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La oposición tailandesa cerca el Congreso en Bangkok y exige la renuncia del Ejecutivo

Suspendido un pleno del Parlamento, cuyo edificio ha sido cercado por miles de manifestantes convocados por la APD

Miles de manifestantes contrarios al Ejecutivo tailandés han cercado esta madrugada (hora española) en Bangkok el edificio del Congreso, tras recorrer las calles de la ciudad en una marcha bautizada como el "pulso final" para forzar la caída del Gobierno, al que acusan de corrupción. Ante el asedio de unos 10.000 manifestantes antigubernamentales que han rodeado el edificio, el Parlamento tailandés se ha visto obligado a suspender de forma indefinida un pleno que había previsto.

Miembros de la Alianza del Pueblo para la Democracia (APD), protegidos por guardas ataviados con cascos de moto, guantes y máscaras, han arrancado sus protestas frente a la sede del Ejecutivo que ocupan desde el pasado mes de agosto. Varias personas al frente de la marcha llevan chalecos antibalas ante la posibilidad de que surjan enfrentamientos con la Policía que custodia el Parlamento, que este lunes iba a debatir los detalles de la celebración de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en la ciudad tailandesa de Chiang Mai, el mes que viene.

Objetivo: derrocar al Gobierno

Uno de los líderes de la APD y ex gobernador de la capital, Chamlong Srimuang, aseguró el sábado que los manifestantes abandonarán las protestas iniciadas el pasado mayo si no consiguen derribar al Gobierno tras la manifestación.

La APD, que convocó esta marcha tras el lanzamiento de una granada que mató a un activista de ese partido y causó heridas a otras 23 personas, planea extender su campaña de hostigamiento al ministro de finanzas, a la bolsa y a las residencias de los miembros del Ejecutivo.

Un ejército de policías ha desplegado una barrera de barricadas en torno al edificio del Parlamento para evitar que los manifestantes accedan a la sede del poder legislativo. Los agentes han recibido órdenes para no hacer uso del gas lacrimógeno en respuesta a las posibles provocaciones de los manifestantes para evitar los resultados de los choques violentos registrados hace ahora un mes.

Entonces dos personas murieron y varios cientos de ellas resultaron heridas, en unos enfrentamientos que arrancaron el pasado 7 de octubre cuando la policía disolvió con gases lacrimógenos a la multitud que quería boicotear el discurso inaugural ante el parlamento del primer ministro Somchai Wongsawat.

En paralelo a esta protesta, los sindicatos del sector público han llamado a secundar una huelga general el próximo martes a no ser que Somchai, que volverá a mitad de semana de la cumbre de la APEC en Perú, renuncie al cargo.

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