Los reserva son para las (pequeñas) grandes ocasiones: vinos que nunca fallan
La prestigiosa bodega Marqués de Riscal cuenta con dos referencias que abrazan la excelencia de distintas formas. Sea para celebrar con gran gastronomía, para descubrir productos teóricamente exóticos o para armonizar con un picoteo cualquier noche, constituye un acierto, como reconocen diversos ‘rankings’ y guías enológicas
Interior. Luz tenue. Una figura avanza por una bodega con una tiza en la mano. Se detiene ante una barrica y marca en ella dos letras para definirla: XR. Quien las escribe es un capataz que está anunciando el nacimiento de un gran vino de Rioja. No es un relato novelado, sino historia. Entre 1869 y 1964, los maestros bodegueros de Marqués de Riscal marcaban con tiza aquellas barricas en las que encontraban características verdaderamente singulares. Solo algunas barricas con cualidades excepcionales eran identificadas con XR, elegidas para la gloria.
En recuerdo de aquella costumbre y de pioneros como el francés Jean Pineau, un grande de la vinicultura que en el siglo XIX cruzó los Pirineos para comenzar a escribir las grandes páginas del vino de Rioja en Marqués de Riscal, esta bodega elabora sus reserva XR. Son vinos que hacen referencia a aquellos secretos guardados por los que mejor conocían los entresijos de la bodega.
En el proceso vinificador de hoy, las botellas herederas de aquella alquimia aguardan tres años ⎯de los que al menos uno debe transcurrir entre madera⎯ antes de salir al mercado. Un tiempo necesario para que desarrollen todas sus virtudes y su potencial de envejecimiento
La nueva añada XR de Marqués de Riscal, la 2020, representa la excelencia en todos sus aspectos: elaborada a base de uva tempranillo complementada con un pequeño porcentaje de graciano, parte de una cosecha calificada por el Consejo Regulador de Rioja como “muy buena”
Matices de color, aroma y sabor
La nueva añada XR de Marqués de Riscal, la 2020, representa la excelencia en todos sus aspectos: elaborada a base de uva tempranillo complementada con un pequeño porcentaje de graciano, parte de una cosecha calificada por el Consejo Regulador de Rioja como “muy buena”. El vino es de un atractivo color cereza, con una nariz compleja en la que aparecen notas de regaliz, canela y pimienta negra. Las notas a madera, resultado de la crianza en barrica de roble americano durante 25 meses, están muy matizadas y quedan en un segundo plano respecto a la fruta, gracias al buen trabajo hecho durante la crianza y a la propia complejidad del vino.
El trago del XR de Marqués de Riscal revela un vino con buena estructura, pero al mismo tiempo fresco y fácil de beber, con unos taninos pulidos y que resultan muy agradables. En el final aparecen notas balsámicas que aportan aún más complejidad a una referencia que es, además, un todoterreno a la hora de plantear armonías gastronómicas. Se lleva de miedo con los reyes de la temporada fría, los guisos de carne y las mejores preparaciones a base de legumbres, aunque también puede ir de perlas con una costilla glaseada de Angus o un solomillo de Wagyu.
Clasicismo riojano puesto al día
Además de la línea XR, Marqués de Riscal cuenta también con su vino Reserva, un emblema de una bodega que, pese a contar con 155 años de historia, puede presumir de vigencia como ninguna otra. Así, en este mismo 2024 Marqués de Riscal ha obtenido el galardón a Mejor Viñedo del Mundo en el certamen World’s Best Vineyards, un ranking que se elabora anualmente con los mejores destinos enoturísticos del mundo. Un título que reconoce, entre otros, el hito que supuso la inauguración en 2006 de la Ciudad del Vino, una obra vanguardista del reconocido arquitecto Frank O. Gehry.
Esa simbiosis entre tradición y actualidad se deja ver en un vino como Marqués de Riscal Reserva 2020. Patente de corso de cómo se trabajan los reserva en esta bodega, es un tinto que está elaborado a partir de uvas de tempranillo plantadas en los años 70 en los mejores suelos de Rioja Alavesa, a las que se una un porcentaje menor del 10% de graciano, que aporta frescura y viveza de color. Esa es la materia prima que da lugar a un vino que pasa dos años en barrica de roble americano y se afina al menos un año más en botella antes de salir al mercado. Cuestión de tiempo, como cualquier experto en vino sabe.
Marqués de Riscal Reserva 2020 comparte con su hermano XR unos similares atributos de color, aromas y bouquet. Perfecto acompañante de los platos de cuchara, también sabe estar a la altura cuando llegan a la mesa cortes del mejor jamón, tablas de quesos con una curación no demasiado excesiva, preparaciones de aves y carnes a la parrilla
Marqués de Riscal Reserva 2020 comparte con su hermano XR unos similares atributos de color, aromas y bouquet. Perfecto acompañante de los platos de cuchara, también sabe estar a la altura cuando llegan a la mesa cortes del mejor jamón, tablas de quesos con una curación no demasiado excesiva, preparaciones de aves y carnes a la parrilla. Puede presumir ya de acumular reconocimientos como los 93 puntos en la Guía Peñin 2024 y también de altas calificaciones en otras biblias prestigiosas, de los 92 en Wine Enthusiast a los 94 otorgados por James Suckling. Una retahíla de avales que viene a demostrar que los reserva de Marqués de Riscal son apuestas seguras cuando la ocasión demanda vinos a la altura. Eso ya lo sabían aquellos maestros bodegueros que dejaban su marca para avisar de que en el interior de aquellas barricas había magia en estado líquido.