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Trabajar cansa
Columna
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El lío del CGPJ: individualistas tendiendo a lo salvaje

El PP teme a la derecha política, y yo pensaba que eran ellos, la cosa debe ser peor de lo que creíamos. Pero es que por lo visto hay una derecha judicial que incluso a ellos les da miedo

El presidente del Gobierno, Pedro Sanchez, a la izquierda, y el del Partido Popular, Alberto Nuñez Feijóo, en un encuentro en La Moncloa el pasado 10 de octubre.Foto: EDUARDO PARRA (EUROPA PRESS VIA GETTY IMAGES) | Vídeo: EUROPA PRESS
Íñigo Domínguez

He leído una noticia de Italia que parece de Woody Allen. Se trata de un anarquista misántropo encarcelado en la misma celda que un terrorista yihadista con tendencias suicidas que solo habla urdu y al que debe vigilar para que no se mate, y eso que él es misántropo y como es sabido los misántropos odian a su vecino. Ha protestado porque no quiere asumir una engorrosa tarea que va contra sus principios. Este hombre pertenece al ITS, Individualistas Tendiendo a lo Salvaje (sigue yendo todo en serio), un grupo que realizó un atentado “para irrumpir en la paz aparente y en la perfección de esta ciudad”, y la ciudad no era Baden Baden, no se crean, sino Ciudad de México. Para redondear la noticia, aún a riesgo de causar más confusión, les diré que este anarquista cobraba la renta básica del Estado italiano.

También he leído la historia de Anónimo García, un señor anónimo, como su propio nombre indica, que es un activista ultrarracionalista (“llevamos a razón más allá de límite”). Se dedica a hacer cosas graciosas para descolocarnos a todos. Por ejemplo, los de su colectivo aparecieron en un acto electoral del PP disfrazados de hipsters de derechas y en otro de Podemos, de curas perroflautas. Murieron de éxito con una broma que se les fue de las manos: un supuesto tour en Pamplona por la ruta de los violadores de La Manada. Era una maniobra para denunciar el sensacionalismo de los medios y tal, pero no se pilló la ironía —los medios confirmaron su tesis, pues contaron todo como si fuera cierto—, pero sobre todo no lo entendió la víctima. A Anónimo García le han condenado a 18 meses de cárcel y 40.000 euros de multa por “trato degradante”, otro hito de la libertad de expresión en nuestro país. Ahora ha salido un libro sobre su historia. La broma ha funcionado magníficamente, debo decir, porque me he enterado ahora de que todo era mentira, cuatro años después. No sé si merecía la pena tanto desvelo para demostrar lo que ya sabemos, que hoy todo va muy rápido y cuesta aclararse.

Es un lío saber lo que es una parodia situacionista, un fake supercurrado de desinformadores rusos o si es El Mundo Today o el de verdad. Recordé estas historias al ver el jueves la portada de El Mundo. Abría el periódico con el “pacto inminente del CGPJ”: “El PP teme la reacción de ‘la derecha política, judicial y mediática’”. Pero bueno, me dije, vamos a ver, aquí hay un montón de cosas increíbles. No sé si era un aviso público o un chiste privado. Debemos imaginar a una fuente del PP diciéndole preocupado a la derecha mediática que están acojonados con la derecha mediática, que se hagan cargo, y mira tú que al día siguiente lo ponen en primera página. Si tenemos que creérnoslo, llevan toda la vida tomando nota de lo que les sermonea Federico y de verdad se lo tomaban en serio. Y ahora están como esos dos compañeros de celda incompatibles, condenados a estar juntos. Por otro lado, el PP teme a la derecha política, y yo pensaba que eran ellos, la cosa debe ser peor de lo que creíamos. Pero es que por lo visto hay una derecha judicial que incluso a ellos les da miedo. Ya que tienes una derecha judicial, así de tapadillo, digo yo que al menos la podías controlar, ¿no? ¿Pero aquí quién controla a quién? Ya no me dan las neuronas para descifrar las tácticas, las conspiraciones y los mamoneos que se traen entre todos, lo único que sé es que esa noche el PP rompió el acuerdo. Y entonces yo también me dije indignado: ¡Pedro Sánchez no puede seguir un minuto más en La Moncloa! No veo la hora de que el PP llegue al Gobierno y conocer por fin a todos esos que realmente mandan y les dan tanto miedo, para que los hagan ministros y nos los presenten en sociedad.

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Sobre la firma

Íñigo Domínguez
Es periodista en EL PAÍS desde 2015. Antes fue corresponsal en Roma para El Correo y Vocento durante casi 15 años. Es autor de Crónicas de la Mafia; su segunda parte, Paletos Salvajes; y otros dos libros de viajes y reportajes.

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