10 fotosUna casa para un cónclaveUna casa para un cónclave 11 abr 2005 - 00:00CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceLa Santa Sede también ha difundido imágenes de la estufa que se usará en la Capilla Sixtina para quemar las papeletas de las votaciones para elegir al próximo Papa, por cuya chimenea saldrán las fumatas negras que indican que no hay acuerdo y la fumata blanca que anunciará al mundo que hay nuevo Pontífice. Para evitar confusiones en torno al color del humo, el Anuntio vobis, habemus Papam irá acompañado del repicar de las campanas vaticanas.APDos de las urnas se instalarán en la Capilla Sixtina del Vaticano, mientras que la tercera será usada exclusivamente para que puedan depositar su voto aquellos purpurados que por enfermedad permanezcan en sus habitaciones de la residencia de Santa Marta. En la foto, el recipiente abierto a la espera de las votaciones.APVisto que era difícil crear una nueva urna igual al cáliz y al copón usado en los anteriores cónclaves para votar, se han realizado tres nuevas, con un estilo uniforme. Las urnas tienen forma de pequeña palangana, abombada y cubierta. Son de plata y bronce con incrustaciones de pájaros, ramos de uvas y espigas y han sido realizadas por el escultor Cecco Bonanotte. La tapadera está coronada por una figura del Buen Pastor y tirando de ella se abre el recipiente. La tapadera de una de ellas tiene una raja, por la que se introducirá la papeleta.APOtra de las curiosidades mostradas por el Vaticano han sido las nuevas urnas donde se depositarán los votos de los cardenales. La Constitución Universi Dominici Gregis requería una nueva urna para recoger las papeletas de aquellos cardenales enfermos que no pudieran abandonar la Casa de Santa Marta, por lo que se ha decidido sustituir los dos cálices donde se depositaban los votos hasta ahora por tres nuevos contenedores.APAdemás de numerosos salones, la residencia de Santa Marta dispone de un amplio comedor de sencilla decoración y con mesas para siete comensales, que será otro de los lugares donde los cardenales podrán charlar sobre el futuro Papa. Los cardenales ya tienen hasta la mesa puesta.APHasta ahora, los purpurados se instalaban durante los cónclaves en habitaciones separadas por mamparas, sin duchas y con las ventanas selladas, lo que era un tormento para los purpurados más ancianos. Los cardenales sólo disponían en sus habitaciones de orinales, que a la mañana siguiente sus secretarios vaciaban en los escasos aseos comunes (uno para cada diez). Nada que ver con esta residencia, que dispone hasta de una luminosa capilla presidida por un crucifijo de madera tallada.REUTERSAunque ahora sí están, como se aprecia en la imagen, durante el cónclave desaparecerán de Santa Marta las televisiones, teléfonos, radios y cualquier otro medio que pueda violar lo estipulado por Juan Pablo II en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis. Con esta Constitución, se acaba con la clausura y se permite a los cardenales pasear por todo el Estado Vaticano.APLa casa de los cardenales electores tiene 106 confortables suites, 22 habitaciones individuales, un apartamento y numerosos salones para intercambiar impresiones. Como establece la normativa vaticana, el aislamiento de los electores será total y deberán abstenerse de comunicarse por cualquier medio con personas ajenas a la reunión. Pero, con la apertura de Santa Marta, ya no estarán encerrados en las monumentales habitaciones cercanas a la capilla Sixtina, como ha sido habitual hasta el último cónclave.REUTERSEs un edificio moderno, de cinco plantas, que se levanta a la derecha de la basílica de San Pedro. Aunque austero, los suelos son de mármol, las puertas de maderas nobles y las camas, mesas y sillones son de época. Las paredes están decoradas con cuadros de Cristo, la Virgen y San Pedro y hay varias estatuas de Juan Pablo II. En la foto, una de las 22 habitaciones individuales.APEl Vaticano ha mostrado por primera vez las 106 suites y 22 habitaciones de la Casa de Santa Marta, en la que se alojarán los 115 cardenales durante el cónclave. La Domus Sanctae Martae fue inaugurada en 1995 por Juan Pablo II, quien la mandó construir para hacer la vida más cómoda a los purpurados. Antes, se instalaban en pequeñas habitaciones incómodas y sin baño para garantizar una rápida elección.AP