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Las elecciones, el proyecto de Sumar y la polémica del bono social disparan la rivalidad entre Podemos y Más Madrid

La candidata de los morados, Alejandra Jacinto, deja en el aire su asistencia al acto de Yolanda Díaz del 2 de abril y aprovecha la presencia de Mónica García para recalcar que su prioridad es la política regional

La portavoz de Unidas Podemos en la Asamblea, Alejandra Jacinto.Foto: A. PÉREZ MECA (EUROPA PRESS) | Vídeo: Europa Press

Con las elecciones por delante, no hay amigos ni aliados. Podemos afronta los comicios del 28 de mayo en la Comunidad de Madrid sabiendo que compite contra otros dos partidos de izquierdas (Más Madrid y PSOE) a los que las encuestas auguran unánimemente un mejor resultado. Al mismo tiempo, los sondeos constatan que la campaña marcará si finalmente logra sumar el 5% de los votos que permiten la entrada en la Cámara regional, y garantizan siete diputados. En ese contexto, el partido de Alejandra Jacinto ha visto una oportunidad en la negociación abierta con la vicepresidenta Yolanda Díaz para incorporar a la plataforma Sumar tanto a Podemos como a Más País, la marca nacional de Más Madrid. Así, el acto del 2 de abril en el que la ministra anunciará su candidatura a la presidencia del Gobierno ha sido aprovechado para marcar una raya divisoria en la izquierda madrileña: como Jacinto ha dejado en el aire su asistencia, y la líder de Más Madrid, Mónica García, sí la ha confirmado, Podemos se ha reivindicado como una fuerza centrada en la Comunidad madrileña, en contraste con las que se despistan al coquetear con la política nacional.

“Nosotras estamos centradas en Madrid, en afrontar el reto que tenemos por delante y que efectivamente consigamos cambiar el gobierno de Madrid y tengamos un gobierno de coalición progresista”, ha dicho Jacinto, que también es coportavoz nacional de Podemos, durante una rueda de prensa en la Asamblea de Madrid. “Desde Podemos queremos llegar a un acuerdo con Sumar, porque además es la forma de garantizar una reedición del gobierno de coalición, pero es cierto que nosotras estamos centradas en Madrid, y Sumar es un proceso a nivel nacional”, ha añadido. “Tenemos que hacer el trabajo que tenemos aquí por delante, en Madrid”.

“Nosotros estamos con Madrid al cien por cien”, ha replicado García, en clara alusión a las palabras de Jacinto. “Yo tengo muy buena relación con Yolanda Díaz. Por supuesto la voy a acompañar”, ha seguido en una comparecencia tras la celebración de la reunión semanal de la Junta de portavoces. “Es muy buena noticia para el espacio progresista que dé este paso adelante, y yo estaré ahí para arroparla”.

Podemos marca terreno en Madrid mientras lucha por garantizarse un peso específico en Sumar y mira de reojo lo que consigue el partido de García, que es el referente de la izquierda en la Comunidad, pero minoritario a nivel nacional (a través de Más País). Que Díaz compartiera la semana pasada un acto con Íñigo Errejón, fundador de Más Madrid, Más País y Podemos, ya levantó ampollas en la formación morada. En paralelo, el patinazo de García con el bono social que cobra el vicepresidente Enrique Ossorio (pidió su dimisión y luego admitió que ella también se beneficia de esa ayuda) también ha sido aprovechado por Podemos para subrayar las diferencias de su proyecto y el de Más Madrid. Así, se recalca tanto el valor diferencial de que la líder de Más Madrid reconociera su error (al contrario que Ossorio) como que pidiera una ayuda que no necesita y no se aplicara a sí misma la petición de dimisión que había hecho para el número dos de Isabel Díaz Ayuso.

Desmovilización del electorado progresista

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“En política tienes que ser coherente, no puedes pedir a otros lo que no te aplicas a ti mismo”, llegó a decir la pasada semana el diputado nacional de Podemos, Juantxo López de Uralde, en una entrevista en Europa Press.

La secretaria de Organización de Podemos y secretaria de Estado para la Agenda 2030, Lilith Verstrynge, tampoco obvió la polémica, pese a centrarse en el ámbito político madrileño. Así, consideró “evidente” que tanto Ossorio como García debían devolver el dinero cobrado y alertó, sin mencionarlo expresamente, sobre el caso de la líder de Más Madrid: “Estas cosas pueden generar desafección y alejar a la gente de la política”, sobre todo al “electorado progresista”.

La izquierda madrileña conoce muy bien el peligro de sus guerras. En 2015, Izquierda Unida no logró el 5% de los votos necesarios para entrar en la Asamblea, y con ello los 132.000 votos que recibió no sirvieron para nada y se frustró la opción de un gobierno de izquierdas (Cristina Cifuentes retuvo el poder para el PP gracias a un pacto con Cs). En 2019, Podemos pidió al mismo tiempo el voto para Más Madrid y Madrid en Pie en los comicios capitalinos, con Pablo Iglesias dejando clara su preferencia por esta última opción, y Manuela Carmena perdió la alcaldía pese a imponerse en los comicios (la otra candidatura no logró representación). Y en 2023, Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos acuden por separado a las urnas, mientras los socialistas esperan expectantes un acuerdo de sus dos socios potenciales a nivel nacional y en Sumar. Un cóctel explosivo de cara a las municipales y autonómicas, en las que compiten como rivales tres partidos que aspiran a ser socios a nivel nacional y después de las elecciones.

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