El Cruïlla confirma su cita en el Parc del Fòrum en julio

Ha llegado el momento, y Jordi Herreruela, director del festival Cruïlla, lo manifiesta abiertamente: “Hasta que no ha bajado la curva de contagios, se han atenuado las consecuencias sociales de la pandemia y hemos tenido definida y aprobada la prueba del concierto sin distancias del Sant Jordi, decir que el Cruïlla se iba a realizar sin limitaciones podría haber parecido una temeridad. Ahora no lo es”. La consecuencia es que el festival ha confirmado sus fechas, 8 al 10 de julio; su aforo, 25.000 personas diarias en el Parc del Fórum, y ha presentado a más artistas de una edición que, eso sí, tendrá mucho acento local, como lo demuestra la incorporación al cartel de Joan Garriga, Natos & Waor, La Casa Azul, Delafé y Muerdo.

Y es que la covid ha impuesto una realidad que, según Herreruela, descarta “todos aquellos artistas internacionales que necesiten una gira de muchos conciertos para recalar en Barcelona o hayan de realizar grandes viajes transoceánicos”. Por eso, por ejemplo, ha caído el portorriqueño Residente, la voz de Calle 13. En este sentido, los artistas internacionales del cartel del Cruïlla, Two Doors Cinema Club, Editors y Morcheeba, entre otros, “toman un avión, vienen y vuelven a su ciudad”, señala Herreruela para manifestar que no tiene miedo a cancelaciones de última hora.

Otra ventaja del festival es que el 95% de su público es catalán, “lo que además ayuda a que el festival no se perciba de bajo nivel artístico por tener un cartel más local”, remacha. Preguntado por si hay un modelo alternativo por si las condiciones epidemiológicas empeoran, Herreruela lo descarta argumentando: “con la prueba del Sant Jordi se pondrá de manifiesto que es posible hacer grandes actos creando una burbuja sanitaria en la que no se pone en peligro a nadie”. Además, prosigue, “es muy probable que haya más tipos de test rápidos, que los test que ahora conocemos hayan bajado sustancialmente de precio y sean más accesibles y que por lo tanto se pueda detectar con facilidad quien es potencialmente vector de contagio. Eso no sólo tiene utilidad en un festival, sino de cara a toda la sociedad, en la que se podrá aislar a los portadores de contagio. Así, en una hipotética nueva crisis no será necesario confinar a nadie más”, asegura.

Convencido de que el modelo “del Sant Jordi” no será definitivo y se mejorarán los controles de cara a al verano, Herreruela no se apunta a la insensatez de verlo todo solucionado: “No soy científico, pero leo y oigo a quienes lo son afirmar que no está completamente definido cómo combatir las diversas cepas y su multiplicación y tampoco si habiendo estado vacunado puedes o no transmitir temporalmente la covid, pero con sistemas fiables de detección, y cada vez lo son más, se pueden superar todas estas potenciales incertidumbres”.

Lo que Herreruela no ve tan claro es el retorno del festival masivo. “Últimamente se habla de responsabilidad medioambiental, y es evidente que no casa con desplazamientos en masa de personas con todo lo que ello supone. Parece que el acento de los festivales se mueve no hacia la concentración de multitudes ni hacia su valoración en torno al impacto económico y el número de turistas, sino de sostenibilidad y públicos domésticos”, concluye. Por supuesto, el Cruïlla, que desde sus inicios ha limitado el aforo del Fòrum, no excusará el uso de mascarillas y medidas higiénicas.