Las residencias que contuvieron el virus son ahora las más vulnerables a una temida segunda ola
Los pocos centros madrileños que no han sufrido el ataque de la covid-19 deben extremar la precaución porque sus mayores carecen de inmunidad
Solo los trabajadores cruzan la puerta de la residencia Valdepelayo 67 de Leganés. Aunque la Comunidad de Madrid volvió a permitir las visitas de familiares en junio, este pequeño hogar donde viven 17 mayores ha prohibido que entren al centro, así que los encuentros cara a cara se hacen con los abuelos en un balcón o en el porche, separados de sus hijos y nietos y vigilados por una de las cuidadoras. Así la residencia se asegura de que controlan sus impulsos para darse abrazos y besos.
Es una medida estricta pero necesaria, dice la directora de la residencia, Vanessa Correa. Se trata de uno de los pocos geriátricos de la región donde no ha entrado el coronavirus. Es una buena noticia, sí, pero si se levanta la temida segunda ola su centro es uno de los más vulnerables porque nadie tiene anticuerpos. Hacer las cosas bien y haber gozado de suerte tiene ese inconveniente.
El 61% de los mayores en residencias de Madrid y el 30% de sus trabajadores tienen anticuerpos IgG (infección pasada), según el avance que la Comunidad de Madrid dio la semana pasada de su estudio de seroprevalencia en los geriátricos. Esto da una idea del alcance brutal que tuvo la ola de la primavera pero permite algo de optimismo de cara al futuro en Madrid, donde hay 474 residencias activas. Como el virus entró en siete de cada diez centros, los expertos creen que la transmisión será menos potente en este nuevo ciclo alcista de contagios en Madrid.
Pero las residencias ya infectadas no deberán confiarse porque uno de los mayores enigmas de la pandemia sigue siendo cuánto tiempo duran los anticuerpos tras pasar la covid-19.
En todo caso tener cierta inmunidad aunque solo dure meses dará algo de alivio para residencias que se vieron con el agua al cuello. Sin embargo, los centros que se mantuvieron limpios de covid-19 no podrán relajarse ni un ápice. “Los centros que tengan mayor inmunidad tendrán menos restricciones en las visitas y los que tengan menor inmunidad, tendrán más restricciones”, explica una portavoz de la Consejería de Sanidad.
El estudio de seroprevalencia que conduce la Comunidad de Madrid va a abarcar a 70.000 personas y sus resultados se conocerán a finales de agosto o principios de septiembre. Los resultados del avance de hace una semana se basaban en una muestra de 18.500 personas. Por ahora la comunidad no ha dado a conocer si hay residencias con 100% de personas con anticuerpos IgG.
Los epidemiólogos aconsejan no bajar la guardia, ni siquiera en las residencias donde hay anticuerpos. Recuerdan que estos centros son puntos rojos de riesgo. “Tienen dos características que las hacen muy sensibles: el agrupamiento bajo un mismo techo y la edad avanzada con enfermedades crónicas de los residentes”, advierte Quique Bassat, epidemiólogo del centro de investigación barcelonés ISGlobal.
El secreto de los centros limpios
Los centros intactos durante la pandemia dicen que el secreto para contener el virus ha sido una mezcla de fortuna y trabajo bien hecho.
“No puedes levantar la mano porque si lo haces lo mismo entra el virus y acaba con todo”, dice Eva Vidal, la directora de la residencia Mataelpino, otra de las que se han librado. Tiene 44 mayores y se encuentra en el municipio de El Boalo (7.508 habitantes). La familia de Vidal regenta otro geriátrico limpio con 27 mayores, en Manzanares el Real (8.840 habitantes). “Son muchas vidas que dependen de ti. Nos ha costado lo suyo pero lo hemos conseguido”, añade. La receta: “Mucha, mucha, mucha precaución”.
“Son muchas vidas que dependen de ti. Nos ha costado lo suyo pero lo hemos conseguido”Eva Vidal, directora de la residencia Mataelpino, sin víctimas por covid-19
Otra ventaja para muchas de las residencias limpias ha sido estar lejos de la gran metrópolis. De las 132 que habían esquivado el virus hasta el 7 de julio, solo 34 están en la capital.
En las últimas semanas los brotes han empezado a surgir en algunos de los centros que permanecían limpios. En la residencia San Marcos del municipio de San Martín de la Vega (19.170 habitantes) un brote con 52 contagios había causado este fin de semana dos muertos. El geriatra de enlace del hospital de Valdemoro ordenó el traslado de 25 mayores que se creía sanos a otros centros de la zona, pero la medida ha sido criticada porque varios de esos reubicados en una residencia de Ciempozuelos han resultado enfermos con la covid-19 y han provocado un rebrote en ese centro.
Otras residencias de la región se han visto afectadas por nuevos brotes pero la Consejería de Sanidad de la Comunidad no desvela sus nombres en los partes diarios. Preguntada por este diario, una portavoz se ha negado a informar de cuáles son.
Valdepelayo 67, la residencia de Leganés que prohíbe entrar en sus instalaciones ya tomó esta medida el viernes 6 de marzo, antes de que el domingo 8 fuera impuesta por la comunidad. Los familiares se quejaron entonces pero luego lo han agradecido con flores y otros regalos. El resto de residencias de mayores de Leganés, un municipio de 189.861 habitantes colindante con la capital, han sufrido decenas de muertes por covid-19.
La directora, Vanessa Correa, echó el cerrojo a las visitas en cuanto saltó a la prensa el primer caso de covid-19 en una residencia madrileña, en un centro público del distrito de Salamanca. Durante la desescalada volvieron a estar permitidas las visitas a los geriátricos de Madrid.
Todas las cuidadoras viven en el municipio y llegan a pie o en coche, excepto una que toma el metro. Con ella fue especialmente estricta. “La tenía frita. Fui demasiado pesada pero gracias a ese nivel de miedo y estrés estamos como estamos”, añade.
En otra residencia retirada y limpia de virus, la religiosa Nuestra Señora del Pilar en el pueblo de Collado Mediano (6.958 habitantes), su director ha meditado sobre las causas de su buenaventura. “Me he preguntado a qué se debe esta paz y tranquilidad y uno no sabe explicarlo”, confiesa.
El doctor Santiago, médico de la residencia, le ha dicho tras consultar las estadísticas que es el mejor año de salud del centro.
Una clave, aventura, es la fe, que les ha permitido vencer al pánico. Han rezado en grupo para que no entrara el virus: “Creo que esa tranquilidad nos ha ayudado”.
¿Conoces casos de discriminación o irregularidades en una residencia de la Comunidad de Madrid? Contacta con el reportero de la sección de Madrid fpeinado@elpais.es o mándale un mensaje por Twitter a @FernandoPeinado
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