El hotel de Ivankok, en plena zona contaminada, se construyó para dar servicios después del accidente. En él se mezcla la vida y la tristeza de esta ciudad de 11.500 habitantes.BERNARDO PÉREZLa abandonada guardería de Pripiat con juguetes y máscaras de gas.BERNARDO PÉREZNiños en el orfanato de Ivankok.BERNARDO PÉREZLa herrumbrosa noria del parque de atracciones de Pripiat que el accidente nuclear impidió inaugurar.BERNARDO PÉREZUna joven de Ivankok, ciudad situada en plena zona contaminada, vestida para su fiesta de graduación.BERNARDO PÉREZNikolái Sherstyuk, que en los días posteriores al desastre trabajó para proteger el bosque del fuego y después continuó en la zona de exclusión hasta 1991.BERNARDO PÉREZGalina Navalna vive a sólo dos kilómetros de la central nuclear. Después de la explosión se marchó con los suyos a Kiev durante cuatro años, pero volvieron a su casa: "Toda mi vida he vivido aquí, no quiero estar en otro sitio".BERNARDO PÉREZUna joven familia de Ivankok.BERNARDO PÉREZEl dosímetro que mide los niveles de radiactividad se dispara en las proximidades de la central 20 años después.BERNARDO PÉREZ
