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Un año y siete meses de cárcel para el falso médico que ejerció dos años en centros del Alt Empordà

La sentencia detalla el complejo entramado urdido por Víctor Manuel Yeste para lograr títulos falsos

Juicio Victor Yeste
Víctor Yeste, el falso médico juzgado en Figueres.Marta Rodríguez

El juzgado penal 2 de Figueres ha condenado a un año y siete meses de cárcel por un delito de intrusismo profesional agravado, por reincidente, a Víctor Manuel Yeste Felipe, el popularmente conocido por todo el estado desde hace una década como “el falso médico”. El acusado, que estuvo ejerciendo de médico desde agosto de 2014 a mayo de 2016 en diversos centros sanitarios del Alt Empordà, lleva más de una década ejerciendo como médico. También lo ha hecho como fisioterapeuta, y como especialista en medicina hiperbárica. No tiene formación en ninguna de las tres materias, pero sí los documentos oficiales que le acreditan, según la investigación llevada a cabo por la Guardia Civil.

La Fiscalía pidió para el acusado, nacido en Sagunto en 1975, una pena de 2 años de cárcel por considerarle autor de un delito de intrusismo profesional. Las acusaciones particulares, ejercidas por el Colegio de Médicos de Girona y el Institut Català de la Salut (ICS) aumentaron la petición a 3 años, porque apreciaron una agravante de reincidencia: ya había sido condenado en 2013 en Murcia por ese mismo delito y por falsedad en documento público. La defensa solicitó la absolución o, subsidiariamente, que no se tuvieran en cuenta los antecedentes.

La sentencia, de la que ha sido ponente la magistrada Antonia Godia, aprecia la reincidencia, ya que cuando cometió el delito por el que se ha juzgado (2014-2016) estaban vigentes los antecedentes penales porque no habían pasado dos años de la anterior condena (2013). Además, enumera numerosa jurisprudencia del Tribunal Supremo en casos de intrusismo y, “por su importancia”, hace un extenso análisis del tipo penal, que causa un “serio daño”. “Las personas que, sin tener reconocida su habitación ejercen profesiones, ponen en serio peligro a los ciudadanos que contactan con ‘profesionales’ que ejercen actividades para las que no están autorizados”, recoge la resolución.

La magistrada detalla en su resolución “el complejo ardid” tramado por el acusado, que fue descubierto por una “larga y compleja” investigación de la Guardia Civil. En 2007, en la Universidad de Granada, el acusado había cursado el primer ciclo de medicina; en noviembre, pidió el traslado del expediente a la Universidad Miguel Hernández de Elche. Se le convalidaron las asignaturas cursadas en Granada en base a una documentación “falseada por el mismo o por un tercero”. Con el mismo procedimiento, en noviembre de 2008 la Universidad de Elche trasladó su expediente académico a la Universidad de Valencia, con la certificación académica oficial del primer ciclo y parte del segundo ya blanqueada. A lo largo de los años siguientes construyó el resto de su expediente académico, que culminó el 7 de julio de 2014 con la expedición del título de médico.

La investigación, que recoge la resolución, permitió averiguar que “el acusado nunca se matriculó ni cursó ningún estudio en la Universidad de Granada”. Destaca además que cuando se trasladó su expediente a Elche sólo se matriculó de cuatro asignaturas, a cuyos exámenes ni se presentó. En la UMH le convalidaron prácticamente el 80% de los créditos superados y “logró un blanqueo de asignaturas únicamente con la matrícula en la Licenciatura de Medicina”. Ya en Valencia, y fruto de todo el entramado falseado, “obtuvo el título de la Facultad de Medicina y Odontología, que resulta ser, en base a todo el ardid acreditado, un título ficticio que no acredita la capacitación necesaria para ejercer”, dice la sentencia.

Con este “título ficticio”, pero oficial, en julio de 2014 se colegió en el Colegio de Médicos de Girona y de agosto hasta el 19 de mayo de 2016 (cuando fue detenido) “a sabiendas de su ilegalidad y conocedor de que lo hacía sin poseer el título académico”, trabajó de médico de familia interino en varios centros del Alt Empordà, como la Clínica Santa Creu y el Hospital de Figueres y las ABS o PAC de Perelada, l’Escala, la Jonquera y Llançà, donde habría visitado a un millar de pacientes.

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