Los cazadores diezmaron durante décadas la población osera. El mítico Garrido mató 99 ejemplares.El celo comienza en mayo con un cortejo consistente en juegos
y abrazos.Las hembras paren en torno a enero, permanecen junto
a sus crías hasta la primavera o el verano siguientes y entonces las abandonan.Los hermanos conviven durante un año más y luego inician su vida en solitario.La defensa de los espacios donde vive el oso, como la reserva de Somiedo (en la foto), es la gran batalla por librar.