Almeida, acorralado por el escándalo de las comisiones millonarias de las mascarillas de Madrid

José Luis Martínez-Almeida telefoneó el miércoles a Begoña Villacís, tras conocerse que la Fiscalía Anticorrupción se querellaba contra los dos comisionistas que cobraron comisiones millonarias ―hasta seis millones de euros― por un contrato firmado por el Ayuntamiento de Madrid durante el pico más alto de la pandemia, cuando en la capital fallecían más de 300 ciudadanos al día. La llamada duró unos minutos. El alcalde de Madrid le aseguró a la vicealcaldesa que un primo suyo, Carlos Martínez-Almeida, salpicado en esta causa, no conocía a estos dos administradores: Luis Medina, hermano del actual duque de Feria e hijo de Naty Abascal, y un amigo suyo, Alberto Luceño.

En la conversación, Almeida también le dijo que el Ayuntamiento se personaría en la causa si se demostrara un quebranto para las arcas públicas. Horas más tarde, el alcalde de Madrid anunciaba a los periodistas que, finalmente, sí se adentrarían en la investigación judicial. La vicealcaldesa se enteró por la prensa de este movimiento, según fuentes de Ciudadanos: el enésimo desplante de los populares hacia su socio de Gobierno. Almeida ha comparecido este mediodía ante la prensa tras la Junta de Gobierno. “Solo contratamos con esta empresa; no hicimos pagos a estas personas”, ha dicho con un tono muy serio. “La persona que contactó con mi primo no fui yo”. El regidor, además, ha afirmado que se enteró de que su primo hizo de mediador el viernes pasado, cuando se conoció la noticia.

“Yo no tenía ni idea de que mi primo había intervenido. La persona con la que contactó mi primo no fui yo”, ha dicho. “He hablado con mi primo, pero no voy a decir qué he hablado con él. Me parece indignante en qué ha acabado el dinero de Madrid. Si el Ayuntamiento ha sido estafado, vamos a ejercer hasta las últimas consecuencias [...] ¿Alguien puede pensar que tuviéramos algún interés en cobrar más por las mascarillas? Nuestro pecado era [querer] que los funcionarios que salieran a la calle estuvieran protegidos. Si se produce una estafa, el estafado es el Ayuntamiento de Madrid”.

Desde hace meses, nadie esconde que en el palacio de Cibeles convive un matrimonio político con dos caras. Para los focos, para los fotógrafos y para los actos en público había una consigna no escrita de mostrar un lado afable, cortés e impoluto. Una pareja modelo, una coalición política perfecta. Almeida y Villacís. Villacís y Almeida. PP y Ciudadanos. La realidad tras las cámaras y tras las paredes blancas del imponente edificio del Ayuntamiento es que aquí convive un matrimonio político que, de puertas para adentro, trabaja por separado, con agendas diferentes, con desavenencias, tensiones, discusiones y hasta con fuertes desplantes, cada vez más públicos y evidentes. Sin ir más lejos, este jueves, en la rueda de prensa del alcalde, tenía que haber salido también Villacís, pero ha preferido esperar y salir después, en un claro desplante a Almeida. “Es lo lógico”, ha dicho la vicealcaldesa. “Hay que preservar la institución”.

Los concejales de Ciudadanos hablan a menudo con los ediles de la oposición. Nadie contempla una moción de censura o una ruptura de gobierno, por ahora. “Yo no estoy atada a servidumbres”, ha dicho Villacís, que ha exigido una fiscalización externa de todos los contratos de la pandemia.

Sin embargo, el compás político ha virado en las últimas semanas. Ciudadanos ha visto cómo, en apenas un mes y medio, dos grandes casos han golpeado fuertemente la imagen del Consistorio con los populares en el centro de la diana. Por un lado, la comisión de investigación política que analiza el intento de espionaje a la presidenta Isabel Díaz Ayuso a través de dos empresas públicas del Ayuntamiento. Un hecho que, por ahora, ha derivado en dos dimisiones de dos altos cargos municipales, entre ellos el director general de Alcaldía y amigo personal de Almeida, Ángel Carromero. Villacís también se enteró por la prensa de este escándalo.

“¡Se me ha ocultado información! No podemos dar el caso por cerrado”, dijo la vicealcaldesa en febrero, cuanto estalló la noticia. “Es vergonzoso. No me preocupa la guerra entre Génova y Ayuso, sino que se esté manchando a las instituciones”.

―¿Pedirán algún cese?

―Si alguien es responsable de que se haya utilizado dinero público para labores de espionaje que nos llevan a épocas pasadas y que espero no volver a presenciar, no va a temblarnos [el pulso].

Este caso ha abierto una comisión de investigación interna del Ayuntamiento que concluirá previsiblemente el 9 de mayo, con la declaración del propio Almeida. El nuevo escándalo que acecha al alcalde es un contrato de una compra de mascarillas, guantes y test con 12 millones de euros de fondos públicos durante la primera ola del coronavirus. El enlace para que el Consistorio firmara estos documentos fue un primo del alcalde.

Aquí, sin embargo, existen dos versiones. La de Almeida es que su primo no conocía a estos dos comisionistas, sino que fue un tercero quien los puso en contacto. Y que, más tarde, el primo del alcalde le facilitó a uno de ellos el correo electrónico de la funcionaria del Ayuntamiento que se encargaba de llevar a cabo todos los contratos de la pandemia.

La otra versión es de Luis Medina Abascal, uno de los dos que cobraron comisiones millonarias. Según relata Medina este jueves en El Confidencial, él sí habló por teléfono y no por correo electrónico con esta funcionaria, que ejerce un alto cargo en el Ayuntamiento. “Me pasaron su teléfono y la llamé”, cuenta. ¿Qué dice la alto cargo de Hacienda? Este periódico se ha puesto en contacto por teléfono con ella, sin respuesta. Fuentes del área de Hacienda del Ayuntamiento tampoco aclaran esta contradicción de versiones: “Todos los correos y listados de llamadas los tiene la Fiscalía”, aseguran. Esta alto cargo aseguró el lunes al resto de grupos políticos que no recordaba quién le facilitó el contacto de estos comisionistas.

Los dos implicados dijeron que actuaron movidos por el deseo de ayudar en la lucha contra la pandemia, pero la Fiscalía los acusa de que, en realidad, su ánimo fue obtener un exagerado e injustificado beneficio económico: seis millones de euros. Con esta comisión, pagaron más de 10 coches de lujo (entre ellos un Ferrari y un Lamborghini), un yate, tres relojes Rolex, una semana en un hotel de Marbella a 6.000 euros la noche y hasta un piso en Pozuelo de Alarcón, al noroeste de la capital, valorado en más de un millón de euros.

La oposición, al acecho

“Son unos hechos muy graves y Almeida no puede seguir escondiéndose”, asegura Rita Maestre, portavoz de Más Madrid. “Tiene que salir a dar la cara de forma inmediata, tiene que darle explicaciones al pueblo de Madrid y, si no es capaz de darlas, tiene que dar un paso al lado y dimitir, porque Madrid no puede volver a los tiempos del chanchullo y de la corrupción. Madrid se merece un Gobierno limpio que utilice el dinero público para dar servicios públicos y no para llenar los bolsillos de sus amigos”.

El PSOE, por su parte, exige más explicaciones. “Si lo que ha salido hoy es cierto, es injustificable”, cuenta por teléfono su portavoz, Mar Espinar. “Empieza mal, muy mal, el PP de Feijóo si no pone en funcionamiento todos los mecanismos del partido para esclarecer lo que está pasando en el Ayuntamiento de Madrid”.

El Grupo Mixto habla ya de una moción de censura. “No sorprende a nadie”, sentencia el portavoz, José Manuel Calvo. “Este es el uso que hace el PP cada vez que gobierna. ¿Hasta cuándo va a estar la oposición mirando para otro lado? Las comisiones no sirven. Creemos que el PP está inhabilitado. Nosotros proponemos una moción de censura que permita sacar al PP y que Begoña Villacís, de Ciudadanos, sea alcaldesa”.

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