La dura y cruda realidad

El contraste es casi violento. Esta mañana, a las nueve, estaba en el laboratorio de ideas del MIT, el Massachusetts Institut of Technology, y al cabo de una hora en la conferencia de prensa de Ban Ki-moon, sobre la situación en Gaza, la alarma de la catástrofe humana de nuevo, como tema único y prioritario. Lo mejor de la naturaleza humana, la sabiduría, la imaginación, la paciencia, la aplicación tecnológica de la ciencia de punta; y la reacción urgente y escandalizada ante lo peor, la guerra, la destrucción, la muerte, la inhumanidad. Esto es lo que convierte a Davos en una cita de magnetismo excepcional: tendremos los atisbos de la mejor investigación del mundo y sentiremos la urgencia ardiente de los conflictos que pueden llegar a convertir a nuestro mundo en invivible.

Dejo el mensaje esperanzado para el final. Ban Ki-moon lanzó ayer una acción especial de emergencia. Además de los 1.300 muertos en la ofensiva israelí, se calcula que hay 5.300 heridos, de los cuales 1.855 son niños y 795 mujeres, 21.000 casas destrozadas (el 13 por ciento del total) y la falta de servicios elementales de agua, luz, higiene y sanidad es apabullante. Los daños a las pocas infarestructuras económicas, industriales y agrarias son extraordinarios y con consecuencias directas en la vida de la población. La acción especial es sólo para el corto plazo, con el objetivo de sacar a Gaza del pozo negro en que ha quedado después de 23 días de ataques y bombardeos. Están luego los objetivos de reconstrucción a largo plazo, que en algún momento habrá que cumplir.

¿Para qué sirve Davos? Pues en este caso para que Ban Ki-moon adelante la presentación de este plan, que formalmente se lanzará en Ginebra el 4 de febrero, en el lugar donde hay una mayor concentración de poder económico y político y donde se encuentran también la gran mayoría de las ong's implicadas. Naciones Unidas quiere recaudar 613 millones de dólares para esta acción, de los que tiene ya sólo empezar 80'3, pero le faltan 613 más.

Regresemos al MIT, y a su impresionante presentación por parte de cuatro investigadores sobre cuestiones que van desde la medicina hasta la ecología. Una primera presentación ha sido sobre nanotecnología médica o nanoterapia, que permite introducir en el cuerpo células de un tamaño equivalente a una milésima de la sección de un hilo de araña para que hagan de transportadores de sustancias, en quimioterapia, por ejemplo. La segunda ha sido sobre microtecnología para autodiagnóstico, que permite seguir las enfermedades crónicas mediante pequeños aparatos domésticos y se llega así a evitar la cara, pesada y difícil medicina de las uvis de urgencia. La tercera ha sido sobre prótesis o biomecatrónica, ya sea interna ya externa; implantes cerebrales o pequeños aparatos para tratar el autismo, epilepsias o depresiones e implantes sobre todo de extremidades, que permiten alcanzar una movilidad muy próxima a la de los miembros reales (hemos visto imágenes impresionantes, donde todo quedaba claro con el ritmo de desplazamiento, el balanceo del cuerpo y sobre todo el rostro eufórico del amputado que realizaba la prueba).

Un cuarto experimento, menos trascendente, pero de gran belleza, es la 'senseable city' de Carlo Ratti, una bicicleta que carga una batería para realizar menos esfuerzo y proporciona información sobre la contaminación en la ciudad así como sobre el ejercicio realizado por sus usuarios. Algo extraño y de usos difíciles de calibrar, realmente, de forma que luego le pregunto a Carlo,que es italiano y habla muy bien español pero prefiere contar su proyecto en inglés. Según su teoría, las ciudades podrían entrar en el mercado de emisiones a la atmósfera, de forma que las que consigan disminuir la contaminación y puedan además cuantificarlo con un sistema de este tipo podrían recibir dinero de las industrias contaminantes. En cuanto al sistema de almacenamiento de energía autogenerada facilita el uso de la bici en la ciudad porque sirve para subir las cuestas, por ejemplo.

El momento más sorprendente de la sesión se ha producido de pronto cuando quien es probablemente el mejor especialista en tecnología de prótesis del mundo, Hugh Herr, se ha subido ligeramente las perneras y ha mostrado sus dos prótesis, una en cada pierna, exactamente idénticas a una de las que acababa de exhibir en uno de los vídeos. Todas estas investigaciones tienen puntos en común, en cuanto a facilitar la vida de la gente, acercar la medicina a todos, disminuir los costes a largo plazo y hacerla sostenible en todos los sentidos. Hablamos de tecnología pequeña, distribuible y móvil, ha señalado uno de los presentadores. Magnífico. El mejor Davos.