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20 años de prisión para un criador de caballos por matar a golpes a un reputado domador que trabajaba para él

La Audiencia de Valencia condena con la pena más alta posible al homicida que tenía “esclavizada” a la víctima, a quien contrató en 2008 sin firmar documento alguno

El País
Dentista abuso de menor
Fachada de la Ciudad de la Justicia, en Valencia.Mònica Torres

La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Valencia ha impuesto 20 años y 10 meses de prisión a un empresario dedicado a la cría y venta de caballos por matar, en agosto de 2021, a un empleado golpeándolo con un palo. El hombre trabajaba “en condiciones similares a la esclavitud” y era continuamente vejado y humillado por su jefe, en la finca de este, en la ciudad de Torrent (81.000 habitantes), a 13 kilómetros de Valencia.

La magistrada que presidió el Tribunal considera probado, a partir del veredicto de culpabilidad del jurado, que el acusado, de 59 años, se aprovechó del estado de necesidad de la víctima, de 66 años. Este último era “un reputado experto domador de caballos y entrenador de jinetes de doma clásica, pero tenía una inhabilitación civil dictada por las autoridades portuguesas, para contratarlo a mediados de 2008, sin firmar documento alguno”, apunta la nota del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.

Aunque inicialmente pactó con él una remuneración de 1.500 euros al mes por su trabajo, el empresario de fue reduciéndola con los años hasta dejarla en apenas 50 euros a la semana. De hecho, lo acabó sometiendo a “condiciones similares a la esclavitud”, pues lo obligaba a trabajar en cualquier momento de las 24 horas del día durante los siete días de la semana y solo le permitía abandonar la finca con él o en compañía de otro trabajador, tal y como recoge la resolución judicial.

Además, le gritaba con cualquier excusa y lo golpeaba con lo que tuviera a mano, incluso con escobas o palos, causándole lesiones que el propio perjudicado se curaba con un aerosol desinfectante y cicatrizante para caballos. Al mismo tiempo, lo vejaba y humillaba: llegó incluso a ponerle un cartel de cartón en el pecho donde decía que era “un mentiroso y un hijo de puta” y a obligarlo a andar de rodillas por la finca si cometía algún fallo en su trabajo.

El 27 de agosto de 2021, tras recriminarle la rotura de una llave de agua de las cuadras, comenzó a agredirlo con un palo, aunque otro empleado que presenció el conflicto los separó. Unas horas más tarde, el acusado, consciente de que la víctima se hallaba indefensa y convaleciente por la agresión anterior, continuó golpeando al perjudicado con el palo, “conociendo que con la fuerza y forma empleada le podía causar la muerte”.

Cuando volvió de trabajar del campo, el otro empleado de la finca se encontró al agredido sentando en un banco, balbuceando y echando espuma por la boca, por lo que avisó al empresario, quien lo trasladó a un centro hospitalario, adonde ingresó ya muerto a causa de los múltiples traumatismos. El acusado le dijo al personal sanitario que el fallecido era un vecino al que había encontrado inconsciente en un campo y proporcionó unos datos falsos para su identificación.

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La pena más alta posible

La magistrada presidenta del Tribunal del Jurado justifica la pena impuesta al acusado por el homicidio —la más alta posible de la horquilla por dicho delito al concurrir la agravante de abuso de superioridad— por la conducta “realmente cruel, agresiva y abusiva” que desplegó contra la víctima.

La sentencia, que puede ser recurrida ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia, recoge el veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular al término del juicio, que se celebró entre los días 7 y 14 de este mes. De esta manera, además de ser condenado por un delito de homicidio con la agravante de abuso de superioridad —castigado con 15 años de cárcel—, el Tribunal le impone un año y 10 meses de prisión por un delito contra la integridad moral, y a cuatro años y multa de 6.000 euros por un delito contra los derechos de los trabajadores.

Por otro lado, el condenado deberá indemnizar con 100.000 euros a un hijo biológico del fallecido en concepto de responsabilidad civil por el perjuicio personal y los daños morales sufridos.

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