¿Qué opina Carlos de Inglaterra de su retrato en ‘The Crown’? Una conversación privada lo desvela
El líder laborista escocés Anas Sarwar ha contado que el heredero siente que la serie de Netflix no le retrata de forma certera. La familia real británica nunca se había pronunciado de forma directa sobre la producción
Un pacto tácito establece que lo que se habla en palacio, se queda en palacio. Es decir, que las conversaciones que miembros de la familia real mantengan con políticos de alto nivel, diplomáticos y demás personal con el que tratan de forma habitual son privadas y secretas, ya sean referidas a información confidencial de Estado o a anécdotas informales. Esas charlas son de los escasos momentos en los que los miembros de la realeza se desahogan en privado, y también les sirven para establecer un vínculo con sus interlocutores. Cuando esa relación de confianza se rompe, se desvelan aspectos privados de los royals que, de otro modo, habrían quedado ocultos para siempre. Pero, claro, esa intimidad también queda rota.
Eso es lo que ha ocurrido ahora en el seno de la familia real británica, donde se ha revelado una pequeña charla entre un político y el heredero al trono, el príncipe Carlos de Inglaterra. La conversación ha sido desvelada por el líder laborista escocés, Anas Sarwar, en un acto celebrado en el marco del festival de Edimburgo, y en él da cuenta de uno de los aspectos por los que la prensa y el público han mostrado más curiosidad, sin éxito, durante los últimos años: si los Windsor han visto la serie The Crown (Netflix), que retrata sus luces y sombras desde los años cuarenta; de hecho, la quinta temporada, que llegará en noviembre ya roza los años noventa.
La revelación ocurrió en una ceremonia multirreligiosa celebrada poco antes del acto de apertura del Parlamento escocés, que tuvo lugar el pasado octubre y donde Carlos acompañó a su madre, Isabel II. Sarwar ha explicado cómo fue la charla, tal y como recoge el diario The Daily Mail: “Se acercó y nos dijo: ‘Hola, encantado de conoceros a todos, no estoy ni siquiera cerca de cómo me retratan en Netflix”.
Sarwar ha reflexionado sobre ello añadiendo: “Pensé que era un modo muy interesante de describirte a ti mismo”. Y poco después cayó en la cuenta de lo revelado: “Me voy a meter en un problema enorme por esto, porque no creo que se puedan contar las conversaciones privadas”. Según el mismo rotativo, Clarence House, la oficina de relaciones públicas del primogénito de Isabel II, ha declinado comentar la cuestión.
Esta es la primera vez que se conoce de viva voz una de las opiniones de Carlos sobre la exitosa serie, pero sí se habían filtrado algunas conversaciones previas que habían hecho ver su enojo por algunas de las representaciones que de él y de los suyos se habían hecho. Al fin y al cabo, los verdaderos hechos, los íntimos, no se conocen, tan solo los escasos retazos que llegan a la prensa de fuentes anónimas —y casi siempre de parte—, o lo ahora narrado por la serie, que para muchos, pese a sus en ocasiones imprecisos y ficcionados retratos (“a veces debes renunciar a la exactitud, pero nunca puedes renunciar a la verdad”, llegó a decir su creador, Peter Morgan), casi se ha convertido en una especie de versión oficial.
Hace un par de años, una fuente cercana al príncipe de Gales aseguraba que “estaba enfurecido por la versión que se había hecho de su familia para la televisión, y acusaba a la productora de explotar el dolor de la familia real para obtener ganancias financieras “presentando como hechos una versión retorcida de lo que ocurrió”. Una serie de portavoces oficiosos criticaron entonces el estreno de la tercera temporada de la exitosa ficción de Netflix, en la que se retrataba el noviazgo y matrimonio entre la joven Diana Spencer y Carlos. “Esto es un drama y un entretenimiento con fines comerciales que se hace sin tener en cuenta a las personas involucradas”, comentó una de esas fuentes, siempre sin identificar, al Daily Mail, al que también siempre hay tomar con cierto cuidado. “Se han dedicado a resucitar cosas ocurridas durante una época muy difícil, hace 25 o 30 años, sin pararse a pensar en los sentimientos de las personas. No es justo ni cierto”, contaba desde el anonimato una de esas personas supuestamente cercanas a Carlos y su actual esposa, Camila de Cornualles.
Un enfado que también, al parecer, llega hasta Isabel II, de la que en 2018 se supo que no estaba contenta con los retratos que se hacían de su marido, Felipe de Edimburgo, y de su hijo mayor. En el penúltimo capítulo de la segunda temporada, llamado Paterfamilias, se mostraba la etapa de Carlos en el internado de Gordonstoun, en Escocia, y según la reina, su esposo quedaba retratado como un padre frío y cruel que trata a su hijo de una manera desapegada y anticuada.
Un cortesano sénior contó entonces al diario The Express que Isabel II era “consciente de que muchos de quienes ven The Crown toman la serie como un retrato preciso de la familia real, y no puede cambiarlo”. “Pero puedo afirmar que se enfadó por cómo el príncipe Felipe aparece retratado como un padre insensible con el bienestar de su hijo”, afirmaba. Ya lo dijo entonces el biógrafo de la familia real Hugo Vickers: “El problema es que la serie está bien escrita, bien interpretada y lujosamente rodada. Lo que lo hace mucho peor, porque pervierte la verdad: hay episodios enteros construidos sobre invenciones”.
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