largement ce message. #bataclan #rechercheparis #parisrecherche pic.twitter.com/0xKxTPegJJ
— FAT ✊ (@__F_A_T__) November 15, 2015
Tras el ataque, los amigos y familiares de la mujer embarazada pusieron en marcha una campaña en Twitter para encontrar a esta persona que, en pleno ataque, se paró a ayudarla. "La mujer embarazada que todos habéis visto en vídeo, suspendida en la ventana de Bataclan pidiendo ayuda, quiere encontrar al hombre que la subió (y que, al mismo tiempo, la salvó). Sólo para decirle “gracias”, afirmaba Frans Torreele, amigo de la embarazada, en un Twitter difundido más de 1.800 veces. Según explica el propio Torreele a la edición francesa del Huffpost, tanto ella como el bebé están bien.
"Gracias al anuncio en Twitter, el hermano del hombre que la ayudó contactó conmigo por mail. Verifiqué con él y con mi amiga que se trataba de la persona correcta, e intercambiaron sus números. Él también está bien, que es lo que todos queríamos saber", relata Frans Torreele a la web francesa de El Huffington Post.
"A ella la salvó una sucesión de pequeños gestos y atenciones. En un momento de locura total, esos gestos minúsculos consiguieron grandes cosas. "Apenas somos capaces de imaginar hasta qué punto una mano tendida o una palmada en el hombro pueden salvar a la gente. Y esas personas se merecen un agradecimiento, un abrazo", ha añadido Torreele.
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