Ayuso obvia a Feijóo y se erige ya como la oposición a Sánchez en el debate sobre el estado de la región: “No podemos esperar”
La presidenta de la Comunidad de Madrid también promete rebajas de impuestos para locales comerciales y hosteleros con más de 50 años de actividad, inversiones en carreteras regionales o la reapertura de la línea 7B de Metro en San Fernando, tres años cerrada

El reloj está en marcha, si es que alguna vez estuvo parado. Isabel Díaz Ayuso ha dado este jueves un paso más en su carrera política. La presidenta de la Comunidad de Madrid se ha erigido como la verdadera oposición al Gobierno de Pedro Sánchez en el cuarto debate sobre el Estado de la región desde que llegó al poder en 2019. Si en el día grande de un Parlamento autonómico se prevé hablar sobre los problemas que afectan a los ciudadanos —en este caso los madrileños— Ayuso ha hablado más que nunca para toda España. Su discurso, de casi dos horas y media, ha sido una comparación constante con las políticas del presidente del Gobierno. De hecho, ha obviado al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, al que no ha citado en ningún momento y al que ha lanzado un mensaje velado: “Está en nuestras manos ofrecer una alternativa. Y en eso está el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Y servir a España”.
Casi tres meses después del último debate en la Asamblea regional, Ayuso ha iniciado el nuevo curso político… como lo terminó: con ataques constantes al Ejecutivo y como el verdadero contrapeso del PP a las políticas nacionales de Sánchez. Hace tres días, incluso, el portavoz regional de los populares madrileños legitimó los insultos de “hijo de puta” al presidente del Gobierno. “No puede salir a la calle sin que le canten el hit del verano, y cuando alguien grita ‘¡Pedro Sánchez!’, hay tres palabras que resuenan en nuestras cabezas”.
Ayuso, que hizo –y hace– campaña con el símil de “me gusta la fruta”, ha dicho de nuevo que Sánchez debe abandonar ya la Moncloa:
—¡El sanchismo es oscuridad!
La presidenta madrileña ha dicho que no se puede esperar una solución proveniente de Europa para terminar con el Gobierno. “Eso implicaría un camino sin esperanza y lleno de sufrimiento [...] Las diferencias entre lo que ocurre en Madrid y el Gobierno de la nación son abismales”. Ha considerado a Madrid como una alternativa porque, a su juicio, así se ve en el resto del mundo. “Sánchez solo aparece en prensa internacional con noticias y escándalos. Todo el mundo confía en lo que va a hacer el gobierno de la Comunidad de Madrid sin sobresaltos. La gran pregunta es qué barbaridad va a hacer el Gobierno de la nación y qué vamos a hacer nosotros”.
La realidad es que Ayuso ha hecho un discurso medido y calculado. Una primera parte con ataques constantes al Ejecutivo central —donde suelen conectar las radios y las televisiones y, por tanto, la expectación es mayor— y una segunda, con anuncios y medidas, pero sin perder las comparaciones con el Gobierno central.
Ha prometido rebajas de impuestos para locales comerciales y hosteleros con más de 50 años de actividad. Inversiones en carreteras regionales. La reapertura de la línea 7B de Metro en San Fernando –tres años después de su cierre por fallos estructurales que han derribado 73 viviendas—. “El concebido no nacido” se tendrá en cuenta para dar ayudas —una medida que anunció en 2019 y que ya se aplica, por ejemplo, en las becas de Educación Infantil—. De hecho, estas ayudas cuentan con un problema de lentitud en la tramitación en los últimos años y obliga a que las familias inicien el curso sin saber si se les ha concedido y, por tanto, adelantar el dinero.
También ha anunciado nuevos proyectos para el Canal de Isabel II —sin mencionar que se financiará con la primera subida de tarifas en el recibo del agua en una década—. Y una nueva ley del suelo para ampliar vivienda protegida, que ha sido una de las claves de la mañana.
Ayuso, que solo ha aprobado tres presupuestos en seis años de mandato, ha dicho que esta es la legislatura de la vivienda, en otra comparación con una frase idéntica lanzada por el presidente Sánchez el pasado año. “Y así está siendo”, ha asegurado. La realidad es que, cuando llegó al poder en mayo de 2019, el precio de vivienda en venta en la capital era de 3.720 euros el metro cuadrado. Y hoy es de 5.723 euros. Y si el alquiler estaba entonces en 15,5 euros, hoy ya lo está en 22,2. Es decir, que si una casa de 60 metros costaba hace seis años 900 euros al mes, hoy vale 1.332. Idealista cuenta este mismo jueves con 10.632 pisos en alquiler para todo Madrid. Los más baratos valen 600 euros. Son dos. Uno mide 26 metros y, el otro, 15.
La hemeroteca también dice que la presidenta madrileña prometió en 2019 construir 25.000 pisos públicos en régimen de alquiler, de los cuales 15.000 estarían terminados antes de mayo de 2023. Cuando llegó esa fecha, no había ninguno. A día de hoy, el Ejecutivo apenas ha entregado 4.875 viviendas del total de 13.000 que ahora dice tener previsto edificar dentro de ese programa. Nada que ver con las 25.000 prometidas.
Ayuso ha insistido en que ella no gobierna contra nadie, sino que gobierna a favor. “Todo se va carcomiendo”, en otra referencia a las políticas estatales. “Nadie cree al CIS, ni a RTVE, se crea una nación artificial en Cataluña. La izquierda lo defiende con tal de que no gobiernen otros, otros que estuvieron respaldados en las urnas”.
Ayuso perdió las elecciones en 2019 —fue el PSOE quien las ganó con Ángel Gabilondo como candidato— pero los populares alcanzaron un acuerdo con Ciudadanos y así llegó al despacho principal de la Puerta del Sol. El pasado diciembre se negó a acudir a la Moncloa –fue la única presidenta autonómica que lo hizo– en la ronda de contactos que lanzó el presidente Sánchez. Y fue también la única que se levantó de la última cumbre de líderes autonómicos en Barcelona porque el lehendakari vasco, Imanol Pradales, habló en Euskera unos minutos. El resto de presidentes regionales del PP, eso sí, permanecieron sentados.
Este jueves, 90 minutos después de su discurso, ha insistido en que Madrid sirve a España cuando más lo necesita. Y ha presumido de que los populares llevan 30 años ininterrumpidos gobernando la región. “Mandar es servir a todos. Todos formamos parte de esta gran nación. Mientras llega el momento de recuperar la concordia, nadie nos puede quitar el amor por Madrid y por España”.
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