Esta imagen, difundida por el diario vaticano L'Osservatore Romano, recoge un momento del velatorio del Papa, en su capilla privada del Vaticano. Junto al cadáver del difunto, rezan el maestro de celebraciones litúrgicas, el arzobispo italiano Piero Marini; el camarlengo, el cardenal Eduardo Martínez Somalo; el cardenal chileno Jorge Arturo Medina Estévez, el arzobispo polaco Stanislaw Dziwisz y el arzobispo argentino Leonardo Sandri.APEn este plano general de la sala Clementina, se puede observar al círculo más íntimo del Papa: sus dos secretarios, el arzobispo Estanislao Dziwisz y el religioso Mieczyslaw Mokrzycki, así como las monjas polacas de la congregación Ancelle del Sacro Cuore di Gesy que han cuidado todo estos años de Juan Pablo II.EFELa ceremonia del primer rito de las exequias la ha presidido un sereno cardenal Martínez Somalo, aunque en algunos momentos, sobre todo cuando ha esparcido agua bendita sobre el cadáver y lo ha mirado fijamente, ha mostrado un semblante de mucha tristeza. El cardenal español, del que se dice que era el único que hacía reír a Juan Pablo II, ha pedido al Señor, acompañado de música sacra, que acoja el alma del difunto.REUTERSEl catafalco se encuentra en el centro de esta monumental sala, bajo una gran lápida que recuerda que la sala se construyó durante el papado de Clemente VIII. En la sala se encontraban ya muchos cardenales, mientras que el resto de los purpurados electores han sido ya avisados para que viajen al Vaticano a fin de participar en el cónclave. Este cónclave será el encargado de elegir al nuevo Romano Pontífice no antes de 15 días después ni después de 20 de la vacante de la sede apostólica. Lo forman 117 purpurados, seis de ellos españoles.REUTERSEl presidente italiano, Carlo Azeglio Ciampi (en la foto), el presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi, varios ministros y destacados miembros de la oposición han acudido a rendir homenaje el Papa polaco, muerto a los 84 años tras 26 años de pontificado. Durante la visita, se ha celebrado una oración común guiada por el camarlengo, Eduardo Martínez Somalo.APEl Pontífice está revestido con los hábitos pontificales: sotana blanca y casulla roja. Sobre la casulla se le ha colocado el "palio", estola de lana blanca con cruces negras (signo litúrgico de honor y jurisdicción), fijado con un gran alfiler dorado. Tocado con la mitra, sostiene, bajo el brazo izquierdo, el tradicional báculo terminado en una cruz.REUTERSQuince horas después de fallecer y una vez que el camarlengo, el cardenal español Eduardo Martínez Somalo, constatara su muerte, el cadáver de Karol Wojtyla, "Juan Pablo el grande" como ya se le conoce, ha sido colocado en un catafalco en la monumental sala Clementina, en la primera estación del rito de las exequias. Bajo una gran lápida que recuerda que la sala se construyó durante el papado de Clemente VIII ha sido instalado el catafalco, revestido con telas de damasco beige. Encima está postrado el cadáver, cuya cabeza queda recostada bajo tres cojines.APPor primera vez, se ha invitado a este acto de los funarales a las autoridades italianas, quizá en un último gesto de acercamiento a un pueblo que, siendo un extraño, se supo ganar desde el primer momento. "Corregidme si me equivoco", dijo el Papa a Roma nada más ser designado. En la foto, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, en silencio y con semblante serio, durante el acto solemne.EFEEscoltado por dos miembros de la guardia suiza con traje de gala, que le rinden los honores debidos, y con un crucifijo negro y un cirio pascual en la cabecera, el Papa que vino del Este tiene las manos juntas sobre el pecho y sujeta bajo el brazo izquierdo el báculo pastoral. Aunque su rostro tiene un aspecto sereno, refleja el sufrimiento de los últimos meses y, sobre todo, los dos últimos días de agonía. Sus manos, extremadamente blancas y delgadas, estrechan un rosario. El Papa dedicó su pontificado a la Virgen María bajo el lema Totus Tuus.REUTERSLa sala Clementina del Vaticano ha abierto hoy sus puertas durante tres horas y media para el primer desfile ante el cadáver del Papa Wojtyla, reservado a los miembros de la curia romana y, por primera vez, a las autoridades italianas y al Cuerpo Diplomático. El acto ha permitido a las televisiones italianas, que han retransmitido en directo el acto, ofrecer las primeras imágenes de la muerte del Sumo Pontífice.AP
