Boda improvisada en el hospital Vall d’Hebron de Barcelona
Un paciente ingresado en el servicio de Neumología se casa con su pareja en una ceremonia organizada con la ayuda del personal sanitario
A primera hora de la mañana de este jueves todavía había que decorar la sala, preparar el confeti y avisar a los cocineros: a las 9.30 se celebraba una boda en el hospital. Francisco, un paciente ingresado en el servicio de Neumología del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, y su pareja habían solicitado el día anterior el permiso tanto para ella como para los dos testigos. La jueza autorizó la ceremonia, que finalmente se ofició de manera telemática. El hospital no solo accedió, sino que organizó en tiempo récord todos los detalles para celebrar el enlace.
Una doctora que conoce al paciente, cuenta Mar Serrano, coordinadora de enfermería en la planta de Neumología, dijo en cuanto se enteró de la noticia: “Yo traigo un ramo de flores, un pastel y una guitarra, que él es músico”. El novio es técnico de sonido y ha trabajado con bandas como Ojos de Brujo, el guitarrista Pedro Javier González y otros artistas flamencos. Los cocineros del hospital se ocuparon de elaborar un menú especial.
“No solamente les hemos hecho felices a ellos: tanto médicos como enfermeras estábamos muy emocionados. Los profesionales nos sentimos cargados de energía. Y es que no solo es eso que das, sino también lo que recibes”, explica Serrano, que recuerda que durante la pandemia han celebrado otros eventos con pacientes, acompañándolos en sus aniversarios o en diferentes festividades. “Vivimos aquí muchas horas. El hospital no solo es el lugar donde los pacientes se están curando, también es un sitio donde, a veces, están durante un período largo de tiempo. Es importante que les ofrezcamos los elementos para que tengan ese confort y esa humanidad de la asistencia que creemos que es tan importante y que no tenemos que perder. Acompañar en la vida y acompañar en la enfermedad, y humanizar la asistencia siempre que podamos”, reflexiona la sanitaria.
El personal de enfermería, celadores, médicos y auxiliares se implicaron en la ceremonia de Francisco y su pareja y ayudaron en la decoración de una de las salas de descanso de la planta en la que está ingresado el paciente. Entre los aplausos, se escuchó a un compañero decir: “Mira que si lo hubiéramos planificado no nos hubiera salido tan bien”.
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