Thandiwe Newton defiende sus orígenes africanos y habla sobre su experiencia más traumática
La actriz británica, que ha recuperado su nombre original, se sincera sobre cómo el abuso que sufrió a los 16 años de manos de un director arruinó su autoestima: “Me desvió de mi carril, estaba traumatizada”
Después de tres décadas participando en cientos de películas para cine y televisión, la actriz británica Thandie Newton ha decidido corregir a todo el público y hacer una férrea defensa de su verdadero nombre, escrito durante todo este tiempo de manera errónea. Newton se llama Thandiwe, que significa “amada” en shona, lengua nativa de Zimbabue, donde su madre era una princesa. Un fallo en uno de sus primeros trabajos le hizo cambiar su nomenclatura durante estos treinta años, hasta ahora. La intérprete que participó en Misión: Imposible 2 junto a Tom Cruise ha dado un golpe en la mesa a sus 48 años y ha decidido defender sus orígenes. “Ese es mi nombre. Siempre lo ha sido. Voy a recuperar lo que es mío”, ha dicho en una entrevista a la edición británica de Vogue, donde protagoniza la portada del número de mayo. Lo que para algunos puede significar un aspecto menor, para Newton adquiere una gran importancia y no deja de ser un reflejo del incansable espíritu de lucha que siempre ha caracterizado a la intérprete.
En la extensa entrevista, la ganadora del Emmy por su actuación en la exitosa serie de HBO Westworld también habla acerca de cómo sus sentimientos sobre la actuación han cambiado a lo largo de los años. “Encuentro que actuar ahora me quita mucho, porque estoy más conectada conmigo misma que nunca, mientras que antes estaba encantada de tener una excusa para meterme en otra personalidad”, admite. “Antes no podía esperar para alejarme de mí misma, de verdad, tenía muy baja autoestima”. Una falta de autoestima que motivó haber sido víctima de una conducta sexual inapropiada de manos de un director cuando era una actriz adolescente. “Hay un momento en el que mi espíritu cambió, y fue entonces, cuando tenía 16 años” dice Newton en referencia a un incidente que ya desveló a W Magazine en 2016, cuando explicó que un director la grabó simulando una escena sexual para una audición y más tarde descubrió que había enfocado la cámara en su falda y se había dedicado a mostrar el vídeo a sus amigos durante sus tandas de póquer.
Esta no fue la única relación de explotación que Newton tuvo en el mundo del espectáculo cuando era adolescente. Con solo 16 años comenzó una relación de seis años con el director John Duigan mientras estaba en el set de su película La primera experiencia (1991). Él tenía 39 años en ese momento. Un Duigan que, entre otras exigencias, le había pedido parecer “más negra” para el papel de un día para otro, para lo que ella, sorprendida, se untó en aceite de coco y se tumbó al sol. Una serie de experiencias que la dejaron al límite. “Me desvío de mi carril por completo. Estaba traumatizada. Seguro que aquello fue una especie de trastorno de estrés postraumático. Estaba tan angustiada y consternada de que un director hubiera abusado de una joven actriz, de que eso estuviera sucediendo en otra parte, de que los menores sufrían abusos, y de lo jodida que estaba... Básicamente, estaba esperando a que alguien viniera y me dijera: ‘Bueno, ¿qué debemos hacer al respecto?”, recuerda ahora en la edición británica de Vogue sobre sus sentimientos de entonces.
Unas experiencias que, según dice, le ha dado “un sexto sentido para detectar el abuso y a los abusadores”. “Creo que esa es una de las razones por las que fui tan rechazada en Hollywood. Hablaré de ello siempre, porque sé que estaré ayudando a alguien”, asegura, tajante. Durante décadas, Newton ha sido una denunciante acérrima y persistente sobre el tema de la violencia y el acoso sexual, tanto dentro como fuera de Hollywood. Antes del surgimiento de movimientos como Me Too o Time’s Up, ella ya desafió al gran muro del silencio que rodeaba muchos de los crímenes que se cometían por parte de grandes productores o reputadas personalidades de la industria. Llegó incluso a despedir a uno de sus publicistas después de que este le pidiera que dejara de hablar de haber sido víctima de abusos porque “no era bueno para su reputación”.
Para ella, el silencio nunca ha sido una opción. Tampoco en cuanto a las desigualdades. Ya marcó un hito en el año 2000, cuando descartó participar en Los ángeles de Charlie porque se negó a fomentar los estereotipos raciales y sexuales después de que le pidieran que un personaje femenino negro tenía que ser muy sexy y sin ninguna educación universitaria. Fue reemplazada por Lucy Liu. Su batalla fue más allá cuando entró en juego la igualdad salarial y en 2018 ella y su compañera en Westworld, Evan Rachel Wood, lucharon con éxito por la equidad salarial con sus homólogos masculinos. “No fue una celebración. Estaba disgustada”, dice ahora sobre la victoria, que sentó un precedente muy esperado en la industria. “Aunque la gente sabe que ahora sí se puede hablar sobre ello, todavía existe el temor a perder el trabajo. Quiero decir que literalmente, todavía te dicen: ‘Si no estás contento hay alguien más que podría aceptar este puesto’, ese tipo de mierda. Creo que los responsables de los estudios deben asumir mucha más responsabilidad”, asegura a la revista británica.
Además de sus compromisos con la televisión y el cine, Thandiwe Newton aboga por el African American Policy Forum, centrado en cuestiones de género y diversidad donde destacan campañas como la de #sayhername (Di Su Nombre), fundada por su amiga Kimberlé Crenshaw. También es miembro de la junta de Eve Ensler’s V-Day, a través de la cual ha apoyado a mujeres supervivientes de violencia sexual en el Congo con el proyecto City of Joy, además de participar en otras campañas que buscan poner fin a la violencia contra las mujeres impulsadas por la ONU. Casada y con tres hijos, Newton se siente satisfecha por haber contribuido a un futuro en el que la raza deja de ser un hándicap cada vez más. “A lo que más agradecida estoy en nuestro negocio en este momento es a estar en compañía de otras personas que realmente me ven. Y no ser cómplice de la objetivación de los negros como ‘otros’, que es lo que pasa cuando eres la única”.
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