Personalizada, sostenible y a golpe de app: la movilidad del futuro era esto
El arquitecto madrileño Nacho Martín vive proyectando cómo serán esos espacios donde nuestras actividades físicas se funden con lo digital. Con él arranca ‘La movilidad abierta’, un proyecto de Astara que nos descubre cómo se están transformado y personalizando las maneras en que nos desplazamos
El arquitecto Nacho Martín vive en el futuro. Al menos, en su cabeza. Su trabajo se basa en imaginar cómo vamos a consumir en los próximos tiempos y cómo serán los lugares en los que lo hagamos. Él lo explica mejor que nadie: “Dirijo un equipo de diseño de espacios híbridos. Las compañías nos llaman para que pensemos hacia dónde nos dirigimos y diseñemos sus espacios en base a esa visión. Claramente, el futuro de los lugares que habitamos o las ciudades donde vivimos pasa por integrar nuestras experiencias físicas con las digitales. Así que lo que diseñamos son experiencias, porque a la arquitectura se le añaden otras capas: lo tecnológico, las personas y la ecología, entre otras cosas”.
Por eso Martín, adelantándose a ese mundo venidero, que ya es un presente tangible, ha optado por moverse de otra manera. “La ciudad se ha convertido en una experiencia más allá de sus edificios: se ha convertido en una experiencia físico digital asociada a un conjunto de servicios. Ha cambiado la forma en cómo nos desplazamos, comemos, aprendemos, compramos, trabajamos, visitamos los museos…”. Y casi todo eso pasa por ese pequeño cómplice que va con nosotros a todas partes: el móvil. Adaptarnos a este nuevo entorno pasa por fluir por eso que se conoce como phygital: la combinación sin barreras de lo físico más lo digital. “En nuestro día a día es esencial cómo integramos nuestras interacciones con nuestros móviles y con las apps con los espacios físicos donde vivimos. En el mundo de la movilidad esto se ha convertido en algo esencial: desde la manera en la que reservo un vehículo hasta cómo interacciono físicamente con el propio coche”.
Su manera de moverse, cuenta, ha cambiado radicalmente en los últimos cinco años. “La mía y la de muchísima gente. En primer lugar, porque yo no necesito tener un vehículo en propiedad. Y en segundo lugar, porque nuestras formas de trabajo son cada vez más cambiantes. Cada vez hay más actividades que demandan posibilidades de mayor flexibilidad: hoy puedo estar trabajando desde casa, mañana igual tengo que ver a un cliente que me pilla cerca y en otro momento me tengo que desplazar a otra comunidad”. Y para cada actividad, necesita un vehículo diferente. Estos días, por sus necesidades, utiliza un Microlino, un coche eléctrico biplaza contratado por servicio de suscripción a través de Astara, la plataforma de movilidad abierta. “Es como un Tamagotchi”, bromea. “No solo por sus dimensiones, sino también por sus interfaces, muy básicas, en las que sus cuatro botones táctiles son tan importantes como el propio volante. Es muy apropiado para un uso muy urbano, porque permite movimientos rápidos, interacciones muy directas”.
La gran revolución en entornos urbanos se está produciendo gracias al big data o inteligencia de datos. “Se puede aplicar en mil cosas para mejorar la movilidad. De hecho, un contexto como una ciudad es ideal para experimentar con esto, porque pasan muchas cosas: desde la gestión de la circulación, que ayuda a saber dónde hay más o menos tráfico; hasta el tema de demanda de coches de sharing por zonas… es posible que en el centro haya menos gente con coche en propiedad, con lo cual las empresas tendrán que dar ahí más servicio que en las zonas de periferia. Para eso es importante que las empresas que se dedican a ello conozcan muy bien a sus clientes, porque al final se trata de dar un buen servicio a las personas. De igual manera, la inteligencia de datos puede ser muy útil para temas medioambientales: hay zonas de las ciudades o momentos del año en que hay que ser especialmente sensible con el tema de las emisiones de CO2″, reflexiona este especialista en urbanismo.
¿Y qué hay del futuro? “El futuro se nos presentó con coches voladores y robots de apariencia humana. Ahora nos toca imaginar y diseñar un nuevo presente”, responde. Para Nacho Martín, “hablar de futuro es una cosa un poco pasada de moda. En todo caso, tendremos que empezar a hablar de futuros. Habrá diferentes tipos de vida, diferentes maneras de movernos por la ciudad, diferentes maneras de trabajar… y todo lo que podamos contar con servicios más abiertos y más flexibles supondrá dar una respuesta de manera más acertada a esa idea de futuros”, concluye.
Llega el movimiento inteligente
Astara ha nacido para ofrecer soluciones inteligentes, más sostenibles y accesibles para cubrir las distintas necesidades de movilidad en cada momento. Un servicio abierto y a medida de las personas, con particular foco en los vehículos eléctricos, que permite desde comprar un coche hasta moverse sin ataduras gracias a su servicio de suscripción o la flexibilidad del sharing para desplazarse cómodamente por la ciudad. Siempre gracias a un conocimiento cercano de sus usuarios gracias a los avances en tecnología de datos. Todo pensando para configurar un futuro donde la innovación tecnológica antepone siempre el factor humano.
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