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Puede, vaya si puede

Del entusiasmo al pánico. Las primarias, que tantos mimetismos han sugerido, se han convertido en un tormento. La suerte ya está echada. Sólo queda por saber cómo se saldrá de ésta Hillary Clinton y qué intentará sacar de las seis elecciones y de las pocas cartas que le quedan. Según una encuesta del Pew Research Center, más de la mitad de los votantes demócratas vive ahora las primarias de forma angustiosa, ante el temor de que la indeterminación favorezca a McCain. En febrero, justo en el arranque, sólo el 27% veía con malos ojos la prolongación del dilema entre Clinton y Obama, que entonces parecía enriquecedor y estimulante para la participación electoral y la movilización de la izquierda. Los republicanos han conseguido apenas la mitad de la participación que sus rivales demócratas y desde que McCain consiguió los delegados para su nominación su presencia mediática ha quedado eclipsada por los dos demócratas rivales.

Durante los cuatro meses de primarias han cambiado muchas cosas. Esta larga campaña presidencial, que empezó en septiembre de 2007 y terminará en noviembre de este año, habrá visto cómo la inicial apariencia de una nube de verano de las hipotecas subprime se convertía en una crisis de profundidad desconocida, que se ha comparado ya a la de 1929. El blanquísimo Estado de Iowa dio el 3 de enero a Obama una señal de partida inconfundible: un afroamericano podía recibir el apoyo de los blancos, la raza ya no importaba. No es lo que se observa al final, pues Clinton ha ido ganando uno detrás de otro todos los Estados donde hay una nutrida clase obrera blanca y en muchos casos católica, propensa a votar a McCain si se consolidara la imagen de un Obama radical. Las primarias giraron en su inicio en torno a la doble polarización racial y de género y han terminado virando hacia las diferencias de clase (los obreros blancos que votan a Clinton y se resisten a Obama) y también de religión (el voto católico, también proclive a Clinton). Y el proteccionismo comercial se ha abierto paso en el final de campaña demócrata, en un reflejo conservador ante una globalización percibida ahora como hostil.

Esas primarias han servido también para poner a prueba el sistema, su grandeza y su miseria. Grandeza en la movilización, en el entusiasmo, en el ejemplo admirado e incluso imitado en otros países. Miseria porque también son imperfectas, hasta el punto de que permiten dudar sobre la pureza del método. Los caucuses, casi todos favorables a Obama, han recibido muchas críticas por escasamente democráticos, y más próximos al asambleísmo sesentayochista que a la democracia representativa. Hay algo de absurdo en el calendario, inaugurado por pequeños Estados que marcan el compás electoral. El sistema de los superdelegados o miembros natos del congreso demócrata, que fue pensado para desempatar situaciones inciertas, ha instalado el horizonte de unas expectativas perversas por parte de Clinton, como sería que votaran algo distinto de lo que indican las urnas.

Estas primarias tan prolongadas han dado la oportunidad de desnudar y escudriñar a los candidatos, de forma más cruel en el caso demócrata que en el republicano. Quizás no ha llegado todavía la hora de la verdad para McCain, oculto detrás del fragor de los demócratas en su batalla. Es difícil llegar más lejos a la hora de evidenciar a Clinton, aunque ella sola, con sus medias verdades, es capaz de seguir alimentando a sus denigradores. Obama ha sufrido un calvario a cuenta del reverendo Wright y de sus incendiarias ideas, pero cabe imaginar que todavía queda mucho camino por recorrer a la hora de buscarle los flancos débiles. Todo esto ha contribuido a forjar el carácter presidencial de los candidatos. Y no hay duda de que el acero de que está hecho Obama ha pasado ya por suficientes pruebas en el yunque.

La culminación de las primarias pondrá ahora también a prueba al Partido Demócrata. El aparato del partido, que en España y en Europa suele ser el problema, en el caso norteamericano puede ser la solución. Si aquí es una burocracia que decide sobre todo y mantiene trabado y bloqueado el sistema, en Estados Unidos es un grupo de cargos y de funcionarios elegidos que ahora tiene la oportunidad y la obligación de mantener la unidad completando con sus votos la decisión de las urnas. Las primarias nos dicen que es posible contar con sistemas más abiertos, donde la indeterminación y los vaivenes no se traducen en inestabilidad política, sino en legitimidad. Ahora hace falta que los superdelegados terminen de hacer la demostración de que ellos también, como Obama, pueden.

Comentarios

Lo que me parece positivo: el eclipse mediático de Mc Cain, a lo mejor luego con lo olvidadizos que son los americanos aparecerá como nuevo... La movilización masiva demócrata; espero que todos los que se han movilizado en las primarias, lo hagan en las elecciones de verdad
Otro buen comodín estas primarias ¿verdad?.
Siempre he creído que los medios españoles (no me aventuro a decir los europeos porque no conozco la situación) pecan de prodemócratas, o quizá antirepublicanos. Pero la cuestión es que siempre acogemos con sorpresa unos resultados no esperados, cuadno a lo mejor no son tan inesperados por los propios americanos.
INCREIBLE. http://chillandhouse.wordpress.com/
Según un sondeo publicado hace unos días (no recuerdo en qué medio)los españoles prefieren en su gran mayoria a Obama. Aunque los EEUU es "otro mundo", los españoles lo prefieren por su imagen progresista (palabra maldita en América) pero, sobre todo, por contraposición a lo republicano identificado con Bush y la derecha religiosa neocon. A Obama se le hace depositario de una ilusión de un tiempo nuevo.
Puede, vaya si puede ... ¿pero querrá? Una vez gane, si gana, después de ganar las primarias, según las espeluznantes respuestas de Jeremy Scahill, autor de "Blackwater. El auge del ejército mercenario más poderoso del mundo", a las preguntas de los internautas hoy en "El País", parece que va a ser que no. Claramente no. http://www.elpais.com/edigitales/entrevista.html?encuentro=3801&k=Jeremy_Scahill
Las primarias nos dicen que es posible contar con sistemas más abiertos, donde la indeterminación y los vaivenes no se traducen en inestabilidad política, sino en legitimidad. ... toda una lección que da Norteamérica, increíble, así es... esa Norteamérica que también es capaz de... Leones por Corderos! impresionante. toda una lección dura, larga sabiendo que van a buscar donde está tu fallo en la intimidad ( fallo? o no?) en los negocios en los votos impreisnante, y además buscando que las Primarias sean aún más libres, buscando los defectos de esta forma de elección McCain y su amante de negocios, Clinton y los negocios con su marido en distintas empresas por no nombrar el traje azul con que se presenta al final y que también lució( ese respeto me gustó hacia Hyllary ... algo que no supo hacer ella con Obama) Obama vestido de Árabe en una nación de 11-S... imprsionante Norteamérica, alucinante lección Obama pasó a la historia hace media campaña, no es que sea eso improtante en lo que va a deber ser un Presidente...çpero habla de Norteamérica... ahora gane o no y con esta campaña de su contrincante de partido... tan de cortarle la cabeza pues.... muy bien, nombrar a REagan al inicio, eso ya es.... uf! ok! Norteamérica históricamente es lo más fuerte que ha sucedido desde los cuarenta! bello! con ese semblante que... seguiré tranquilo, muy bello! Esto es... Norteamérica... New York! Y Putin pues eso .. vamos ahora le encanta la economía, bien pues... a por Georgia! Impresionante usa! que puede haber un corte histórico impresionante!
Miré a las elecciones de 2004 con sorpresa y vergüenza. Estaba segura que, después de sus acciones en su primer término, Presidente Bush no podía ganar las votas. Después de las resultas en 2004, no tenía esperanza para las primarias de este año. Estoy afuera de los Estados Unidos durante las primarias y intentaba hacer caso omiso de los. Pero, con casi cuatro años más con Bush, la gente está, por fin, enojada. Más que eso, la gente está lista para cambiar el país. Tenemos esperanza y, por lo menos, reconocemos lo que no queremos. Mis padres, hermanos y amigos fueron a las casillas de votación y a hablar con los delegados. Hemos recogido nuestra fe que la voz de la gente significa algo en las acciones del gobierno. En cambio, ahora tengo mucho miedo, porque la gente estadounidense no tiene una memoria muy larga y estamos olvidando lo que necesitamos de esta elección. Los demócratas tienen que decidir pronto quien va a representar el partido y la idea de cambio. Espero que ya no esté demasiada tarde.
Como una demócrata americana, me interesa el perspectivo nuevo que ofrece Bassets. Yo aprecio que hay un sistema en mi país que me permite elegir no solamente el presidente sino también el candidato por mi partido. Estoy de acuerdo que es un sistema que es más o menos abierto que acepta “la indeterminación y los vaivenes”. También pienso que la presión de la competición obliga a los candidatos a pensar más y presentar más de sus ideas sobre temas difíciles. Sin embargo, las primarias este año han creado un ambiente muy específico y un poco más difícil. Hace muchos años que las primarias han sido tan estrechas y todavía no es claro quien va a ganar. El problema ahora es que el partido siente muy dividido entre los que apoyan a Obama y los que apoyan a Clinton. Muchos tienen miedo que esta división debilitará a los demócratas y aumentará el apoyo por McCain, el candidato republicano. Mientras las primarias ayudan a elegir lo mejor candidato, también presentan problemas como los en los Estados Unidos hoy. Espero que podamos elegir un candidato antes de las elecciones en noviembre que reciba el apoyo unido del Partido Demócrata. Sólo como un partido unido puede ganar.
Aunque debo de admitir que la política en realidad nunca me ha dado mucho interés, esta elección me ha convertido porque creo que el sistema de nuestro gobierno (el EEUU) puede cambiar. Como demócrata, creo que debemos de unirnos y parar de pelear entre nosotros mismos. El sistema de las primarias para los republicanos es mucho mas fácil de entender y permite que un candidato reciba el apoyo de su grupo temprano en el calendario. Por otro lado, los demócratas pelean y es un punto de nunca acabar. Incluso su rivalidad parte a los demócratas en medio, mientras que los republicanos se unen detrás de un solo candidato. Creo que Hillary u Obama sería mil veces mejor presidente que McCain, ojala que uno de los demócratas vea lo que es mas importante para su país y se elimine de las elecciones.
Esperamos que Obama tenga a Hillary como Vice Presidenta.

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