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China quita hierro a las acusaciones de los candidatos

El régimen de Pekín desoye las críticas sobre violaciones de la propiedad intelectual y la devaluación

China sigue con atención las elecciones estadounidenses, mientras se prepara para su propio proceso de cambio en la cúpula dirigente en el XVIII Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh), que comienza el 8 de noviembre. La televisión estatal informa sobre los actos de las campañas de los dos candidatos, algunas páginas web como ifeng muestran en directo los debates, y las redes sociales bullen con discusiones sobre el desarrollo electoral y lo que son percibidos como ataques de Barack Obama y Mitt Romney a China.

Pekín ha salido al paso de las referencias de los dos candidatos a China y les ha urgido a que se abstengan de avivar las tensiones. Tanto Obama como Romney se comprometieron en el debate final en Florida a endurecer su postura con Pekín, a quien los estadounidenses acusan, entre otros, de continuas infracciones de la propiedad intelectual y de mantener artificialmente infravalorada su moneda para favorecer a sus empresas exportadoras, con la consiguiente destrucción de empleos en Estados Unidos.

“Sean del partido que sean, los políticos estadounidenses deberían ver el desarrollo de China de forma objetiva y racional y hacer más por la confianza mutua y la cooperación”, dijo el portavoz de Exteriores, Hong Lei, tras el debate. Durante el cara a cara, Romney repitió que si es elegido declarará a China manipulador de divisas el primer día como presidente. “Se están llevando nuestros empleos. Están robando nuestra propiedad intelectual, nuestras patentes, nuestros diseños, nuestra tecnología, pirateando nuestros ordenadores, copiando nuestros productos”, afirmó el candidato republicano. Pero descartó una guerra comercial.

Obama se comprometió a cooperar con la potencia asiática, a pesar de los numerosos conflictos económicos y el tremendo déficit comercial, que ascendió a 295.500 millones de dólares el año pasado. “China es un adversario y también un socio potencial en la comunidad internacional si sigue las reglas”, señaló el presidente estadounidense.

La prensa china ha respondido a lo que considera el tono antichino del discurso de los candidatos. “Lo desee o no, demócrata o republicano, el próximo presidente de Estados Unidos tendrá que rebajar el tono de la retórica empleada durante la campaña. Ambos candidatos presidenciales se comprometieron en su tercer y último debate a que presionarán a Pekín para que 'juegue de acuerdo a las reglas' (…) Sin embargo, su definición de 'las reglas' es principalmente proamericana”, ha señalado la agencia oficial Xinhua.

El auge de China se ha convertido en fuente de fricciones en Asia, donde las ambiciones de Pekín chocan con los deseos de Washington de mantener su papel como fuerza dominante en la región. Pero Pekín ha preferido siempre una relación de estabilidad con Estados Unidos, y querría ver una Administración que revitalice la economía americana, con objeto de invertir la tendencia en la ralentización de las exportaciones chinas. Aunque muchos chinos admiran la frescura de la democracia estadounidense, no creen que pueda ser importada a China de forma inmediata, porque piensan que el país y la población no están preparados.

“La afirmación de Romney de que declarará a China manipulador de divisas es simple retórica. Si gana y lo lleva a cabo, habrá una guerra comercial, y esto sería muy perjudicial para la economía de los dos países y para el mundo”, asegura Jia Xiudong, investigador en el Instituto de Estudios Internacionales de China, organismo ligado al Ministerio de Exteriores.

"No importa lo que digan durante sus campañas, al final tienen que regresar a la realidad", opina un investigador vinculado al Ministerio de Exteriores

¿Qué resultado prefiere Pekín en las elecciones norteamericanas? “China no toma posición. No importa lo que digan durante sus campañas, al final tienen que regresar a la realidad, y esta es que la relación bilateral entre China y Estados Unidos es tan importante que no tienen otra opción que garantizar que permanece en la vía correcta y que las diferencias no escapan al control. Gane quien gane, no habrá un gran cambio en la política de Estados Unidos hacia China”, dice Jia.

Zhiqun Zhu, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Bucknell (Pensilvania), coincide: “En realidad, [para China] no importa quién venza. Históricamente los republicanos están más orientados a los negocios. Obama continuará aplicando presión a China, mientras que Romney es más probable que logre un acuerdo”.

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