Por qué usar olla rápida es signo de inteligencia
Ahorra tiempo y dinero, mejora tus caldos y permite hacer desde flanes hasta arroces. Si eres tan listo, no caigas en la tecnofobia y aprende a sacarle partido a máxima velocidad.
10 de cada 9 expertos en neurociencia lo podrían confirmar (si no tuvieran cosas más importantes que hacer): utilizar la olla rápida es una señal evidente de que dentro de tu cabezón hay algo más que agua, impulsos sexuales o recuerdos de los goles de Messi o Cristiano. Las personas inteligentes en la cocina usan este invento porque, aunque suene a trasto viejuno, sus ventajas son múltiples. Con él se pueden preparar platos que nunca habrías imaginado (¿¿¿risotto???) o mejorar exponencialmente la calidad de tus caldos, además de ganar en velocidad y ahorrarte unos eurillos en gas o electricidad.
Mi relación amorosa con la olla rápida es sólida y duradera: hace un par de años, Mónica Escudero y yo ya publicamos unas recetillas en El País Semanal elaboradas con el artefacto. Ahora es tu turno: si quieres convencerte de que necesitas una o aprender a sacarle chispas en menos de tres minutos, mira el vídeo. Ah, y no tengas miedos absurdos: las ollas rápidas modernas NO estallan.