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Estados Unidos abandona sin frutos la búsqueda de armas de destrucción masiva en Irak

El equipo de expertos de la CIA regresó a casa antes de las Navidades, y su informe final estará listo en primavera

El Gobierno de Estados Unidos ha abandonado por imposible la búsqueda de las armas de destrucción masiva en Irak, el supuesto arsenal biológico, químico o nuclear que guardaba en lugares secretos el ex presidente Sadam Husein. El equipo de élite enviado por la agencia de espionaje norteamericana CIA se ha vuelto a casa a la chita callando poco antes de Navidades, según informa en su edición de Internet el diario estadounidense The Washington Post.

Entre las razones aducidas por los expertos del denominado Iraq Survey Group (Grupo de Inspección en Irak, ISG) para explicar su fracaso ala hora de hallar rastro alguno sobresalen la violencia constante que azota el país y la falta de información sobre los supuestos arsenales. El ISG ha regresado a casa cuatro meses después de que su director en 2004, Charles A. Duelfer, enviase un informe provisional al Congreso que contradecía una por una casi todas las afirmaciones realizadas por el Gobierno de Bush antes del conflicto para justificar la intervención militar —lanzada en marzo de 2003—.

El Gobierno, con Bush y su vicepresidente, Dick Cheney, a la cabeza, aseguró entonces que Sadam Husein había reanudado su programa de fabricación de armas nucleares, y contaba con un arsenal químico y biológico; además, había tendido puentes con la red terrorista Al Qaeda, a cuyos miembros daba apoyo logístico y proveía de armamento para atacar objetivos estadounidenses.

Sin embargo, los inspectores de Naciones Unidas no lograron hallar pruebas que respaldaran estas afirmaciones. Bush envió su propio equipo, y, pese al contratiempo que supuso que no encontraron tampoco resto alguno de esos supuestos arsenales, se mostró reticente a hacerles volver, aferrado a la tesis de que las armas estuvieran muy bien escondidas o hubieran sido sacadas fuera del país. Pero los expertos del IG consideraron que la posibilidad de que eso fuera cierto era muy reducida.

Ahora Duelfer está de vuelta en Washington, donde está complementando su informe de septiembre con los nuevos datos, aunque ya ha precisado que no hay mucho más que añadir. Las conclusiones finales de la inspección, financiada con cientos de millones de dólares de dinero público, se publicarán en primavera; como ocurrió con la investigación independiente sobre el 11-S, el informe se editará como libro.

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