Errores, todavía
Soportar el error, corregir el error, jamás rendirse ante el error. Pero sobre todo, hacerse el arcángel, como si no fuera conmigo o pudiera avistarlo sólo con sacar la cabeza por la ventana. Como si no estuviera aposentado en mi casa, con mi bata y mis zapatillas.
La belleza, el bien, la verdad, todo es lo mismo. Y luego se pegan los grandes batacazos en la vida: la bella era mala y mentirosa, la historia fascinante era falsa, la verdad llevaba greñas y hedía.
La lengua como concepción del mundo no está muy distante de la lengua como territorio de la moral. En un caso hablamos de ideas culturales y en otro de valores morales. Pero en ambos asoma el morro sombrío de la lengua como teología.
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