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Las pruebas contra el marido de Ana María Henao: matrículas robadas y mensajes incriminatorios

El FBI asegura que su arresto se produjo “sin incidentes” y acusa de secuestro al esposo de la mujer desaparecida en febrero en Madrid. Esta semana comparecerá ante el juez

Patricia Peiró
Ana Maria Henao, la mujer desaparecida en Madrid en febrero, de cuyo secuestro de acusa a su marido.
Ana Maria Henao, la mujer desaparecida en Madrid en febrero, de cuyo secuestro de acusa a su marido.Sanna Rameau (AP)

Las pruebas que llevaron a la detención de David Knezevich, el todavía marido de Ana María Henao, la mujer desaparecida en Madrid en febrero, son numerosas y van desde mensajes sospechosos, hasta matrículas falsificadas. Sin olvidar el extraño incidente el mismo día en el que se pierde el rastro de la mujer estadounidense de origen colombiano, cuando un hombre roció con espray las cámaras de seguridad de su finca. “La figura se parece a David Knezevich y se le ve salir con una maleta”, reza el documento de recopilación de pruebas presentado por el FBI en el tribunal del distrito sur de Florida, a la que han tenido acceso varios medios en Estados Unidos y que EL PAÍS ha podido leer íntegramente. Por el momento se le acusa de secuestro, ya que no ha sido hallado el cuerpo sin vida de la víctima.

Ana María Henao desapareció en Madrid el viernes 2 de febrero. Se había instalado en España huyendo de un divorcio traumático porque ella quería dividir sus bienes a partes iguales con su marido y él se negaba. La pareja era multimillonaria por sus negocios de equipamiento tecnológico y alquiler de apartamentos turísticos en Miami. Llevaban casados 13 años. Ese día, sus amigas recibieron unos extraños mensajes de Ana María y el lunes interpusieron la denuncia en la policía. Sus últimos gastos en la tarjeta corresponden a la compra de un ramo de flores ese mismo día 2. Solo vuelve a haber movimientos el 10 de febrero y corresponde al cobro de un restaurante por no haber acudido a la reserva que tenía solicitada. “Su divorcio era contencioso porque el marido no quería dividir los bienes y ella aseguraba que tenía miedo de él y que creía que la vigilaba”, recoge el FBI.

Los elementos contra el detenido son contundentes y fruto del empeño de los investigadores y la intensa colaboración entre la Policía Nacional y el FBI. Las pruebas más importante son, probablemente, las imágenes de las cámaras de seguridad de la finca del barrio Salamanca en la que se había instalado Ana María. Estas captan a un hombre que nunca se quita el casco de moto acceder al edificio ese 2 de febrero aprovechando la salida de otros vecinos, sobre las nueve y media de la noche. A esa hora, la mujer estaba en su casa, hablando por teléfono con una amiga a la que le dijo que no tardaría en irse a dormir. La figura que captan las cámaras lleva en la mano una lata de espray que usa para rociar la lente, aunque no la cubre del todo. “El hombre, que se parece a David Knezevich, mira directamente a la cámara”, reza el documento judicial.

La preparación es tal, que hasta se observa cómo lleva una especie de tope para que no se le cierre ninguna puerta y quede atrapado en el edificio. Las imágenes muestran a esa figura saliendo del edificio una hora después, con una maleta. La figura de Knezevich no pasa desapercibida, pues es un hombre alto y corpulento que roza los dos metros. Ana María, sin embargo, no llegaba al 1,60. Los policías en España fueron capaces de dar con el negocio en el que fue adquirido el espray, a pocos metros del bloque de viviendas.

El 4 de febrero, los bomberos accedieron a la casa de la víctima para descubrir que no estaba, como tampoco hallaron su móvil, ordenador y respectivos cargadores.

Según las pruebas recogidas, las autoridades son capaces de situar al detenido en diversos puntos que le incriminan en los días clave. El 27 de enero, cinco días antes de la desaparición de Ana María, viajó de Miami a Turquía. El 30 de enero los agentes lo sitúan alquilando un coche en Serbia, de donde él es originario, y regresando al país el 5 de febrero, tres días después de que se perdiera el rastro de su todavía esposa. El dueño del negocio de alquiler de coches, contó a las autoridades que Knezevich devolvió el vehículo con los cristales tintados, la matrícula cambiada y que había recorrido en apenas unos días más de 7.000 kilómetros. La distancia entre Serbia y Madrid es aproximadamente de 2.600 kilómetros.

Las autoridades policiales descubrieron que el día de la desaparición de Ana María, un vecino de su misma calle denunció el robo de la matrícula de su coche. Esa misma matrícula fue registrada en dos peajes en esas fechas, uno de ellos a su paso por Ajalvir, al este de Madrid.

El documento policial recoge también una conversación inquietante en la que Knezevich pide a una mujer colombiana a la que había conocido en octubre a través de una aplicación de citas que le traduzca unos mensajes a un “perfecto colombiano”.

—Hola guapa, necesito tu ayuda

—Claro, dime

—Tengo un amigo escritor y en su último libro hay un personaje colombiano. ¿Serías capaz de traducir sus frases a un perfecto colombiano?

A continuación, el detenido envió el mismo mensaje que después recibió una amiga de Ana María y que desde el primer momento hizo saltar las alarmas: “Conocía a una persona muy chévere. Tiene una casa de recreo a unas dos horas de Madrid. Ahora nos vamos y pasaré unos días ahí. Casi no hay señal. Te marco cuando vuelva”. Según sus allegados, Ana María jamás usaba la palabra “chévere”.

El hombre quiere asegurarse de que su treta puede colar e insiste a su amiga colombiana: “¿Crees que suena natural?”. Después le pide la traducción de otra en la que completa la historia anterior: “Ayer, cuando salí de terapia, necesitaba dar un paseo. Él se acercó a mí. Increíble conexión, como no la había tenido nunca”. El hombre finalizó esa conversación enseñando a su interlocutora una foto en la que él aparecía con un billete de ida a Colombia para los días posteriores. Pero nunca cogió ese vuelo.

La mujer puso en conocimiento de las autoridades esta conversación después de leer un artículo sobre la desaparición de Ana María y constatar que los últimos mensajes que la mujer había enviado fueron precisamente los que ella había traducido.

La retahíla de pruebas contra el detenido no acaba ahí. El 4 de febrero, una voz femenina que aseguró ser Ana María hizo una llamada para cancelar tres seguros de coches a nombre de los negocios que compartía el matrimonio. “En la llamada se oyen niños de fondo y la víctima no tenía hijos”, reza el documento. Por último, una empleada de una de las empresas del matrimonio denunció que Knezevich la obligó a hacerse pasar por la mujer para abrir una cuenta. Cuando esta le dijo que se sentía incómoda haciendo eso porque su jefa estaba desaparecida, el hombre le aseguró que era una gestión necesaria para facilitar el cobro de ese mes de los trabajadores.

Todo esto motivó la detención de David Knezevich en cuanto puso un pie en Miami, este sábado. Viajó a Estados Unidos para encargarse de asuntos de sus negocios.“Se le detiene por su posible implicación en el secuestro de una ciudadana estadounidense en Madrid. El arresto tuvo lugar sin ningún incidente y lo llevaron a cabo agentes del FBI y del Servicio de Seguridad Diplomático de Estados Unidos. El individuo se encuentra bajo custodia policial y comparecerá ante el juez en los próximos días”, explica un portavoz del FBI a este diario a través de un correo electrónico. Los investigadores esperan ahora que, considerando la multitud de pruebas contra él, dé pistas sobre el paradero de su esposa.

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Sobre la firma

Patricia Peiró
Redactora de la sección de Madrid, con el foco en los sucesos y los tribunales. Colabora en La Ventana de la Cadena Ser en una sección sobre crónica negra. Realizó el podcast ‘Igor el ruso: la huida de un asesino’ con Podium Podcast.
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