La secreta historia de amor entre el surrealismo y el diseño
Salvador Dalí, Marcel Duchamp y Man Ray son algunos de los artistas de la exposición de CaixaForum Madrid que conecta el movimiento artístico con varias disciplinas
El surrealismo se coló en los aspectos más mundanos del siglo XX cuando sus creadores trasladaron a un plano físico su particular universo de ideas, subjetivo e irracional. La exposición Objetos de deseo. Surrealismo y diseño, 1924-2020 retrata en el CaixaForum Madrid hasta marzo de 2021 esa historia de amor y simbiosis, incluyendo el efecto que el movimiento artístico ha tenido en muchos arquitectos y diseñadores a lo largo del último siglo.
A través de 279 obras repartidas en cuatro espacios, la muestra establece un diálogo entre lo palpable y lo abstracto, comisariada por el director del Vitra Design Museum, Mateo Kries (Müllheim, 46 años). El alemán explica en ella la evolución del arte moderno y se aleja del camino que señala a los objetos como racionales, prácticos y funcionales porque “tienen significados más profundos que pueden provocar preguntas y llegar a cuestionar la realidad que se tiene delante”, ha comentado este jueves en la presentación vía streaming de esta exposición.
En ella se recuerda que el surrealismo defendía el subconsciente como una forma de incentivar la imaginación y el deseo. Para sus artistas, el azar y lo irracional eran motores que empujaban a la creación. Bajo estas premisas, el primero de los cuatro apartados de la muestra, Sueños de modernidad, se centra en explorar los primeros pasos del movimiento, desde la década de los años veinte hasta la década de los cincuenta. La publicación en 1924 del Manifiesto del surrealismo de André Breton consiguió que el movimiento intelectual y político traspasara fronteras con unos miembros que provenían de diferentes disciplinas como la escritura, el cine y las bellas artes. Como muestra, los ready-mades de Marcel Duchamp, un tipo de escultura hecha de objetos absurdos que se crean a partir de materiales nunca antes considerados artísticos y que inspiraron a creadores como Meret Oppenheim o Salvador Dalí. Las formas orgánicas creadas por Antoni Gaudí en arquitectura y mobiliario, como su silla de la Casa Calvet, también anticiparon estas prácticas.
En el espacio central de la exposición, Imagen y arquetipo, se puede ver Entreacto de René Clair, la única película puramente dadá que busca conmocionar a la audiencia. Su autor experimenta con imágenes perturbadoras y cautivadoras, mezclando planos a cámara lenta y rápida, superposiciones y pantallas divididas. Además, se pueden ver los platos decorativos de Piero Fornasetti y muebles de proporciones disparatadas. Desde los años sesenta, los nuevos avances en la producción de muchos tipos de plástico posibilitaron diseños de cualquier forma imaginable que buscaban invitar a la reflexión y a la polémica. Una enorme lámpara caballo del grupo Front Design que ocupa esta sala ejemplifica bien esta tendencia. En otro rincón del CaixaForum Madrid, un enorme ojo creado por Man Ray reflexiona sobre esos mudos observadores de la vida doméstica que son nuestros muebles.
Salvador Dalí hace acto de presencia en Surrealismo y erotismo y demuestra haber sido fuente de inspiración para muchos diseñadores. Por ejemplo, el sofá en forma de labios que se expone, uno de los muebles más icónicos de la historia, bebe de su cuadro Mujer con cabeza de rosas. También Carlo Mollino, diseñador, fotógrafo y arquitecto italiano, reflejaba en sus diseños de interiores el mundo pictórico del surrealismo tras leer Minotauro, la revista en donde se recopilaban sus ideas.
El pensamiento salvaje da título al último de los apartados de la exposición. El arte no occidental en combinación con las ideas surrealistas sigue inspirando a muchos diseñadores contemporáneos, como a los hermanos brasileños Fernando y Humberto Campana que crean objetos escultóricos a partir de materiales encontrados al azar.
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