El invento andaluz para evitar la desertificación

Para paliar los efectos de la sequía en las zonas de cultivo de la Axarquía (Málaga), Antonio Rico y su hijo Ernesto diseñaron un sistema que puede ahorrar hasta un 70% de agua. Ya lo venden en distintos países

Cuando Antonio Rico, constructor, fabricó un invento para evitar que las raíces de los árboles levantaran el suelo de las urbanizaciones que edificaba, jamás imaginó que años más tarde serviría para combatir la sequía. La historia comienza hace 40 años en Torrox, un pequeño municipio malagueño a caballo entre la comarca de la Axarquía y la Costa del Sol. Rico, que por entonces tenía 42 años, instaló un sencillo tubo que conducía el agua del riego hasta la raíz de los árboles, contribuyendo así a que buscaran la humedad bajo tierra de manera dirigida y evitando que levantaran el asfalto.

La idea, que resultó útil durante años para solucionar las deformaciones y roturas de los terrenos, la recuperó su hijo Ernesto en 2017, pero esta vez con otra intención: “Aquí, en la zona de la Axarquía malagueña, tenemos plantaciones de árboles subtropicales que precisan de muchísima agua, como el mango o el aguacate”, explica. Algo cada vez más incompatible con la sequía que afecta a todo el país y, en concreto, a la Axarquía, donde el embalse de la Viñuela, el más grande de la provincia y que abastece a todos los pueblos de la comarca, no llegaba al 10% de su capacidad en el arranque de este verano. “A partir de esto, me acordé de aquel invento que desarrolló mi padre tantos años atrás”, continúa Ernesto, miembro de una familia que, reconoce, ha tenido siempre mucha creatividad e ingenio a la hora de innovar, sobre todo su progenitor que, a los 82 años, presume de haber registrado más de 30 patentes relacionadas con la agricultura, la edificación o la extinción de incendios.

Con ocho empleados, Ernesto Rico espera que su empresa pueda duplicar las ventas el próximo año. De momento, ya han vendido más de 190.000 sistemas DeepDrop, 150.000 de ellos en España, y acaban de inaugurar una delegación en Santiago de Chile.
Con ocho empleados, Ernesto Rico espera que su empresa pueda duplicar las ventas el próximo año. De momento, ya han vendido más de 190.000 sistemas DeepDrop, 150.000 de ellos en España, y acaban de inaugurar una delegación en Santiago de Chile.DeepDrop

Padre e hijo se pusieron entonces manos a la obra para comercializar DeepDrop, este sistema de goteo subterráneo que dirige el agua exactamente a las raíces en la cantidad precisa y sin desperdiciar una gota. Según sus inventores, permite que los árboles enraícen mejor y se fortalezcan, soportando mejor periodos prolongados de sequía. En siete años, los Rico han pasado de vender 10.000 unidades a 190.000 en el último año gracias a la utilidad del invento y a haber afianzado junto a Correos una distribución y logística que permite su envío a todo el mundo.

Cómo funciona DeepDrop

“Uno de los principales inconvenientes del riego subterráneo es que, si se atora o se obstruye, no da señales hasta que el árbol o la planta se marchita. Y el riego superficial desperdicia miles de litros de agua por la evaporación. Nos costó mucho encontrar la fórmula que mejorase estos dos problemas, pero lo hemos conseguido”, reconoce Ernesto. ¿Cómo funciona?

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1. El dispositivo se conecta a la red de riego general gracias a un cabezal que llaman “chupachups” por su forma. 2. Al ir soterrado, contribuye a que los animales no ingieran líquidos de la superficie, que suelen ir entremezclados de abonos. También evita las malas hierbas. 3. Desde este cabezal, se conduce el riego y el abono directamente a las raíces de las plantas.

Desde que decidieron lanzar su producto en 2017, la empresa vive ahora su momento más boyante, con unos resultados que duplican las ventas de años anteriores. Pero reconocen que su mayor satisfacción es ver cómo han conseguido uno de sus principales objetivos, combatir los efectos de la sequía en una zona tipificada casi como un desierto: “Hemos logrado una mayor eficiencia y ahorro en el consumo de agua en el 100% de las plantaciones que han confiado en nosotros. Recientemente recibimos la llamada de un agricultor asombrado al haber pasado de los 200 litros diarios a tan solo 4 para regar sus cultivos”, explica Ernesto.

Envío y distribución por todo el mundo

Además de contar con el apoyo de amigos y familiares, la ayuda de Correos también ha sido una palanca de cambio fundamental. Gracias a la empresa pública, los Rico han distribuido por España más de 150.000 sistemas de este tipo y han digitalizado su canal para las ventas online, lo que les permite llegar a mercados tan lejanos como Arabia Saudí o Chile: “Destacaría sobre todo el factor humano. Es gente que nos ha ayudado siempre con una sonrisa puesta para lo que hemos necesitado. Todas nuestras entregas siempre llegan perfectas, y eso es algo que nos hace mejores y que, por tanto, tenemos también que agradecerles”, dice este emprendedor.

La mujer al mando de la oficina torroxeña

María Victoria Nieto lleva más de 20 años trabajando en Correos. Aunque comenzó su andadura como repartidora y sustituta de directores de oficina en varias zonas de la Axarquía (Málaga), confiesa que su meta siempre fue volver al sitio que la vio crecer: Torrox. Desde 2017, está al mando de su oficina de Correos, algo que no cambiaría por nada: “Adoro mi trabajo. Al estar en un pueblo tan pequeño, es una oficina muy amena donde apostamos sobre todo por la cercanía y el contacto con el cliente”, reconoce. Pese a estar ubicada en una región con menos de 20.000 habitantes, Torrox es una sede que desempeña las mismas funciones que las que se encuentran en las grandes ciudades: “Hemos evolucionado muy rápidamente y prestamos los mismos servicios que en Madrid o Barcelona. La apuesta por la paquetería es lo que más ha motivado a los clientes”, explica. Para Nieto, el día a día en esta oficina de ocho empleados siempre se presenta motivador, tranquilo y agradable: “Nos conocemos entre todos. Se genera un ambiente en el que disfrutas mucho ayudando a los demás, sobre todo a pymes y autónomos que confían en nosotros y en nuestro oficio, como hicieron Antonio y Ernesto Rico. Para nosotros es un honor haber contribuido a su éxito”, comenta, orgullosa.

Y es esa misma cercanía una virtud que Ernesto practica cada día con sus clientes. Para él, los éxitos no se alcanzan con golpes de suerte, sino atendiendo los problemas sobre el terreno: “Yo no puedo gestionar mi empresa únicamente detrás de un ordenador. Necesito el contacto directo, ir al campo, a la calle, escuchar a los pequeños agricultores, sus problemas, sus inquietudes. Conocer las dificultades desde los cimientos es lo que nos llena y lo que nos hace prosperar”, concluye.

Créditos

Redacción: Micaela Llorens 
Fotografía: Cedidas por DeepDrop
Coordinación editorial: Francis Pachá
Coordinación de diseño: Adolfo Domenech 


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