Aló, Comidista: "¿Frotar la punta del pepino le quita el amargor?"
Cocovet: Desde que descubrí el fenómeno maleni, una duda corroe mi cerebro. Con la ingente cantidad de mantequilla, fondant, colorantes mutante-radioactivos y 'icing sugar' que se meten entre pecho y espalda las susodichas malenis, ¿por qué en sus fotos no aparecen como vacaburras espaciales a punto de reventar? ¿Son realmente tan buenas usando photoshop y filtros de Instagram?
Querida Cocovet, es cierto que con las toneladas de azúcar, harina y grasa animal que maneja la maleni media, no se explica que estas mujeres adictas a lo mono no estén como cachalotes. Mi teoría partícular es que hay varios grupos de malenis. Están las que después de fabricar cuatro tartas con fondant, cinco kilos de cookies con chips de chocolate, dos docenas de popcakes y diez de cupcakes, o a) se zampan unos cuantos y los vomitan después, o b) no los prueban y se los echan a sus amigas o a esos futuros obesos que son sus hijos. El resto (c) oculta su verdadera personalidad colgando fotos falsas en internet.
Amélie Poulan, madre de todas las malenis.
Er_Duque_de_Arva: Cuando se dora la carne, ¿importa que esté del todo descongelada, teniendo en cuenta que luego la vas a guisar? ¿O puedes dorarla estando aún un poco congelada? A veces me caliento las manos con agua calentita y cojo un trozo de carne en mi regazo para darle calor… !y no es plan!
Querido Er_Duque_de_Arva, esto del regazo y de calentar las manos me ha sonado un poco pajero. ¿Seguro que luego no haces cosas feas con la carne? Si las haces, nada de cocinar luego con ella, ¿eh? A ver, siempre es conveniente que la carne esté del todo descongelada antes de someterla al calor, porque así mantendrá mejor su estructura y sus propiedades.
Juan Antonio: Hace bastante tiempo comentaste en este blog tus (afortunadamente pasajeros) problemas genitales ocasionados por una incorrecta manipulación de la guindilla. Teniendo esto en cuenta, ¿qué opinión te merece el espot publicitario de cierto jabón para la higiene femenina que se anuncia con el eslogan "en lo más íntimo, quiero Chilly"? ¿Consideras qué es un reclamo adecuado para esta clase de producto?
Querido Juan Antonio, gracias por recordarme ese bochornoso capítulo de mi vida bloguera. Soy un gran fans de Chilly, porque probablemente es el peor ejemplo de naming de producto de toda la historia. En inglés queda bien (significa "frío"), pero no sé en qué momento la empresa fabricante pensó que a las españolas les iba a apetecer ponerse chili en el chichi. Lo mejor es que se sigue vendiendo (o al menos la web está activa), lo que parece indicar la existencia de mujeres con ganas de experimentar sensaciones fuertes. Yo que ellos haría otras variantes y las llamaría Pimentony, Cayeny y Wasaby.
Jorge: Soy bastante cuidadoso con todo lo relacionado con la higiene en la cocina. Hay una práctica que me pone enfermo: llenar de agua el fregadero y lavar en él cosas que luego te vas a comer crudas como lechuga y otros vegetales. El colmo ya fue que mi suegra cogiera unos solomillos de cerdo, los bañara debajo del grifo (¿?) y los dejara en el fregadero tan ricamente. Por suerte se desinfectaron a 180º en el horno. Dado que en tu consultorio se tratan trastornos de todo tipo, querría saber si debo ingresar en el ala de perturbados obsesos por la higiene de la López Ibor o realmente la gente es una cerda.
Querido Jorge, las dos cosas. Por supuesto mereces ingresar en la López Ibor por neurótico, pero lo de "la gente es una cerda" es tan bonito que debo apoyarlo también. Está claro que la cocina debe estar limpia, y que si puedes lavar las cosas en un recipiente es mejor que utilizar el fregadero. Pero tampoco podemos entrar en paranoia y hacer de nuestra vida una guerra constante con las bacterias, como pretenden esos chalados de la asepsia que siempre están dando la caca con las intoxicaciones alimentarias. Si fuera por ellos, nos tendríamos que bañar en autoclaves o seríamos como niños burbuja... y acabaríamos más vulnerables todavía a los microorganismos con los que no nos queda más remedio que convivir.
Soraya: ¿Qué pacto con el diablo has hecho para que te dejen escribir esas barbaridades que al común de los periodistas mortales nos encantaría escribir? En fin, yo en realidad quería preguntarte por tu receta de bolas de salmón. El cebollino no es santo de mi devoción, y el pimentón de la Vera me resulta un poco fuerte así a palo seco. ¿Me podrías recomendar una envoltura alternativa? Me encanta invitar a mis amigos de París a comer pinchos y tapitas a casa. A los pobres, que sólo comen bocadillos de mala muerte día sí día también, se les caen las bragas con mis recetas. En resumen, que quiero plagiarte la receta.
Querida Soraya, me alegra que tengas amigos que llevan bragas e imagino que también ligueros. Confirma la fama de pervertidos de los franceses, y hace que me caigan mejor todavía. También aplaudo tu intención de plagiarme: dí que sí mujer, que la cultura es libre. Siendo sincero, no sé por qué EL PAÍS permite este consultorio. Supongo que entienden que he establecido un pacto de sí agresión con los lectores: ellos me dan cera y yo se la devuelvo. Asunto bolitas: si no le quieres poner cebollino, puedes optar por cualquier otra fina hierba picada fina, como eneldo, estragón, albahaca, cilantro... Otra opción son los frutos secos picados finos o molidos: nueces, avellanas, almendras, anacardos o cacahuetes. Por último tienes la versión fritanga, que también está buenísima: rebozas las bolas en harina, huevo batido y pan rallado, las metes al congelador un par de horas, y luego las fríes.
Federico: A Paquito, mi amigo mexicano, le encantan los pepinos. Antes de prepararlos, siempre les corta la puntita y la refriega insistentemente contra el pepino hasta que el corte desprende un liquidito blancuzco. Él dice que es para sacarle la amargura. ¿Tiene esta práctica algún tipo de fundamento o es un fálico ritual azteca?
Querido Federico, no tenía conocimiento de la existencia de esta práctica, que por lo que he visto en Internet es bastante común en México España y Latinoamérica. Según cuentan en la web Sabiduría de Escalera, al cortar la hortaliza y frotarla favoreces la liberación de fenol, un pesticida natural que contiene el pepino de sabor amargo. Ahora bien, no creo que los pepinos españoles sean amargos, por lo que no sé si tiene mucho sentido hacer esto aquí. Mi teoría es que Paquito está insinuando lo que le gustaría hacer con tu pepino, así que dejáos de tonterías y a chuscar de una vez.
Ex consejera andaluza comiéndose un pepino. / FRANCISCO BONILLA
Alfredo: BUENOS DÍAS. Por favor, ¿pueden decirme dónde o cómo salen las respuestas? Si las hay naturalmente.
Querido Alfredo, BUENOS DÍAS. ¿Qué tal por la residencia? ¿Cómo están sus compañeros de planta? Ya, ya me han dicho que doña Marisa murió. Pobre, es que había pegado un bajón... Bueno, ¡usted no se preocupe, que está hecho un chaval! Las respuestas salen aquí, por el ordenador, cada dos viernes. Dígales a las chicas del centro que le pongan el Aló Comidista, y ya verá. ¡Es el cachondeo padre!
Jon Spencer: ¿Algún 'guilty pleasure' gastronómico que no hayas nunca llegado a confesar? Quizá en tu intimidad te atiborres de gambas con gabardina o alguna vez, cuando nadie te ve, vas y te metes en un McDonalds a comerte un Big Mac.
Querido Jon Spencer, ¿has dejado la Blues Explosion y ahora te dedicas a mandar preguntas a consultorios de cocina? Vaya final más triste para un rockero. No, no me atiborro de gambas con gabardina, pero sí, voy a McDonalds muy de vez en cuando a comerme alguna cerdada. Eso sí, siempre vestido de mujer y con unas gafas de sol como las de la Pantoja. Mi catálogo de placeres culpables es amplio, pero por decir algo, mencionaré los palitos de detritus de pescado con sabor a cangrejo, conocidos popularmente como "chaka", y la coca-cola. Los primeros me gustan picaditos con mayonesa, y la segunda me puede. Sé que no está bien, que me infla, que tomándola promuevo el imperialismo yanqui y contribuyo a la dominación de las multinacionales, pero está demasiado buena como para resistirse, sobre todo al mediodía, con limón y hielo y acompañada de patatas fritas y aceitunas. Flipo con las burbujas, como decía Chus Lampreave en Qué he hecho yo para merecer esto.
"Me pondré un poquito a plan mañana". / EL DESEO
Claudina: No sé a qué parte de la ternera te refieres con la carrillera o carrillada. Una cierta intuición parece apuntar a que puede tratarse del jarrete, pero la duda sigue palpitando. ¿Es lo mismo?
Querida Claudina, una cierta intuición parece apuntar a que no tienes ni idea de carnes. ¿Cómo se puede confundir el jarrete con la carrillera, pedazo de bruta? El primero está en las patas, mientras que la segunda se encuentra en la cara del animal. ¿Te suena la palabra "carrillo"? Pues eso.
Bender de Mairena: El otro día hice una receta de pollo escabechado (sí, ya sé que es una receta de Eva Arguiñano y no tuya y que por lo tanto debería preguntárselo a ella, pero es que Eva ya es una estrella consagrada y no tiene consultorio, tú en cambio eres una 'starlet' y todavía te mantienes accesible a tus fans). El caso es que sobró más de un litro del líquido del escabeche, que es en su mayoría aceite de oliva virgen extra y vino blanco de calidad, y claro, me da pena tirarlo ya que es un dinero. Me preguntaba si se podría guardar y utilizar más veces, por supuesto, con carne de ave. ¿Cuánto tiempo crees que podría aguantar? ¿Se debería guardar en nevera o a temperatura ambiente aguntaría bien?
Querido Bender de Mairena, gracias por llamarme starlet. Por un momento me he imaginado a mí mismo en el Folies Bergère o en la Croissette de Cannes enseñando los pechos a los fotógrafos del festival. Bien, el escabeche se puede reutilizar de varias maneras. Una idea es separar la parte grasa del caldo (si lo dejas un rato en la nevera en un recipiente alto, la primera se quedará arriba y no será difícil sacarla). El aceite se puede usar como aliño de verduras, por ejemplo, y el caldo, para guisos o sopas. Otra opción es congelarlo todo y volver a usarlo una vez más (sólo una), aunque yo siempre pondría parte de aceite y de vinagre nuevos porque si no el escabeche puede tener potencia fotónica.
Laura: Era tarta de remolacha. Y además estaba asquerosa. Besos.
Querida Laura, gracias por compartir con nosotros esta preciosidad. A mí me ha recordado a un animal de estos que reptan por la arena en los mares tropicales. O a una Pantera Rosa mutante a punto de invadir la Tierra.
Sara: Dos preguntas tengo. ¿No es hora ya de actualizar tu "Sobre el autor" del blog y quitar el 'relativamente' conocido? Y la segunda va sobre vieras: a mí en España jamás me las han servido con lo naranja y gris (¿músculos?), siempre las he comido ya limpias, pero en un par de viajes en estos meses pasados he visto que por lo menos en Nueva Zelanda y Corea se las zampan enteras. ¿Hay alguna razón por la que no lo hacemos? Siempre he pensado que sería una parte tóxica o algo así.
Querida Sara, ya estamos sacando faltas. Ya voy a actualizar mi biografía, que en efecto está más anticuada que La Chelito. "Lo naranja y lo gris" de las vieiras no son "músculos" -hasta donde yo sé, estos bivalvos no frecuentan los gimnasios ni las discotecas gays-, sino el coral. Éste no es tóxico ni mucho menos: se suele usar para hacer salsas de acompañamiento para la parte blanca. La cuestión es que esta parte tiene un sabor más intenso a mar, lo que entusiasma a algunos (como yo) y disgusta a otros.
Pilar: Como soy rata de mercado "del de toda la vida”, con los años y alguna que otra cagada he aprendido a distinguir el pescado y el marisco fresco del chuchurrío. Mientras que a otros les da por el confeti, estas últimas semanas a mí me ha dado por el calamar. El problema es que no termino de distinguir de un vistazo en la pescadería cuándo está fresquete y sabrosón.
Querida Pilar, los calamares frescos deben tener la carne traslúcida, aspecto húmedo y resbaloso y ojos brillantes. Si están opacos, se pegotean o parecen pastosos, es que no están muy frescos.
Miguel A.: Soy muy fans de la cocina de mi madre, tengo todas sus recetas grabadas en vídeo y sigo al pié de la letra todas sus indicaciones. El otro día vino a mi casa a comer, y había preparado un revuelto de ajetes y gambas. Nos sentamos en la mesa y reproduzco la conversación:
-Madre: Le habrás quitado la primera capa de piel a los ajetes y los habrás rehogado bien, ¿no?
-Hijo: Sí mama.
-Madre: Le habrás quitado el intestino a las gambas, ¿no?
-Hijo: Sí mama.
-Madre: Habrás lavado los huevos antes de cascarlos, ¿no?
-Hijo: Sí mama.
-Madre: Y le habrás quitado el semen del pollo a los huevos, ¿no?
-Hijo: ¿¿Comooorrrrr?? ¿Semen? ¿Pollo? ¿¿Huevos?? Mama, ¿de qué hablas?
-Madre: Sí, el globito blanco pegado a la yema, el semen de los pollos... ¿No me dirás que te lo has estado comiendo no????
Mi pregunta es: ¿Me estoy comiendo el semen de los pollos? Ayúdame, Mikel, que desde ese día tengo pesadillas con bukakes avícolas.
Querido Miguel A., ésta es sin duda la pregunta picueter de este Aló. No me extraña que tengas pesadillas con pollos haciendo bukakes. Yo después de leer tu relato creo que voy a soñar con mi madre hablándome de globitos de semen. En fin, te aseguro que esa parte del huevo no es fruto de la eyaculación del gallo, sino que es un simple tejido perfectamente comestible que al parecer sirve para mantener la yema en su sitio.
Pablo: He encontrado esta galería de desastres culinarios que en tu gran labor didáctica semanal seguro te vendrán a la perfección para acercar más el mundo de la cocina a los habitantes de la López Ibor.
Querido Pablo, muchas gracias. Es una lista fantástica. Mis favoritos, sin duda, son la pizza a la parrilla y el calentador de agua con doble fuente de calor.
Pedro: El otro día te leí un artículo sobre las dietas post navidades, como siempre cojonudo. ¡¡¡Estás en racha está claro!!! El caso es que desde Navidad no es que me haya puesto a hacer dieta pero creo sí he aumentado considerablemente la dosis de frutas y verduras. Por otra parte me leí un libro por el que me estoy aficionando a correr Nacidos Para Correr, muy bien escrito. Al margen del rollo correr, explica que las ensaladas para el desayuno son muy buenas. ¿Qué opinas? Yo las estoy probando y la verdad que están muy buenas un poco raro comer tanto verde. ¿Alguna receta para estas ensaladas? No sé qué política sigues con los blogueros amateur pero bueno si sacas mi blog será cojonudo.
Querido Pedro, te noto un poco acelerado. ¿Es el ejercicio? ¿O es que estás tomando drogas? ¡Cuidado con los anabolizantes y las anfetaminas, que te destruyen el cerebro por mucha fruta y verdura que comas! Yo lo de las ensaladas para desayunar como que no lo veo. Como mucho unas rodajitas de tomate o unas hojas de verde en un bocadillo o tostada, pero zamparte un bol de lechuga a las 8.30 de la mañana no me suena muy apetecible. Aunque imagino que será cuestión de costumbre, claro. En cualquier caso, yo apostaría por la sencillez máxima en las recetas: verdura, un buen aceite de oliva virgen extra, unas gotas de un buen vinagre y sal. Si quieres complicarte la vida, aquí hay unas cuantas más. Otra opción es colar algo de verdura en los batidos de fruta, algo que les chifla a los crudiveganos y gente así.
Víctor: Me declaro fans de ti y de tu hermano Juanma, y aquí va mi pregunta: ¿el cebollino y el perejil pierden su sabor y sus propiedades nutritivas si los congelas?
Querido Víctor, gracias por tu fansismo. Todos mis intentos de congelar perejil y cebollino han acabado en desastre: una masa húmeda y compacta color verde oscuro. Supongo que conservarán sus propiedades nutritivas, pero de aspecto se quedan hechos un fistro. En cuanto al sabor, una hierba fresca siempre será más aromática, y si es recién cortada, más aún.
Marta: Por favor, ¡cambia ya tu foto del blog! La otra molaba mucho más, ¡en ésta sales muy viejuno! Pero bueno, a lo que voy, que yo no te escribo para tirarte los trastos, si no para pedirte ideas para hacer postres que no necesiten horno. Sólo se hacer tarta de queso y sorbete de limón, pero me gustaría innovar un poquito más. ¡Ayudame por favor!
Querida Marta, parece que hoy toca criticar mi biografía y mis fotos. A ver, ¿cómo no voy a salir viejuno si SOY viejuno? ¿Qué quieres, que ponga una foto como las de Isabel Preysler que saca el Hola!, en las que parece su réplica del Museo de Cera? De todas formas, remitiré tu agradable comentario a mi fotógrafa oficial, Ainhoa Gomà, para que en la próxima tanda se aplique a fondo con el photoshop y me convierta en un adolescente. Sobre los postres, como yo no soy un máster de la repostería precisamente, tiendo bastante al dulce simple sin horno, así que en la sección correspondiente del blog encontrarás unas cuantas cosas. Mis favoritos: el pastel de sobaos, fresas y leche condensada, la tarta sin horno de fresas, crema y queso, el sabayón con cítricos y el falso tiramisú de mandarina.
Mikel López Iturriaga, tras pasar por el photoshop.
Juan Manuel: Encuentro ridícula la cantidad de artilugios tipo As seen on TV que nos intentan vender, y que no cabrían en una cocina salvo que sea como la del Palacio de Sintra. Pero cada vez que veo uno, en ese momento me enamoro... fugazmente. Salvo los de toda la vida (cocina, cacerolas, un buen juego de cuchillos, y una olla exprés quizás) ¿qué artilugios no deberían faltar en la cocina de un soltero?
Querido Juan Manuel, ¿que no quieres teletienda? Pues teletienda y media: lo que debes hacer es comprarte mi libro, que incluye un capítulo con los 10 trastos de cocina imprescindibles (y los 10 más prescindibles también). Como hoy me siento espléndido, te haré un breve resumen por si no quieres soltar la pasta: un buen pelador todoterreno, una tabla de silicona sólida que no se deslice (no una de plástico de chichinabo de los chinos), fuentes de horno de un par de tamaños, pasapurés, batidor de varillas y un centrifugador de ensaladas. Ah, y un mortero para que parezca que has cocinado mucho.
Mosquera: Estimado Mikel, cómo plantear esto para que entre el tsunami de preguntas de este consultorio homosentimentalperturbado llame tu atención y no la rechaces cual zumo de máquina hecho con sangre de unicornio jubilado. Últimamente tengo una obsesión que se llama Guacamole de Mercadona. He probado diferentes guacamoles y ninguno me convence más que ése. ¿El Sr. Roig se ha aliado con el diablo para que su guacamole sea el mejor del mundo mundial? ¿Qué tipo de estupefaciente utiliza para crear en mí tal adicción? Espero que me ilumines con nuevas marcas de guacamole que merezcan tu aprobación así como, si no es mucho pedir, cual es la mejor receta de guacamole para tu gusto y su mejor acompañante (yo me decanto por el pan de pita).
Querida Mosquera, vamos por partes que tu pregunta tiene tela. Todos los guacamoles envasados que he probado me han parecido bastante malos, yendo de la imitación mediocre a la salsurria verde avinagrada repugnante. El del Sr. Roig en concreto no lo he catado, así que no puedo opinar, pero por lo que he leído sí parece que es el más decente. Para mí el mejor guacamole es el hecho en el momento en mortero o molcajete, machacando aguacate maduro y aliñandolo con cebollita picada, limón, tomate fresco, cilantro, chile y sal. Yo tengo una receta alternativa con cebolla asada que está realmente buena, pero el original es imbatible. En cuanto al acompañamiento, supongo que los lectores mexicanos estarán encantadísimos con que lo tomes con pan de pita, que por supuesto no es nada árabe y proviene del mismísimo Tenochtilán. ¿Qué tal si fríes unos triángulos de tortilla de maíz y dejas de ofender a todos los dioses aztecas con semejante fusión de culturas?
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