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El integrista Ahmadineyad da la sorpresa y vence en las presidenciales de Irán

El candidato ultraconservador derrota al favorito, el reformista Hashemí Rafsanyani

El ultraconservador Mahmud Ahmadineyad, ex alcalde de Teherán, será el nuevo presidente de Irán, tras imponerse en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales al reformista Alí Akbar Hashemí Rafsanyani. Los iraníes han dado la espalda al espíritu reformador del anterior presidente y se agarran al populismo del vencedor para perpetuar el régimen de los ayatolás. El vencedor ha llamado a la reconciliación de los iraníes y ha asegurado que los iraníes "han dado jaque mate a sus enemigos" en referencia a EE UU.

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Contra pronóstico, Ahmadineyad se ha hecho con el 62% de los votos en la segunda vuelta de las elecciones, que le enfrentaban al candidato reformista, preferido por la juventud, el ex presidente Alí Akbar Hashemí Rafsanyani, que se ha tenido que conformar con el 36% de los sufragios, según el Ministerio del Interior, con un 59,7% de participación entre los 46,7 millones de votantes. Pese a que los primeros resultados daban como ganador a Rafsanyani, a medida que avanzaba la noche, la sorprendente victoria se ha tornado en un triunfo aplastante de Ahmadineyad. Su rival ha reconocido su derrota con un lacónico "se acabó", pronunciado por uno de sus portavoces.

En su primera comparecencia, Ahmadineyad, de 49 años, ha llamado a la reconciliación de los iraníes. "Hoy es el día en que tenemos que olvidar nuestras rivalidades y convertirlas en amistad", ha dicho en la radio estatal. "Somos una nación un una gran familia. Debemos ayudarnos los unos a los otros para crear una gran sociedad", ha dicho. No obstante, ha lanzado un mensaje a EE UU cuando ha dicho que "en la guerra psicológica en curso, Irán ha dado jaque mate a sus enemigos con una enorme participación" y ha "desbaratado todas las ecuaciones imaginadas en su contra en el mundo". Igualmente, ha reiterado que seguirá "fiel a las gentes que me han dado la gentileza de su confianza".

En un primer esbozo de sus intenciones, ha dicho que su "misión es crear un modelo de sociedad moderna, avanzada, poderosa e islámica", que sirva de símbolo y ejemplo para los países musulmanes de cómo se debe ejercer la democracia.

Con estos resultados, Ahmadineyad se convertirá en el sexto presidente de Irán desde el triunfo en 1979 de la Revolución Islámica. Su victoria puede suponer el fin de las aperturas en la política iraní, ya que los conservadores controlan los dos puestos electos más altos del país, la Presidencia y el Parlamento, mientras que supone el fin de ocho años de Gobierno reformista, y otorga el poder a la línea más dura del régimen teocrático iraní. Los reformistas temen que el nuevo presidente de la república islámica restrinja las libertades alcanzadas en el país en el pasado. Rafsanyani, político pragmático candidato de la clase empresarial y consciente de las necesidades del país, fue considerado el favorito desde el principio. Se presentaba como la opción "centrista" frente a la alternativa de su adversario.

Preocupación y escepticismo

Tras conocerse la aplastante victoria de Ahmadineyad, en una rápida reacción, Washington ha expresado su preocupación y su escepticismo "sobre el hecho de que el régimen iraní pueda a partir de ahora preocuparse por las aspiraciones legítimas de su propio pueblo, así como de las inquietudes de la comunidad internacional". El departamente de Estado ha dicho que Irán, país al que sitúa en el llamado eje del mal, queda más que nunca "desfasado" del movimiento de la región hacia la libertad.

Por su parte, Londres ha indicado que "espera" que Irán tome "medidas rápidas para responder a los temores de la comunidad internacional sobre su programa nuclear, su política para hacer frente al terrorismo, sobre los derechos humanos y sobre el proceso de paz en Oriente Próximo", según ha dicho hoy el ministro británico de Exteriores, Jack Straw, a través de un comunicado. "Trabajaremos duro, junto a nuestros socios europeos y de forma bilateral, para animar a Irán a actuar en su territorio para que este país pueda encontrar su sitio en la comunidad internacional".

Desde París, el ministro francés de Exteriores, Philippe Douste-Blazy, ha abundado en la misma línea, diciendo que Francia quiere que Irán siga trabajando para la "suspensión de las actividades nucleares".

Mahmud Ahmadineyad muestra su dedo manchado de tinta tras depositar su voto en Teherán.
Mahmud Ahmadineyad muestra su dedo manchado de tinta tras depositar su voto en Teherán.REUTERS
Mujeres votan ayer en un colegio iraní.
Mujeres votan ayer en un colegio iraní.AP

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