La muerte silenciosa de Ana en un piso del centro de Madrid
La policía investiga el hallazgo del cadáver de una mujer en un bloque de viviendas en el que hay varios domicilios en los que se ejerce la prostitución
E. Ortiz, de 62 años, sale de la garita de seguridad del Juzgado de lo Social y afirma: “Esto se veía venir”. Con esto, se refiere a la muerte sospechosa de Ana, una mujer de 45 años. Su cadáver fue hallado este martes por la tarde en el bloque de pisos del número 3 de la calle de Princesa, en el corazón de Madrid. Según la agente de seguridad, cuyo puesto de trabajo está justo en frente del edificio donde han encontrado a la víctima, hace un mes se produjo un desalojo por amenaza de incendio porque uno de esos hombres que pagan por prostituir mujeres discutió con una de las que ejercen en los pisos y amenazó con “prender fuego” al bloque. “Por las noches y los fines de semana esto es un vaivén de hombres mayores acompañados de chicas. Todo el mundo lo sabe. Los vecinos, la gente de los restaurantes... No se esconden. Vienen con la publicidad en la mano preguntando por el número 3 de la calle Princesa”, afirma Ortiz.
Sobre las tres y media de la tarde, el Summa 112 recibió el aviso de una emergencia en el décimo piso de este enorme bloque de viviendas que da a la plaza de España y a la de los Cubos. Cuando llegaron a la vivienda, la víctima yacía en una cama boca abajo y los sanitarios tan solo pudieron certificar su muerte. En un principio, se comunicó como una “posible muerte violenta”, aunque la policía insiste en que no hay signos externos que indiquen la causa de la muerte y que será la autopsia la que dictamine si se trata de un homicidio, de una muerte natural, de una sobredosis o de otro motivo.
Según varias conocidas de Ana, la víctima, de 45 años y nacionalidad boliviana, ejercía la prostitución en una de las viviendas del bloque, junto a otras tres mujeres. Las tres estaban en la casa en el momento de su muerte, pero afirman no haber escuchado nada extraño que les llamara la atención. Un psicólogo del Summa las atendió por el impacto que les había supuesto el hallazgo. Otra residente del bloque, que conocía tanto a Ana como a sus compañeras de piso, indica que estas han visto a un hombre salir de la vivienda poco antes de encontrar el cuerpo de la víctima.
Una amiga de Ana cuenta que la mujer llegó a España alrededor de 2003, que lo hizo sola y que dejó en su país de origen a dos hijos, que hoy han conocido la noticia del fallecimiento de su madre poco después de que se produjera. “Ha sido la familia de Bolivia la que me ha llamado a mí”, explica esta mujer, que pide mantenerse en el anonimato. La mujer, que en Madrid tiene una prima, vivía en una casa distinta a la que ha sido el escenario de su muerte y solía trabajar el horario de día, explican sus allegadas.
―¿Te has enterado, Inés?―, pregunta un hombre llamado Beltrán Castro, de 46 años, a una vecina del bloque. Castro, a punto de marcharse a su trabajo nocturno en una residencia infantil, asegura que el bloque es “una mafia” y que no son ni uno ni dos los pisos destinados a la prostitución. “Mi mujer ya no baja por las noches a la calle. Hay hombres haciendo cola, les ves esperando por los pasillos...”, cuenta. “Yo he tratado de convocar a los vecinos para abordar el tema y no hay manera. Cuando se cumpla nuestro contrato de alquiler nos marchamos de aquí. Esto ha sido el último empujón”, concluye.
El edificio de viviendas donde se ha encontrado el cuerpo de la mujer es una colmena con centenares de domicilios, hasta 30, por planta. Hay decenas de pisos de uso turístico que se alquilan por semanas, días o incluso horas, de los cuales, algunos se utilizaban, según los residentes, para la prostitución. En internet es fácil encontrar anuncios que llevan a Princesa 3 y varios vecinos se quejan de que muchas veces los puteros se confunden y llaman a sus timbres. Según afirman varios residentes, hay cámaras de videovigilancia en cada rellano y también en el portal, además de contar con portero 24 horas. Frente al piso hay unos juzgados, que también cuentan con cámaras de seguridad.
Hallazgo de cadáver en #Madrid, calle Princesa.
— 112 Comunidad de Madrid (@112cmadrid) October 15, 2024
El #SUMMA112 confirma el óbito de una mujer de 45 años.
Una psicóloga del #SUMMA112 atiende a 3 mujeres por crisis de ansiedad.
Investiga @policia pic.twitter.com/5CdW65awJ8
Sobre las seis y media de la tarde, los empleados de la funeraria han sacado el cuerpo de la mujer envuelto en una funda negra y escoltados por una decena de policías. El coche que la transportaba al Instituto de Medicina Legal de Madrid la esperaba en medio de la plaza de los Cubos, con las terrazas llenas de gente y los asistentes al cine esperando a entrar a su sesión. Tres mujeres contemplaban la escena y a una de ellas, la más amiga de Ana, a la que conoció al poco de llegar a España, le asomaban las lágrimas en los ojos.
De confirmarse este caso como un asesinato —aún están todas las hipótesis abiertas—, Ana pasaría a formar parte de una estadística que comenzó a realizarse en 2022. Desde entonces ha habido en España nueve feminicidios sexuales, uno de ellos confirmado a lo largo de este 2024. Antes de esa fecha, no se registraban los asesinatos de mujeres fuera de la pareja o expareja como violencia machista pero, a partir de ese momento, el Gobierno amplió el recuento en el que se incluyen no solo los feminicidios sexuales, sino también familiares, vicarios y sociales.
El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.
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