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Sitios de moda en Madrid

El ‘spa’ exclusivo para bebés que está de moda en Madrid

Tu Baby Spa Madrid en la calle de Almagro, 30 ofrece a los niños de cero a seis meses una experiencia saludable y de relajación

Tom, de seis meses, y su padre Tommy, en Baby Spa Madrid el pasado jueves.
Tom, de seis meses, y su padre Tommy, en Baby Spa Madrid el pasado jueves.JUAN BARBOSA
Mai Montero

Tom acaba de cumplir seis meses y llega a Tu Baby Spa Madrid acompañado de su padre Tommy, un inglés casado con una española que empuja su carro sigilosamente por el suelo del parqué de la sala de espera. Lo primero es quitarse los zapatos para mantener el lugar lo más limpio posible. Después, en brazos de su progenitor, pasa a la sala de las piscinas atravesando la recepción, donde le espera un baño relajante de 20 minutos, seguido de un masaje de otros 25-30. La temperatura del local es casi veraniega, al contrario que en el exterior, y el silencio lo inunda todo. Tom es un cliente habitual y acude a las instalaciones una vez por semana.

Desde 2015, Almudena Rivero, de 33 años, es la dueña de este espacio situado en la calle de Almagro, 30 de la capital. La idea de montar el negocio se le ocurrió a la vuelta de una visita a Londres a su cuñada, donde conoció un centro parecido en el que se inspiró. Vinculada desde hacía tiempo a todo lo relacionado con “el mundo del bebé”, trabajaba en una empresa de distribución de marcas que quebró y fue entonces cuando se aventuró a ser su propia jefa. “Hasta hace nada no había ningún spa para bebés en España. Esta moda ha ido proliferando poco a poco, pero seguimos siendo el único que cuenta con personal sanitario para llevar acabo las actividades”, explica Rivero, que añade que hasta finales de diciembre están completos.

La idea que más ha costado que cale entre el público, según la dueña, es que esta no es solo una experiencia asociada al ocio sino más bien a la salud y al bienestar del bebé. “Desde antes de la pandemia habíamos conseguido que nuestro público, que acude a nosotras sobre todo por el boca a boca y las redes sociales, entendiese que esta actividad no solo era una hora de relajación”, afirma.

Entre los beneficios que los niños experimentan tras las visitas, Rivero resalta el movimiento de las articulaciones, la mejora de las digestiones, el aumento del apetito o la mejora de la calidad del sueño. La filosofía de este espacio también pone foco en técnicas para prevenir dolencias o enfermedades como la plagiocefalia postural o síndrome de la cabeza plana, displasia de cadera o tortícolis. Las sesiones duran una hora y el precio es de 50 euros entre semana y 55 los fines de semana. El público al que va dirigida esta actividad son bebés de entre cero y seis meses.

Tom, un bebé de seis meses, recibe un masaje de manos de una fisioterapeuta en Tu baby Spa Madrid, el pasado jueves.
Tom, un bebé de seis meses, recibe un masaje de manos de una fisioterapeuta en Tu baby Spa Madrid, el pasado jueves. JUAN BARBOSA

Unos minutos más tarde, Valeria, otro bebé de tres meses y medio llega al centro de fisioterapia por primera vez. Al mismo tiempo, suena el teléfono de la recepción: “Me queda solo un hueco”, responde la dueña. La madre y la abuela entran en la sala para acompañar al bebé. Una fisioterapeuta les acompaña en todo el proceso. Primero lo pesa, le coloca un pañal especial para el agua y lo sumerge cuidadosamente en una de las piscinas grandes a 34,5 grados. La niña, que entró al local llorando, se tranquiliza y se sostiene sola con la ayuda de un flotador acoplado al cuello como si hubiese acudido al centro muchas más veces. “Mis amigas me regalaron esta actividad, pero si le gusta tendremos que repetir”, comenta la madre. La abuela sostiene el teléfono móvil sin parar de hacerle fotos a la niña.

Al ojo de alguien que no ha acudido nunca al centro o desconoce este spa para niños resulta chocante la primera vez los tipos de flotador que se utilizan para que el bebé pueda moverse solo en la piscina. Rivero explica que están homologados por la Unión Europea y no suponen ningún tipo de peligro. “Son flexibles, blandos y están hechos con un material especial para prevenir alergias, que no se usan en todos los sitios al ser más caros y optar por una versión barata. Es clave usar estos. El bebé no está colgado, como puede parecer. Flota y lo sube con sus propios hombros”, asegura Rivero. “Estas piscinas y otras más pequeñas de las que disponemos en una segunda sala, simulan el vientre materno. La idea de esta práctica también tiene su base en no romper desde el nacimiento el vínculo madre e hijo”, sostiene. El agua de las piscinas se renueva cada 40 minutos a través de una depuradora.


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Sobre la firma

Mai Montero
Es editora de portada en el equipo digital de EL PAÍS y escribe reportajes para otras secciones. Antes trabajó en otros medios como Periódico Magisterio, especializado en educación, y en Cambio16. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS, actualmente cursa el Grado de Derecho en la UNED.

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