Eufònic llena de arte las Terres de l’Ebre, pese al virus
El festival celebra su 9ª edición con un formato mixto virtual-presencial
La pandemia sigue poniendo a prueba el mundo del arte. Frente a la incertidumbre, Vicent Fibla, director de Eufònic, el festival de las Terres de l’Ebre, decidió celebrar la 9ª edición en un formato mixto virtual y presencial. La novedad es que además de retransmitir en streaming, es decir en directo, conciertos y eventos, Eufònic ha adquirido dos salas en Decentraland, un entorno metaverso, un mundo virtual en 3D, donde presentan Beyond, una instalación de Playmodes, uno de los más interesantes tándems creativos digitales de Cataluña, que ha sido adaptada para este espacio atípico. Visitar el largo túnel inmersivo de Beyond, que juega con la oscuridad y la luz, en la sala sintética de Decentraland es gratuito, pero para entrar hay que respetar las reglas del mundo virtual que implican crearse un avatar para poder moverse en su interior. “Es el primer festival de España que tiene un espacio de exposición en un entorno metaverso y pensamos continuar utilizándolo aunque desaparezca el virus”, asegura Fibla, que en la segunda sala sintética ha organizado charlas y conferencias. La experiencia, que tuvo sus precursores en los mundos virtuales tipo Second Life, se puede realizar hasta el 9 de septiembre.
Dada la dificultad que implica celebrar un festival en este momento de emergencia sanitaria, la mayoría de instalaciones se podrán visitar más allá de los tres días del festival. Es el caso de Vacca, artista imprescindible del arte sonoro catalán, que versiona por 13ª vez Gran Hall, una apropiación musical estrenada en 1997. La obra, que se presenta en el Museo de Tortosa hasta el 9 de septiembre, se construye como un collage, formando siempre nuevas composiciones y partituras. “Vacca da una vuelta de tuerca más al debate sobre la originalidad de la obra de arte, autoversionándose”, apunta Fibla.
Otra propuesta que desborda los límites del festival es Sous les violons, la plage!, una instalación de Cabosanroque que se exhibe en el centro de arte Lo Pati de Amposta hasta el 13 de septiembre. La obra, que evoca el célebre lema de Mayo del 68 Sous le pavé la plage (Bajo el suelo la playa), se plantea subvertir las normas de la música clásica, demoliendo literalmente el Cuarteto de cuerda No. 66 de Haydn. Por ello invitan al público a colocarse detrás de una barricada y tirar piedras a los instrumentos musicales automatizados, participando en la destrucción colectiva de estos símbolos de la tradición. “Es una obra interactiva para tiempos de pandemia, las piedras se quedan incrustadas en los instrumentos y en todo caso siempre del otro lado de la barricada. Es una forma de cargarse el paradigma musical del clasicismo y apostar por la creación colectiva”, explica Fibla.
Otros trabajos exploran la relación entre cuerpo, música y espacio, como la performance de Amaranta Velarde, que ha llevado a las Tierras del Ebro el espectáculo que acaba de estrenar en el Grec 2020 o la instalación Love Synthetizer de la artista brasileña Anaisa Franco y el investigador sonoro Lot Amorós, que se presentó en Sant Carles de la Ràpita. La obra, que la artista espera presentar pronto en Barcelona, consiste en un instrumento musical inmersivo que sintetiza sonidos y luces, creando una conexión mágica entre las personas, aunque debido a la covid-19 solo es idónea para convivientes. El festival se clausurará este domingo con las actuaciones de Rakki Ripper y Egosex, pero muchos conciertos se mantendrán online como programación a la carta.
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