La mano derecha de Mazón revela a la jueza que borró los mensajes del día de la tragedia con el ‘president’
El testigo admite que le dijo al jefe del Consell que la situación en Utiel “se estaba complicando” después de hablar con Pradas a las 16.56


Cada nueva declaración judicial de la guardia pretoriana del presidente de la Generalitat Valenciana en funciones, Carlos Mazón, alimenta la nebulosa de dudas sobre el comportamiento del mandatario durante la gestión de la mayor catástrofe natural del siglo: la dana que dejó 229 muertos y un reguero de destrucción en Valencia el 29 de octubre de 2024. José Manuel Cuenca, jefe de gabinete y mano derecha de Mazón, ha asegurado este miércoles en el juzgado de Catarroja (Valencia) que investiga la riada que no conserva en su teléfono los mensajes del día del temporal. Los borró. “El móvil lo tenía lleno y, el pasado julio, hice un cambio. No tengo copias de seguridad. Hay nueve o 12 meses de whatsapps perdidos”, ha admitido este alto cargo, según indican a EL PAÍS fuentes presentes en su comparecencia.
La sombra del president —elabora su agenda y vive con él— ha detallado que el jefe del Consell no barajaba a las 18.00 horas del 29 de octubre de 2024 ir al Cecopi, el órgano que coordinó la crisis, pese a que la reunión más importante de su historia había arrancado una hora antes. “En ningún momento, pensé que el president fuera al Cecopi. La exconsejera de Justicia e Interior Salomé Pradas [principal investigada en la causa] nos tenía al corriente. Ella no vio nada extraordinario. La previsión era que la tormenta, a partir de las 18.00, se marchara. No apunté en la agenda que el president pudiera ir al Cecopi”, ha confesado.
Cuando la mano derecha de Mazón descartaba que su jefe fuera al órgano que gestionaba la crisis, el presidente se encontraba de sobremesa en el restaurante El Ventorro con la periodista Maribel Vilaplana. Una hora y media antes, se había desbordado el barranco del Poyo, génesis de la inundación, a la altura de Chiva y Cheste, donde nace la rambla.
Cuenca ha detallado que, a las 16.56, llamó a la exconsejera Pradas y que esta le advirtió de que no se podía acceder a Utiel en ese momento. “Le dije [a Mazón] que iba a empezar el Cecopi y que la situación en Utiel se estaba complicando. El president me respondió que perfecto y que ya se comunicaría después con ella [Pradas] para ir al Cecopi”, ha expuesto. “Tuve conocimiento de la gravedad de la situación en Utiel y Requena a las 15.00 horas”, ha añadido, tras reconocer que no hizo ninguna gestión para ir a esta población “porque no se podía llegar”. Mazón no abandonó El Ventorro hasta casi dos horas después de que su hombre de confianza le avisara del riesgo.
La tarde de la tromba, el asesor de Mazón se encontraba en Xàtiva (Valencia). “El president me llamó a las 19.41. Estaba intentando regresar a Valencia. Me indicó que, cuando llegara a la ciudad, me fuera a L’Eliana (sede del Cecopi), que él se iba a allí porque había un problema gordo con el metro”, ha indicado.
A pesar de que, desde la mañana, la televisión pública À Punt retransmitía en bucle imágenes de rescates, el asesor de referencia de Mazón ha sostenido en el juzgado que a media tarde desconocía la magnitud de la catástrofe. “A las 18.25, no era conocedor de que iba a haber un problema. Estaba en la estación de tren despidiéndome de una persona [...]. Cuando fui a comprar el billete, me dijeron que podía ser que el tren no saliera”, ha afirmado.

El secreto de El Ventorro
Cuenca ha expuesto que era el único que sabía que Mazón se encontraba en El Ventorro con Vilaplana. Ha reconocido que el almuerzo no figuró en la agenda oficial de la Generalitat y ha enmarcado el ágape de cuatro horas en el contexto de una terna de entrevistas de posibles candidatos a dirigir la televisión pública À Punt. El president ofreció a Vilaplana este cargo y ella lo rechazó.
El testigo ha restado importancia a que el presidente ordenara a sus escoltas que se marcharan cuando el president llegó al restaurante. “Es habitual que le acompañaran a la comida y él los despache para encontrarse después [con los miembros del equipo de seguridad] en el Cecopi”, ha apuntado.
La jueza acordó la declaración de los escoltas tras escuchar la semana pasada la comparecencia como testigo del dueño de El Ventorro, Alfredo Romero.
Las llamadas de la discordia
Cuenca ha asegurado desconocer por qué Mazón canceló dos llamadas a Pradas a las 19.10 y a las 19.36. “Me dijo que estaban en contacto [con la exconsejera]. No sé por qué están esas llamadas”, ha concedido. Y ha confesado que, la tarde de la riada, llamó al secretario de Emergencias de la Generalitat, Emilio Argüeso, que también está investigado en la causa. Este le comunicó el desbordamiento del río Magro. Y el jefe de gabinete no reportó la información al presidente de la Generalitat. Mazón, según el testigo, se comunicó con él a través “de su móvil de toda la vida”. Un dato que despeja las dudas de que el mandatario manejara varios terminales. La Generalitat divulgó un listado de llamadas del president –que no tiene valor legal al no ser una factura o un acta notarial- en la que aparece que el popular hizo o recibió ocho llamadas desde El Ventorro entre las 17.37 y las 18.30.
Pese a las advertencias de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que una semana antes avisó de la eventualidad de un temporal y la propia jornada, a las 7.36, emitió una alerta roja, la máxima en la escala, Cuenca ha indicado que no se planteó cambiar la agenda del presidente el día de la dana.
El jefe de gabinete ha comparecido ante la magistrada Nuria Ruiz Tobarra como testigo, una condición que le obliga a decir la verdad. Cuenca es uno de los ideólogos de la estrategia de comunicación de Mazón sobre la dana. Tras la tromba, el dirigente ha modificado varias veces su relato sobre qué hizo la tarde de la desgracia. Expresó inicialmente que se fue al Palau de la Generalitat a las 17.00 horas. Después, amplió su llegada a la sede del Gobierno valenciano a las 18.00. Y, posteriormente, indicó que aterrizó en el Cecopi “pasadas las 19.00”. En febrero, la Generalitat filtró una imagen que mostraba que Mazón llegó a este centro a las 20.28 horas.
En el marco de otras seis citaciones del núcleo duro de Mazón, la instructora de Catarroja acordó la declaración de Cuenca tras analizar su flujo de llamadas el día de la desgracia con la principal imputada en la causa, la exconsejera de Justicia e Interior y responsable de la emergencia, Salomé Pradas. La exdirigente comunicó por teléfono con la mano derecha de Mazón a las 12.53 horas tras decretarse las alertas hidrológicas en el río Magro —que causó el caos en Utiel y Requena— y en el barranco del Poyo, la rambla que originó la tragedia tras desbordarse a partir de las 16.40 horas a la altura de Chiva y Cheste e inundar más tarde poblaciones como Paiporta o Catarroja, donde la dana dejó 55 y 25 muertos, respectivamente.
Cuenca colgó a Pradas. Y después, ambos restablecieron la comunicación a las 13.19 y las 18.48 horas. Esta última llamada se registró nueve minutos antes de que el presidente en funciones iniciara un enigmático periodo de incomunicación de 37 minutos (18.57-19.34) en los que el entonces jefe del Consell estuvo incomunicado (no contestó a llamadas). Y coincide con el tiempo que Mazón estuvo con la periodista Maribel Vilaplana tras almorzar durante casi cuatro horas (15.00-18.45) en el céntrico restaurante El Ventorro de Valencia.
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