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Ojo con el Maidán de Kiev

Pilar Bonet

Ojo con el “Maidán” (las protestas que transformaron en una revolución) de Kiev. Los manifestantes no se han ido a ninguna parte. Siguen ahí en la plaza de la Independencia, dispuestos a seguir marcando a los políticos, como los ha marcado hasta ahora, y a exigirles más. Hoy, domingo, se ha convocado una gran manifestación en la capital de Ucrania para conmemorar el 200 aniversario del naciomiento del gran poeta ucraniano Tarás Shevchenko.

Esa manifestación, me dicen analistas ucranianos desde Kiev, puede convertirse en un acto de “patriotismo” en el que el Maidán exprese su voluntad en relación con Crimea y con Rusia. Ojo, porque el Maidán hasta ahora siempre ha empujado a los políticos a ir más lejos y los políticos que hoy se reparten cargos en Kiev siempre le han tenido miedo al Maidán, e incluso es posible que le teman más que a Rusia.

Ni Alexandr Turchínov, que actúa de presidente en funciones, ni Arseni Yatseniuk, que lo hace como jefe de Gobierno, son personajes con “legitimidad permanente” para el Maidán. Su “legitimidad” popular, depende de lo que hagan, de cómo reaccionen, y, desde la perspectiva de los manifestantes y de los grupos más radicales como "El Sector de Derechas", debe ser revalidada día a día, hora a hora. El Maidán—como ya se vio—tiene poca paciencia.

Occidente, encarnado en los ministros de Asuntos Exteriores de Polonia, Francia y Alemania, avaló un acuerdo con el presidente Víctor Yanukóvich (elegido democráticamente en 2010) el 21 de febrero y ese acuerdo se convirtió en papel mojado a las pocas horas porque así lo decidió el Maidán primero y la Rada, después. Poco importa que Occidente haya decidido que el presidente en funciones y el jefe del gobierno en funciones son sus interlocutores válidos.

“El Maidán va a pedirles cuentas ya, porque no está contentos, sobre todo por la invasión rusa en Crimea, porque los dirigentes hacen como si no pasara nada en Ucrania, como si todo fuera normal y dan voces para que otros les ayuden”, afirma en Kiev un analista con el que hablo por teléfono desde Simferópol. “Si antes había una fisura entre el Maidán y los líderes de la oposición parlamentaria, ahora hay un abismo entre el Gobierno y la calle”, señala."¿Cómo es posible que la Rada no esté reunida permanentemente en estas circunstancias?”, se preguntaba mi interlocutor.

En Kiev, Dmitri Yárosh, el dirigente de la organización de extrema derecha “El Sector de Derecha”, ha anunciado que se presentará a las elecciones a la presidencia de Ucrania. Yárosh se dirigió antes a los soldados ucranianos en Crimea y les dijo que la “revolución nacional continua”, según figura en un texto publicado en su página de facebook. “El levantamiento del pueblo ucraniano contra la ilegalidad, la corrupción y el régimen criminal oligárquico continua” y “en esta época difícil hemos tenido que resistir el golpe de nuestro enemigo, la Moscú de los imperialistas que no pueden concebir su vida sin dominar a Ucrania”. “Ustedes son los guardianes no solo de la soberanía y la integridad territorial de nuestra tierra, sino también del honor de la nación ucraniana”, señalaba.

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El sábado Yarosh dijo en Kiev que enviará a sus activistas a Crimea si así lo decide el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa y que actuará conjuntamente cn los órganos nacionales, según la agencia RBK. “En este momento todos los miembros de nuestra organización se encuentran en sus puestos”, afirmó. “Cumpliremos las decisiones del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa si se decide enviar tropas”, afirmó el líder radical, según la agencia. Yarosh criticó al gobierno por la “falta de profesionalidad”. “Necesitamos un gobierno de unidad nacional no un gobierno de un partido”, sentenció en relación a un ejecutivo donde “Patria”, el partido de Timoshenko, es la fuerza dominante. Por su parte, el primer presidente de Ucrania, Leonid Kravchuk, ha advertido que el referéndum en Crimea empeorará la situación y que Crimea puede convertirse en un foco de tensión como el Transdniéster, en Moldavia, si Ucrania no reconoce los resultados del referéndum. En la región de Odessa en la frontera con Transdniéster, los guardafronteras ucranianos han comenzado una operación para evitar que puedan entrar “provocadores” en el territorio de Ucrania. En esa frontera precisamente está desplegada la EUBAM, una misión de la Unión Europea, que ayuda a los guardafronteras ucranianos.

El Transdniester, que oficialmente es parte de Moldavia, es un territorio, que perteneció a la república soviética de Ucrania en calidad de autonomía (1924-1941), pero que Stalin cercenó y unió con la antigua Besarabia rumana para formar lo que hoy es Moldavia. El conflicto entre la población mayoritariamente eslava de la ribera izquierda del Dniéster y la población moldava, de la ribera derecha, se hubiera podido resolver con una fórmula confederal en 2003, pero EEUU y la EU presionaron a Moldavia para que no la aceptara. La provincia ucraniana de Odessa es clave para dar una salida al mar al Transdniéster, donde está emplazado un contingente militar ruso con dificultades para desplazarse y abastecerse debido al carácter cerrado del territorio encajonado entre el rio Dniester y Ucrania.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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