Calabaza rellena: una fiesta de verduras de invierno
¿Un plato principal sabroso, con aspecto festivo, fácil de hacer y en el que los protagonistas no son la carne o el pescado? Esa fantasía existe, y es nuestra calabaza con espinacas y gorgonzola
La calabaza no solo sirve para cremas, para potajes o para tartas: también es el recipiente perfecto para rellenarla con lo que te salga de la pepita. ¿Qué consigues haciéndolo? Si eliges los ingredientes adecuados, un plato principal potente, vistoso, ideal para una cena con invitados o una celebración, y en el que los protagonistas no son la carne o el pescado.
Nuestra propuesta de relleno es sencilla pero efectiva: espinacas jugosas; manzana ácida y pasas rehidratadas en vinagre de Jerez, que contrastan con el dulzor de la calabaza; avellanas crujientes y queso gorgonzola para potenciar el sabor salado. Una fantasía de hortalizas y frutas en plena temporada con cierto aire retro-viejuno, que agradará tanto a los omnívoros como a los vegetarianos hartos de la ensalada y las verduras a la plancha. Mira cómo se hace en el vídeo de arriba.
Ingredientes
- 1 calabaza violín de unos 2 kilos (sólo se necesita media, pero vale la pena asarla entera y guardar la otra mitad)
- 300 g de espinacas frescas
- 40 g de pasas sin semilla
- 100 g de avellanas tostadas, preferiblemente sin piel
- 100 g de queso gorgonzola (u otro azul)
- 2 cucharaditas de ajo en polvo
- Aceite de oliva
- Vinagre de Jerez
- Sal
- Pimienta blanca
- Ensalada para acompañar
Instrucciones
Poner las pasas a remojar en un bol con un buen chorro de vinagre de Jerez y un poco de agua.
Calentar el horno a 200 grados.
Cortar la calabaza en dos mitades a lo largo (ver vídeo)
Retirar las semillas con una cuchara.
Salpimentar y untar con aceite.
Colocar boca abajo en una bandeja cubierta con papel de horno y hornear unos 40-45 minutos, o hasta que la calabaza esté tierna.
Mientras, pelar la manzana y picarla en dados no muy grandes. Saltearla en una sartén con un chorrito de aceite unos cinco minutos, hasta que esté dorada y un poco blanda.
Añadir las espinacas, el ajo en polvo y sal. Cuando las espinacas hayan bajado y estén blandas y cocinadas, retirar del fuego.
Sacar la calabaza del horno y dejar enfriar un poco para manipularla.
Ahuecar con una cuchara la pulpa de la calabaza, dejando un par de centímetros de la parte más cercana a la piel (ver vídeo). Salpimentar ligeramente.
Ponemos unos trocitos de gorgonzola, la mitad de las avellanas y de las pasas.
Añadir las espinacas y terminar con el resto de las avellanas picadas, pasas y gorzonzola por encima.
Llevar otra vez al horno cuatro o cinco minutos más para que el queso se funda y servir.
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