El blog de Mariano José de Larra, 4
Un cuadro sombrío
Apenas hemos hablado hasta ahora de lo que es característico de la prensa, sus contenidos. Y dentro de sus contenidos de los que constituyen su almendra, las noticias, los reportajes, los artículos, el periodismo. Todo este aparato industrial tan pesado ha tenido sentido durante aproximadamente dos siglos porque ha constituido primero el único, después el principal, y finalmente todavía uno de los más fundamentales medios con que contaban las sociedades industriales para proporcionar informaciones al público. La crisis de la prensa es tan característica porque su formulación respecto al periodismo puede expresarse en términos de una paradoja, es decir, de una contradicción irresoluble.
Tanta facilidad para llegar al público se acompaña de la mayor complicación. Larra puede fundar Fígaro en la red ahora mismo, si quiere. Pero las dificultades para fundarlo en papel serán mucho mayores que hace doscientos años, incluso serán insalvables. Y no lo tendrá fácil para que alguien le ofrezca estos días el equivalente de su primer sueldo de 20.000 reales al año por dos artículos a la semana como le pagaba El Español. No suele haber nuevos contratos en el momento de una recesión y de una reconversión industrial. Cada vez es más difícil cobrar por los contenidos de calidad en la red esos artículos de los Larras de hoy que los internautas prefieren leer gratuitamente. Cada vez hay menos dinero en las viejas empresas de medios para invertir en contenidos, a medida que disminuyen los ingresos en todos los capítulos y se hace más inviable el negocio.
La paradoja puede resumirse así: estamos en la mejor situación posible en cuanto a crecimiento global de las audiencias, de los medios tecnológicos y de las habilidades, así como en el número de los profesionales (incluso a pesar de las recientes reducciones de plantillas), también de los medios tecnológicos para acceder a la información, en unas sociedades cada vez más transparentes e informativamente eficaces. Estamos más cerca que nunca del paraíso de la información en cuanto a acceso y disponibilidad de medios para informarse. Pero esto queda limitado e incluso colocado entre graves interrogantes por el desplome del precio de la información y la correspondiente expansión de la cultura de la gratuidad, que sitúa al borde de la extinción a los medios de comunicación tradicionales.
(Este texto es la cuarta entrega que publico en el blog del artículo que aparece en el actual número de julio-agosto de la revista Claves de la Razón Práctica. Se trata de la adaptación de la conferencia pronunciada en Ávila. el 25 de mayo de 2009, dentro del ciclo “Los medios de comunicación al servicio del siglo XXI”, con motivo de los actos del bicentenario de Mariano José de Larra).
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