Triste aniversario el de la apertura del campo de detención de Guantánamo. Se produjo hace 12 años, en plena guerra contra el terror, para mantener en detención indefinida y sin juicio a los combatientes enemigos que supuestamente combatían contra EE UU en aquella contienda sin frentes. El 11 de enero de 2002 ingresó el primer detenido en este campo inventado por George W. Bush con el objetivo declarado de eludir las convenciones de Ginebra sobre derechos de los prisioneros de guerra, pero también para evitar juzgarlos bajo la legalidad garantista de EE UU. El resultado es la actual institución monstruosa, que sigue funcionando incluso más allá de la voluntad de los gobernantes estadounidenses. De los 12 años de vida de Guantánamo, los cinco últimos han transcurrido ya bajo responsabilidad de Obama, el presidente que prometió cerrar el campo y que incluso firmó una orden ejecutiva a los dos días de tomar posesión, pero ha terminado asumiendo su existencia, hasta el punto de que a él se debe la reinstalación de comisiones militares o consejos de guerra secretos y sin garantías para juzgar a los detenidos.
En su primer mandato, Obama pudo exhibir la oposición del Congreso a las transferencias de detenidos y a su enjuiciamiento en territorio estadounidense. La herencia que entonces rechazaba se ha convertido cinco años después en plenamente asumida y parte del dispositivo de seguridad a su cargo como comandante en jefe. Un buen número de detenidos se hallan ahora en huelga de hambre indefinida y sometidos a alimentación forzosa, circunstancias sobre las que las autoridades responsables han dejado de proporcionar información. Entre los presos restantes, 45 han sido designados sin juicio para la detención indefinida, una pena fuera de todo código nacional e internacional. El Centro para los Derechos Constitucionales mantiene abierta una campaña bajo el lema Basta de excusas, cerrad Guantánamo.
Comentarios
Escaparse de la legalidad, no exonera al responsable de atenerse al código de defensa internacional del hombre. ¿Cómo se concibe atacar a un supuesto terrorista en su propio país, sin juicio alguno, o secuestrarlo para encerrarlo indefinidamente, y al responsable de este acto, no se le imputa por violar lo mas elemental, respeto al individuo y a los países soberanos? Ya vimos cómo se otorgan el derecho de espiar hasta al amigo...¡Patético!
Hay obras en la vida del hombre que acaban adquiriendo vida propia, más allá de la de su autor. Pasa con las obras inmortales en el arte y con las obras letales en la política. Bush creó un monstruo y éste se impuso a su sucesor. Cómo acabar con él.
Cómo acabar con este monstruo, decía. Bueno, la muerte natural puede ser una solución. Pero lo mismo que esta aberración adquirió vida propia, mientras vivió, su huella permanecerá indeleble para vergüenza del país que la pergeñó. Dirán que les fue muy bien para la lucha antiterrorista, pero Guantánamo será una mancha eterna en el expediente de este gran país. Cada vez que hablen de respetar los derechos humanos, se lo sacarán. Otra cosa es que les importe.
En la base terrorífica de Guantánamo siguen ladrando los perros imperiales... guau, guau, guau.... solo les falta perfeccionar el canibalismo ideológico. Para esos perros un ser humano es una simple presa, y son son tan descarados que se disfrazan de cristianos. El gran can, de nombre Bush, contempla con satisfacción su obra zoológica y el otro can, de nombre Obama, obedece a su antiguo amo.
lamentablemente las naciones unidas no han ayudado a nuestro país para ser mejores, cuando inician su gobierno te prometen que cambiaran y será mejor pero por lo visto siempre caemos en lo mismo.
La violación de los derechos humanos es algo cotiniado en el mundo sin que nadie haga obsolutamente nada, Estados Unidos es tan solo el vivo ejemplo de la ilegalidad y atropello contra el ser humano despojandolo de toda dignidad , que podiamos esperar de Obama que fuera diferente a los anteriores, claro que no, esto no podria ser y nunca sucedera este quien este en su lugar
Hay obras en la vida del hombre que acaban adquiriendo vida propia, más allá de la de su autor. Pasa con las obras inmortales en el arte y con las obras letales en la política. Bush creó un monstruo y éste se impuso a su sucesor. Cómo acabar con él.
No hay una instancia superior que pueda decir ¡Basta ya! con la autoridad necesaria para imponer su aplicación, o su aceptación moral. El que posee autoridad moral es respetado y sus decisiones son, así entendidas. Autoridad es una instancia superior “por-encima-de” con capacidad necesaria de coaccionar la libertad individual en aras de la sociedad y el marco donde esta delimita la práctica individual. Un orden-moral-simbólico que debe ser legitimado por una autoridad. Si Guantánamo sigue abierto, quiere esto decir que no existe autoridad, ni moral de cualquier naturaleza, que pueda o quiera evitarlo. O por el contrario; hay una autoridad-moral que es capaz de mantenerlo abierto. La Organización de Naciones Unidas no es fuente de autoridad internacional, sino un organismo de consenso o de poder. Dado que el consenso puede ser (es), obtenido por coacción de algunas instancias integrantes, que por su autoridad económica o militar, pueden hacerlo sobre las otras. En definitiva la ONU (Asamblea General), es un organismo que dicta resoluciones que declaran intencionalidad pero que en ningún caso son “Autoridad” como tal, dado que la aplicación de sus resoluciones se viene, desde su fundación, incumpliendo. Amén de las interpretaciones libres de otras resoluciones del Consejo de Seguridad (Instancia con autoridad efectiva), como la 1973 de 17 marzo de 2011, para proteger a los civiles libios. Lo que sobrevino fue un bombardeo sistemático del país, pillaje, robo, asesinatos colectivos, persecución política, que poco o nada tiene que ver con la protección de civiles y si mucho con el linchamiento de un sistema político incómodo para los intereses occidentales. Solo hay que echar un vistaza para ver no se ha hecho nada para proteger a los civiles libios. Lo que resulta más paradójico es que para esta “obra”, se vistiera el santo con la saya de-lo-moral, o aún peor, de lo humanitario. En el caso de Guantánamo la autoridad moral de aplicación efectiva, las leyes, no llegan a sus muros puesto que, estos, están fuera del marco donde se aplica, los EEUU. Esto nos hace sospechar en un mecanismo muy común, de aplicación “fuera del marco” Los EEUU pueden tener un sistema de garantías muy avanzado pero que no aplican fuera de su territorio nacional, donde se vienen comportando con la brutalidad a la que nos hemos ya acostumbrado El basta ya de Lluís, que hacemos nuestro, no es, por lo expuesto, un imperativo como pudiera parecernos, sino un ruego, una súplica, casi una oración. Es decir, ¡basta ya! no es un puñetazo en el mesa de una autoridad aceptada y respetada, sino la elevación de una demanda por alguien que no posee autoridad de ninguna naturaleza para reclamar por ley, aquello que solicita y que implora su cumplimiento, como el reo implora la absolución de su pena. El juego político del presidente malo (Buhs), y el presiente bueno (Obama), ha durado poco. No solo por Guantánamo sino por todo lo que Obama ha consentido y aumentado. Los defensores de Obama empiezan a tener problemas para que el público, que comienza a sospechar, acepte el mensaje. A cada nueva revelación de violaciones masivas de los derechos, surgen nuevos (viejos), argumentos para exculpar al premio nobel de la paz, de la autoría de los delitos.
Me uno a la campaña: Basta de excusas Cerrad Guantanamo y la completo: Y que Obama devuelva el nobel de la paz que le regalaronJose luis Espargebra Meco desde Buenos Aires
Han tratado de cerrarla, sin duda. Pero se han enfrentado a dificultades prácticas, como la de que ningún "aliado" ha querido recibir prisioneros, como si la ola terrorista desatada por Bin Laden hubiera tenido como único y exclusivo fin golpear a EE UU. Esa cárcel es una creación aberrante, digna de su orientador inicial George W. Bush.
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Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).